La forma del agua
Sinopsis de la película
En un inquietante laboratorio de alta seguridad, durante la Guerra Fría, se produce una conexión insólita entre dos mundos aparentemente alejados. La vida de la solitaria Elisa (Sally Hawkins), que trabaja como limpiadora en el laboratorio, cambia por completo cuando descubre un experimento clasificado como secreto: un hombre anfibio (Doug Jones) que se encuentra ahí recluido.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Shape of Water
- Año: 2017
- Duración: 119
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Opinión de la crítica
Película
6.5
59 valoraciones en total
La forma del agua tiene un diseño de producción brillante y una puesta en escena de lo más pocholo, eso es innegable. Pero el guión es amorfo, como el agua, por más que diga este señor del Toro. Lo siento, no es que me guste discrepar, es que me gusta que me cuenten buenas historias y me las cuenten bien.
Salvo por algún novedoso detalle canalla esta historia es clavadita a la que contó Spielberg en 1982, con la diferencia de que en aquella el vínculo afectivo entre los protagonistas estaba perfectamente expuesto, mientras que en esta, del Toro lo deja al azar y la buena voluntad del espectador. A la prota le da por el salmonete como le podía haber dado por hacer vainica. El caso es sentirse útil.
El ir oliéndote cómo va a ir desarrollándose el asunto y cómo va a terminar no ayuda a disfrutar de la peli, por más que el director lo ruede todo muy bonito y cuente con un elenco de campanillas.
Muy vistosa, pero argumentalmente pobre.
No tenía pensado escribir una crítica para esta película, porque sinceramente no sabía cómo decir todo lo que me había parecido. Pero no encontré una de algún otro usuario que represente mi impresión, así que haré lo mejor que pueda.
El cine es mágico, te puede llevar a mundos de fantasía, o incluir elementos fantásticos en el nuestro. Y uno lo cree, y uno lo disfruta… hasta cierto punto. Así que lo mejor es hacer una lista de cosas que creo y contrastarla con una lista de cosas que no.
(Todo en spoilers, naturalmente)
12/12(12/01/18) Revoltijo de ideas sin originalidad alguna que las hordas han comprado como la octava maravilla. El mexicano Guillermo del Toro sigue explorando mundos de seres extravagantes, y me sigue demostrando en la mayoría de sus películas (salvo El espinazo del diablo y El laberinto del fauno) que es un plagiador de ideas a las que no sabe darle patina de frescura, se relame en el mucho amor que tiene al cine serie b, a los musicales, a los cuentos de hadas, esto también lo han hecho realizadores como Tim Burton o Tarantino, pero ellos han sabido impregnar sus relatos de fulgor narrativo, del Toro lo más que sabe es hacernos ver que este pseudo-La Bella y Bestia fornican explícitamente, pero este rasgo (de zoofilia) aparentemente políticamente incorrecto queda metido con calzador para ofrecer morbo. Y es que este anhelado romance queda más forzado que intentar meter un elefante por la cabeza de una aguja, orgánicamente inverosímil, y es que lo que vemos por parte de ella al anfibio es lástima y compasión, la que se puede tener a un perrito maltratado, le das de comer, juegas con él, pero te acuestas con él, lo único que demuestra el relato que no es solo un problema de mudez lo que tiene la protagonista, es uno mental, que vínculo afectivo se ha establecido entre los dos más allá de que ella le ofrece huevos cocidos y al bicho le gustan?
La cinta intenta exponer los sentimientos de incomunicación, el aislamiento que la sociedad genera sobre gente diferente (una muda, un artista gay, o un bicho humaniforme), la lucha contra los prejuicios, alabando los amores interraciales, esto lo contrapone del Toro contra la intolerancia, el militarismo, sazonándolo con algunas dosis de terror. Del Toro dijo: Esta película es una película de sanación para mí… Durante nueve películas reformulé los temores de mi infancia, los sueños de mi infancia, y esta es la primera vez que Hablo como adulto, sobre algo que me preocupa como adulto. Hablo de confianza, alteridad, sexo, amor, hacia dónde vamos. Estas no son preocupaciones que tuve cuando tenía nueve o siete años . Muestra similitudes con el cortometraje de 2015 The Space Between Us, y también con la novela de Rachel Ingalls, Mrs. Caliban. También se inspiró en los recuerdos de la infancia de Del Toro al ver La Criatura de la Laguna Negra (1954) y deseando ver a Gill Man y la coestrella de la película Julie Adams triunfar en su romance.
