La Garra Gigante
Sinopsis de la película
Mitch MacAfee es miembro del equipo técnico que está probando un nuevo dispositivo de radar para el ejército. Un día, mientras vuela, ve un OVNI que da varias vueltas alrededor de su avión. Tras la señal de alerta, muchos escuadrones intentan interceptar el objeto sin éxito. Los militares creen que ha sido una falsa alarma de Mitch, pero empiezan a llegar numerosos informes de aviones desaparecidos en la zona. Cuando Mitch y la hermosa matemática Sally Caldwell regresan a la ciudad en un avión militar, son atacados por el OVNI y se estrellan. Tras ser rescatados por un lugareño, éste les habla de La Carcaña , un ser mitológico alado que surca los cielos de la comarca. Cuando Mitch y Sally llegan por fin a la ciudad, se enteran de que hay más informes de aviones desaparecidos y de que el ejército ha logrado fotografiar el objeto. Se trata de una gran nave alienígena, aparentemente indestructible, que sigue en sus ataques un rumbo definido. Todo hace suponer que pronto llegará a Nueva York.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Giant Claw
- Año: 1957
- Duración: 75
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Opinión de la crítica
4.4
59 valoraciones en total
Claro que más que inquietar o sobresaltar este cutreclásico de ciencia ficción termina siendo una bruta comedia de lo ridícula, grotesca y barata que resulta en su confección.
Esto no es serie B, de eso no hay dudas. Esta película está mucho más cercana del cine Z, tanto por la torpeza y rusticidad de su argumento como por el escaso presupuesto para el aspecto técnico.
Fred F. Sears ya nos había deslumbrado con su obsesión acerca que la Tierra es invadida por extrañas amenazas del espacio exterior con su Earth vs. the Flying Saucers, producto alevosamente naif y muy improvisado en su confección narrativa.
Ahora me toca visionar The Giant Claw, una cinta más cutre y grotesca aún que la anterior, pero que consigue tener el mismo nivel gracias a que termina siendo una efectiva comedia de tan mala que es. Para reírse de esta película sólo hace falta ver el diseño estético del monstruo de turno que ataca al planeta, el cual parece un muñeco de Barrio Sésamo. Se trata de un ave gigante alienígena con un escudo antimateria. Sí, en esa época todo lo referente a lo atómico y las leyes físicas estaban de moda, por tanto algo de ello debería aparecer en una cinta de ciencia ficción de la década del cincuenta.
Y ya que hablamos de que en la cinta hay algo de investigaciones científicas, hay que decir que al igual que en Earth vs. the Flying Saucers, la trama en algunos pasajes se torna absolutamente delirante y cientificista, donde terminamos viendo a personajes hablando y comentando sobre términos científicos de una manera tan licenciosa y ligera que asusta. No es que uno sea un especialista en ciencia, pero se nota a la distancia que el guión es un despropósito impresentable desde el punto de vista científico.
En fin, lo dicho, si ya Earth vs. the Flying Saucers era un delirio sin pies ni cabeza, esta película tiene mucho menos recursos aún tanto en lo narrativo como en lo técnico, pero de tan mala que es nos causa gracia y sólo por ello uno le termina dando un 3 de nota, ya que al menos la pasamos bien burlándonos de sus limitaciones.
De estos clásicos de los 50 de ciencia ficción que todo buen fan de las películas de este tipo disfruta.
Efectos especiales que van de lo normalito a lo bastante malo, mucho rollo científico típico de estas películas, que cuando lo oyes hoy día te echas las manos a la cabeza porque la mitad se lo inventan, y un monstruo bastante interesante e incluso collejo, que se dedica a ir cargándose todos los aviones que pilla. Muy entretenida.
