La gran aventura de Pee-Wee
Sinopsis de la película
Pee-Wee tiene una flamante bicicleta roja y blanca que es la envidia de los niños del barrio, pero, mientras compra una bocina nueva, alguien se la roba. Empezará entonces a buscarla incansablemente, pero sin éxito, por ello decide visitar a una vidente para que le diga su paradero, pero la mujer se equivoca. Cuando Pee-Wee reanuda la búsqueda vivirá innumerables aventuras: subirá al coche de un preso fugado, viajará con una camionera fantasma, muerta hace un año, montará un toro salvaje…
Detalles de la película
- Titulo Original: Pee-Wees Big Adventure
- Año: 1985
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
5.2
24 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Alex Sharp
- Alice Nunn
- Bob Drew
- Bob McClurg
- Carmen Filpi
- Cassandra Peterson
- Damon Martin
- Daryl Roach
- David Rothenberg
- Diane Salinger
- Ed Griffith
- Ed Herlihy
- Elizabeth Daily
- Erica Yohn
- Gilles Savard
- James Brolin
- Jan Hooks
- Jason Hervey
- John Gilgreen
- John Moody
- John Paragon
- Jon Harris
- Judd Omen
- Lonnie Parkinson
- Lou Cutell
- Luis Contreras
- Lynne Marie Stewart
- Mark Everett
- Mark Holton
- Michael Varhol
- Monte Landis
- Morgan Fairchild
- Patrick Cranshaw
- Paul Reubens
- Peter Looney
- Phil Hartman
- Ralph Seymour
- Raymond Martino
- Simmy Bow
- Starletta DuPois
- Sunshine Parker
- Susan Barnes
- Tony Bill
- Toru Tanaka
- Twisted Sister
Sí, han leído bien. Tim Burton, genio y figura sin parangón, dirige esta impersonal película por encargo. No obstante, y a pesar de todo, este encargo le valió para empezar a trabajar en su mundo de Oz con total libertad. Así que tampoco es para quejarse.
La película en sí está sujeta a un personaje irritante e infantil que no calla su ridícula risa tonta ni un jodido momento. Así está de crudo el tema. Los primeros minutos se ven sin terminar de encajar lo idiota del conjunto, y resulta tan súmamente horripilante que cuesta admitir y soportar muchas cosas.
Sin embargo, la cosa se aleja de la vergüenza ajena según avanza el metraje, y el personaje se va haciendo poco a poco más digerible (la costumbre, digo yo…).
Finalmente, podemos asistir a un gag desternillante (la escolta heavy motorizada de la ambulancia, impagable) y a un par de buenos detalles (alguno con toque burtoniano lindo), todo ello aderezado de un ritmo amistoso y una traca final muy divertida. Incluso al terminar, el repelente de Pee-Wee nos cae hasta simpático. Éso es un logro dado las náuseas del inicio.
En resumen, un producto flojo e idiota por lo general, simpático y por momentos divertido. Una rareza en el cine de Tim Burton, no hay duda, pero poseedora de una indudable importancia de cara al desarrollo de la carrera cinematográfica del maestro.
PD: quiero conocer al doblador de Paul Reubens, ¡¡¡¡¡por dios!!!!!
Un último consejo a la pivita que se enamora de Pee-Wee: tía, tú lo vales mucho más. Mereces algo más… más… más más, no sé si me entiendes. Aunque, posiblemente, tengas una lesión cerebral muy jodida, porque mira que ir a fijarte en ése… Allá tú con tus orgamos… si los tienes…
A un tipo eternamente sobremaquillado, cargante e insoportable hasta desear exterminarlo, que vive en una casa abarrotada de juguetes, y que posee el coeficiente intelectual de un berberecho, le roban su bici hortera y se va por ahí a buscarla. Ya está. Nada más que eso.
Buena fotografía, nulo argumento, y un humor no apto para mayores de cuatro años, conforman este horrible vehículo para el lucimiento del tal Pee-Wee, que en su barrio sería muy gracioso y popular, pero que en el mío hubiese salido a paliza diaria.
Lo único a destacar: que ya en su comienzo, con una primera escena en la que lo vemos adelantar con su bici a los participantes del tour de Francia, nos trae a la memoria a Mr. Bean (de hecho, eso mismo aparece en la nueva peli de ese personaje), y esa sensación no solo no desparecerá, sino que se verá amplificada durante el resto del bodrio. De espaldas, con su traje ridículo y su extraña forma de moverse, es exactamente Mr. Bean (aunque eso si, en versión habladora para no decír nada coherente, y con una risita de hiena que te entra machaconamente por el oido hasta disolverte el cerebro).
Así pues, tan sólo es recomendable para ver de donde copiaron al personaje llamado Bean, y como curiosidad por ser el primer trabajo del posteriormente genial Tim Burton. Tan sólo por o para eso.
… porque esa es la más positiva definición que se le puede dar al film, embrionario.
Me acerqué a esta película como completista del universo Burtoniano y, a tenor de las críticas, con pocas expectativas de apasionarme con ella. Efectivamente, la historia peca en exceso de infantilismo con un personaje protagonista que no me seduce en ningún momento, llegando a exasperar esa risilla que usa constantemente.