Está bien que a del Toro haya que dar le la licencia de suspender la realidad y veamos en la historia un cuento de hadas, pero en este debe haber coherencia en su desarrollo, y unos recursos facilones y más simplistas que el mecanismo de un martillo, es que este batiburrillo de ideas manidas hasta el hartazgo me indigna todos en masa la alaben, me siento (perdonen la arrogancia) el niño que ve al Emperador (el cuento de El traje nuevo del Emperador), …pero si va desnudo!.
Es una mezcla entre E.T. (lo de que sane con su tacto está más sobado que las tetas de una actriz porno) y Liberad a Willy, con claros elementos de King Kong (1933) o el clásico literario mencionado La Bella y la Bestia, nadie puede imaginarse a Elliott acostándose con E.T. (ufff, que grima!), o al chaval Jesse teniendo sexo con la roca Willy (arggg, quitad esa imagen de mi cabeza!!!), pues incluso orgánicamente hay más lazos de cariño formados entre los protagonistas que en este producto batiburrillo. Incluso recuerdo un episodio en la popular serie Expediente X en que aparecía un animal marino humaniforme, con apariencia similar a este, aunque similar también es Abe Sapien de la cinta de del toro Hellboy.
Es una cinta que arranca bien eso hay que valorarlo, con unas bucólicas escenas bajo el agua con la cámara paseándonos por un hogar submarino donde las cosas flotan, hasta que el objetivo se posa sobre la durmiente Eliza Esposito (Sally Hawkins), se despierta y la vemos en el mundo real, en sus rutinas diarias, haciéndose un huevo cocido para desayunar, masturbándose en la bañera (recurso de morbo que nada aporta más que comercialidad),arrancando una hoja del calendario con un pensamiento diario, visita su vecino pintor acomplejado por ser calvo (menuda superficialidad), va su curro de limpiadora, va al cine a ver musicales, y vuelta a empezar. Inicio sugestivo que se sabotea a sí mismo cuando el meollo del núcleo comienza a desplegarse, con la aparición del bicho anfibio, y es que se supone una base ultra-secreta, supervigilada en tiempos de Guerra Fría, y sin embargo unas mindundis limpiadoras entran y salen de la sal donde tienen a un ser que puede cambiar la Historia como en su casa, sin medidas de vigilancia, más allá del tarugo de Michael Shannon (menuda caricatura de malo malísimo la suya) vaya por ahí blandiendo su porra táser. No se sabe porque tienen al bicho allí, no hacen experimento alguno con él, no intentan comunicarse con él, saber si tiene racionalidad, lo tienen en una gran bañera encadenado, y su único fin es que lo maten para hacerle la autopsia, menuda idiotez!
Y es que me ha resultado una película con todos los clichés habidos y por haber, con personajes más planos que el cerebro de Forrest Gump, con unos personajes estereotipados hasta el hartazgo, con buenos muy buenos y malos horribles, donde lo gris no existe, donde la profundidad se nos quiere dar a empujones, donde do huela ya muy ajado, situaciones un millón de veces vistas.
Tiene excelente envoltorio en lo que a puesta en escena se refiere, con fenomenal diseño de producción de Paul D. Austerberry (Pompeya), recreando con esmero los años 50 (rodando en interiores de Cinespace Studios de Ontario-Canadá), empezando por esa vivienda sumergida en el agua del inicio onírico, con los apartamentos que aparecen, esa calle idealizada con ese cine y su hermosa marquesina, con esa base secreta, esto elevado por la estupenda fotografía de Dan Laustsen (La cumbre escarlata),… (siguie en spoiler)
Guillermo Del Toro puede ser el autor más personal, más imaginativo y el más fantasioso desde Tim Burton tal vez. Pero para que esas tres cosas funcionen tiene que haber cierta armonía. Una armonía que en el cine suele venir de la mano del guión. Y si el guión no es bueno, hasta una historia potente puede derrumbarse. No todo va a ser una estética digna de cuadro de museo y una ambientación cuidada -pues con los medios de Hollywood uno ya se espera eso ni bien desde el arranque-.