Film sci-fi, serie B rozando la Z….El malogrado actor/director Fred F. Sears, que había firmado un año antes la estimable La tierra con los platillos volantes, le debieron de mentir para que accediese a dirigir el film que nos ocupa. Y digo esto porque estoy seguro de que no era consciente de la carencia de medios con la que iba que tener que lidiar, sobre todo en el apartado de los efectos especiales, (como echaría de menos al maestro Harryhausen, que trabajo con él en otro film sci-fi antes mencionado), que es exactamente donde se nota… que andaban muy, muy justitos de presupuesto, porque el pajarraco/monstruo, en cuestión es sencillamente delirante. Por momentos parece sacado de un guiñol de feria con alguien detrás manejando los hilos. La cabeza es sencillamente de partirse. Véanla si pueden y sabrán de que les hablo.
Y eso que el film, no tiene, en absoluto un mal inicio. Es bastante interesante su manera de llevarnos al misterioso OVNI que esta destrozando y asesinando en su camino a la ciudad de New York. Hasta ahí es donde se nota la mano de Sears, porque en el momento, que aparece el desternillante monstruo se va todo al garete, el film da un giro y se convierte en una serie Z de risa. Era la época dorada del género…y del todo vale, ya que se hicieron grandes films…pero también se hizo mucha, mucha película de baja estofa. La salvo por ese innegable aspecto de serie B que atesora, y ese nostálgico aire de clásico de los cincuenta. Cuenta también con una buena fotografía teniendo en cuenta la pobreza del film en su conjunto.
Jeff Morrow (Regreso a la tierra, 1955), es el prota de la película. Apareció en varios films del mismo género en esos años. Con el aparece también, Mara Corday, (Tarántula, 1955), y un habitual del cine sci-fi de los cincuenta, Morris Ankrum, que trabajo en varios títulos siendo el más destacado quizás, Invasores de Marte (1953), de William Cameron Menzies. El director, Fred F.Sears, aparte de la antes mencionada La Tierra contra los platillos volantes , firmo en 1956, The Werewolf una brillante y diferente versión del mito del hombre-lobo. Murió a los 44 años, meses despues de filmar The Giant Claw .
Lo dicho, los amantes del sci-fi clásico, le sacaran jugo a su agradable estética, pero poco más. Es pobre, pero graciosa…sin quererlo, claro.
En que estarían pensando el equipo de efectos especiales para crear tal bicharraco para esta película!! no importa porque menudas risas nos ha proporcionado. The giant claw intentó ser otra más de esos grandes éxitos de pelis de monstruos gigantes de la época pero resultó ser un fracaso y la principal razón fue por el aspecto del pajarraco del film.
El culpable del fatal destino del film fue sin duda su productor que para ahorrarse un dineral encargó la sección de efectos especiales a una empresa de mexicanos donde crearon a un pájaro que la verdad es indescriptible donde los cables que lo sujetan son perfectamente visibles al igual que los aviones que ataca que son evidentes a la vista que son de juguete, no está de más decir que el productor la cagó bien cagada. Absolutamente descacharrantes los gritos que pega el bicho por cierto.
Respecto al resto del film los actores cumplen bastante bien aunque el ritmo no está demasiado bien llevado y las escenas con diálogos se hacen muy pero que muy pesadas. Resulta divertidísimo ver las caras de espanto de los protagonistas al ver el bicho cuando en verdad da de todo menos miedo, de echo los actores no pudieron ver que aspecto tenía el monstruo hasta el estreno del film. Es tronchante la anécdota de que el protagonista masculino fue a ver el film acompañado de sus familiares y tuvo que abandonar el cine por la vergüenza que sintió al ver que la gente se partía de risa con cada aparición del pájaro gigante.
Para amantes de la serie Z el film resultará de obligada visión ya que cada aparición del pájaro es una perla, a destacar ese ataque a Nueva York o escenas tronchantes como el monstruo llevándose un tren como si de una ristra de chorizos se tratase. Estos no son sólo los mejores momentos del film sino de los momentos más cómicos que nos ha dado la ciencia ficción. Como film de ciencia ficción es mala pero como comedia no tiene precio.