La película no es más que un continuo lucimiento para Pee Wee, una extensión de hora y media de su personaje mediático, muy famoso en la época en Estados Unidos. Él está muy bien en su papel porque él ES su papel, mientras que el resto de actores vagabundea sin demasiada convicción o ganas, los escasos momentos que aparecen. La historia, como comentaba, es muy simple, la bicicleta robada de Pee Wee y su intento de encontrarla en un remedo de road-movie para los más peques. Y sin embargo…
Sin embargo la película tiene muchas cosas destacables, todas ellas en formas pioneras y/o nacientes:
El personaje de Pee Wee será luego ligeramente remozado por Rowan Atkinson y así nacerá Mr Bean. Los mismos andares, situaciones similares, miradas bobaliconas parecidas, Mr Bean y Pee Wee podrían ser padre e hijo. Y no sólo él sino que muchos gestos de Pee Wee son reconocibles en el futuro Jim Carrey (en este caso hablaríamos más de un primo lejano o similar). Ninguno de todos ellos es de mi especial predilección aunque la risa de Pee Wee le coloca en el peor lugar.
Danny Elfman, con una banda sonora maravillosa durante casi todo el metraje, realiza aquí su primera incursión en ese campo, donde tantas y tantas genialidades ha creado, iniciando de paso su fructífera colaboración con Tim Burton.
Y sobre todo Burton. No sé hasta qué punto Burton estaba interesado en el proyecto o lo aceptó para empezar. Lo que sí está claro es que lo aprovechó para experimentar. Aquí se encuentran muchas escenas salidas sin duda de la cabeza de Burton que empleará en sus futuras películas: escenarios y fantasmas de ojos saltones para Bitelchús, payasos de sonrisas de Joker, trabajar con personajes raros e incomprendidos, ese final (ver spoiler),… El futuro cine de Burton sale de aquí, de lo que intentó en esta película que sabía que iba a funcionar en taquilla por el tirón del personaje.
La última parte de la película contiene además el paseo por los estudios Warner donde, publicidad aparte, se hace un pequeño delicioso homenaje al cine no muy anterior con Godzillas, surferos, películas navideñas y demás.
Resumiendo: película que, si bien por la historia no es demasiado interesante, sí lo es por ver los orígenes de carreras posteriores. Bueno, y uno se entretiene en unas cuantas escenas.
La primera película de Tim Burton está dedicada a Pee-Wee, un personaje interpretado por Paul Reubens, un cómico estadounidense con cierta fama en aquel entonces. Eso explica que en 1985 esta película familiar tuviera un buen recibimiento en taquilla.
Sin embargo, para quien la vea hoy en día por primera vez, sin conocer al infantil Pee-Wee, lo único que va a encontrar es a un hombre haciendo el gilipollas.
He leído que lo comparan con Jim Carrey (y lo cierto es que no para de hacer unas muecas ridículas) y con Mr Bean, por lo menos a mí este último me cae simpático, ya que tiene algo de ternura y por lo menos se está callado… pero a Pee-Wee no hay por donde cogerlo: es una persona completamente infantil, con una personalidad y diálogos penosos, y con una risita estúpida que a más de uno desquiciará.
Tras unos minutos iniciales donde queda claro cómo es el protagonista, comienza la aventura: la película se desarrolla con unas situaciones que oscilan entre lo imaginativo y lo ridículo. Aisladamente aparecen detalles que muestran que Tim Burton anda por ahí (la escena que más me gustó fue la de la camionera, que me recordó a Beetlejuice y a Sleepy Hollow ), pero que nadie espere encontrar aquí su cuidado y oscuro estilo.
Por tanto, si no tragas a Pee-Wee… poco tienes que hacer con esta película: mi consejo es que si los primeros minutos te parecen infumables, no sigas adelante.
Muy prometedora resulta esta opera prima de Burton, una mezcla de comedia e historia surrealista, que en ocasiones se inclina a lo infantil y otras a la interpretación psicológica. Para empezar crea un personaje singular y único en su filmografía que a la vez contiene algunas de las constantes de esta, componiendo un autentico outsider, que a pesar de ser medio idiota y casi cargante, uno termina cogiéndole cariño y todo. El principio ya es toda una declaración de principios: nos introduce en el mundo de Pee Wee entrando en su habitación e inmediatamente en el resto de su casa, una especie de micromundo aislado del resto de la humanidad, un niño grande que vive en una casa en la que cada elemento puede suponer una sorpresa. Maquinas que hacen las tareas (como en Edward o Charlie…), gusto por la fantasía, un barrio residencial monótono (de nuevo Edward…) en el que su casa es la única diferente…. El único inconveniente es que en ocasiones parece que la influencia de las horrorosas comedias de los 80 termina lastrando el film, así como la infantilizaciòn de algunas escenas. Aun así un gratificante experimento que ya alcanza escenas de cierta entidad visual y muestran a un director interesado en encontrar su camino, su estilo personal que le diferencie con los demás. Tardara aun 2 films mas hasta conseguirlo, pero ya se podían intuir algunas de sus constantes y virtudes que le colocarán como uno de los mejores directores americanos de las tres últimas décadas. Excelente música de Elfman.