Esta película tiene los bemoles de no dar exactamente lo que promete, un cuento a lo bella y bestia tan elegante como oscuro. Pero en su intento de dar más de lo esperado (una trama entre americanos y rusos, con sus correspondientes luchas y puñaladas traperas) falla por desgracia. La protagonista y el anfibio cumplen, pero el resto de personajes son demasiado acartonados incluso bajo los estándares de un cuento (Michael Shannon -con lo enorme que es ese actor- está ahí sólamente para poner caras de estreñido y dar asco sin mayor motivación, los rusos son meros activos que hablan y se mueven de un lado a otro para avanzar la trama sin más). Prácticamente no simpatizo con casi ninguno (y la simpatía es fundamental en todo cuento o relato que se precie). Vale que por no ser realismo puro tenga que pasar por alto ciertas cosas, pero se nota cuando los agujeros de guión se comen la suspensión de incredulidad (una base que tiene entre manos algo tan importante y cuya seguridad es nula al permitir prácticamente a cualquiera pasearse por allí). A esto le sumamos el sexo y la sangre del relato. Puestas en la trama como efecto chocante, pero que no se sienten demasiado integrados con lo que la película parece representar o querer decir. Yo no las siento orgánicas al relato como tal. Y sin olvidar que pasado cierto giro inesperado (por lo rápido que sucede en la trama, pues te lo hacen creer como que la película debería concluir con eso y no es así) en el ecuador de la cinta, la segunda mitad y tercio final decaen mucho en ritmo e interés rozando el aburrimiento. Culminando con un deux ex máquina final, digo del mejor porque un mago lo hizo.
‘La forma del agua’ tiene sus momentos, pero ahora entiendo el por qué se la pegó en taquilla, el por qué Hollywood no termina de dejar a Del Toro hacer lo que quiere con sus proyectos, el por qué tampoco nunca me sentí especialmente embaucado por sus trabajos en general y por qué puede no gustar al gran público. Contiene elementos que golpean la retina, pero que aquí se sienten fuera de lugar. Así como un libreto muy falto de chicha, unos personajes en su mayoría unidimensionales y alguna que otra ida de pinza (la escena de amor en el baño, un musical en blanco y negro) que termina de lastrar el conjunto. Tampoco es que me resultara demencial, pero quien se espere otro ‘Laberinto del Fauno’ por mi parte le aconsejo que lo deje de buscar aquí, así como que tenga enorme cuidado con el hype. Una triste decepción, por lo mucho que la esperaba.
Después de ver esta película, nominada a trece Oscars, no tengo palabras para esbozar una crítica, ni siquiera un comentario. Me viene a la mente la imagen de Charlton Heston en el final del Planeta de los Simios cuando arrodillado en la arena frente a las ruinas de la estatua de la libertad gritaba aquello de ¡Maniáticos! ¡Lo habéis destruido! ¡Yo os maldigo a todos!…
Y no es que el trabajo sea malo, o esté mal realizado, o interpretado…
Es que es un trabajo vacio por completo.
Es el ejemplo de la decadencia y el ocaso del cine comercial. Es el colofón de una época que nos ha tocado vivir gobernada por el deterioro, el declive, la agonía, y la depresión. Es el espejo de una sociedad agotada.
Es una mierda.
Es tan fuerte el impacto recibido al ver como este producto menor se alza con trece nominaciones que solo cabe apagar la luz, e irse a acostar.., porque así como el tocadiscos, el radiocasette, las cintas, el walkman, y todos esos inventos pasaron a la historia, ahora le toca al cine.
El cine planteado en estos términos está acabado, y estos chicos que vinieron a darle un nuevo empuje, como Guillermo del Toro, han resultado tener talento solo para la copia sin contenido. Se han quedado en la superficie sin profundizar lo más mínimo.
Para qué profundizar si al final se gana lo mismo.
Que en el fondo es de lo que se trata…