La fiel infantería
Sinopsis de la película
Después de varios meses en primera línea del frente, llega la orden de relevo para el batallón Barleta. Es el reencuentro de los soldados con sus familias, con sus novias, y sobre todo, con la paz. Pero la tranquilidad dura poco, pues pronto les llega la orden de reincorporarse al frente. Allí se les confiará una peligrosa misión: la toma de Cerro Quemado, una cota difícil.
Detalles de la película
- Titulo Original: La fiel infantería
- Año: 1960
- Duración: 113
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Opinión de la crítica
Película
4.9
93 valoraciones en total
A todos los españoles que hicieron esta guerra.
Estén donde estén. Vivos o muertos.
¡Larga paz!
Película española que entronizaba con el deseo aperturista al menos en cierto modo, de filmar trabajos que acercaran a todos los espectadores a una forma de entender la vida española de la forma más abierta y plural.
Para ello se filmaban cintas de la guerra española donde los malos no fueran de forma tan clara los Republicanos, sino que todos los soldados tenían la desgracia de sufrir y participar en una guerra que, ¡ojalá no se repitiera nunca más.
Pedro Lazaga la verdad es que dirige bien, sobre todo en las escenas bélicas, a una gran parte de los intérpretes masculinos de la época, mientras las féminas, también de lo más granado, se lucen en las escenas de la vida cotidiana del pueblo donde los soldados tienen unos días de solaz y paz. Allí se formarán amoríos y habrá momentos de humor, a cargo de Tony Leblanc y Julio Riscal principalmente.
Una película bien hecha, que tuvo los premios patrios del Sindicato nacional del espectáculo 1959: Premio Especial y Premios San Jordi 1961: Mejor fotografía en película española (Manuel Berenguer), y que deja un buen sabor de boca, a pesar de que haya escenas que causen hoy en día un poquito de vergüenza como la relación prematrimonial de los casi marido y mujer Arturo Fernández y Analía Gadé (pinchar en el nombre para ver mi homenaje a la actriz). Me refiero a que ni darse un beso pueden en la que será su casa pues todavía no están casados…. En fin…
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Contiene escenas de guerra donde avanza la infantería nacional española durante la guerra 1936-1939, que para sí la quisieran muchas películas de más fama y dinero producidas en EE.UU., por su realismo y excelente filmación.
Salvo esto, la película en líneas generales es un coñazo, pesada como la campana de una catedral.
Bien, se suele decir, escribir, y hablar, que lo que vemos en esta película es una visión despegada y alejada de la visión que el cine de propaganda de la inmediata posguerra española dio de la Guerra Civil: es decir, la propaganda ideológica y la idea de cruzada victoriosa se olvidan en favor de un punto de vista más neutro, en el que los soldados son, sobre todo, soldados, que viven, aman, luchan y mueren. El modelo aquí sería el cine bélico de Hollywood, y más concretamente una película como Más allá de las lágrimas (Battle Cry, 1955), dirigida por Raoul Walsh -otra película basada en una novela, como la de Lazaga- , y en la que a lo puramente bélico se superpone el retrato de cada soldado, y las relaciones amorosas de los soldados con las mujeres que se cruzan en sus vidas. En fin, guerra y melodrama, amor y muerte, heroísmo y sacrificio.
El texto final incide en este punto de vista nuevo, abogando por los muertos de los dos bandos, y por tanto, por una tímida reconciliación nacional de todos los españoles, los vencedores y los vencidos. La fiel infantería cuenta con un buen reparto, y podemos ver a Tony Leblanc en un papel en el que incluso canta y toca la guitarra en una escena. La película tuvo su polémica en su día por la crueldad con la que se interpretaba la acción bélica. En realidad, hay dos direcciones contradictorias en el film: la que efectivamente glorifica la Guerra Civil desde el bando franquista, y la que trata de verla desde un punto de vista menos ideológico y más hollywoodiense. Esto se aprecia en la propia estructura del film: la parte que transcurre en la ciudad de la retaguardia, estructurada en diversas historias de parejas, es la parte más aperturista , la parte de la batalla, después, es la más pegada al pasado.
En el fondo, no hay aquí una visión imparcial y objetiva de la guerra, porque no podía haberla. En 1959 hubiera sido inconcebible hacer una película sobre la guerra desde el punto de vista del bando republicano, y en la que los protagonistas fueran soldados republicanos. La apertura estaba sólo en el tratamiento de los soldados franquistas, más humanos que en la inmediata posguerra.
La fiel infantería adapta la, en su día, famosa novela de R. García Serrano, autor que tenía una visión melancólica y desencantada de la guerra, pues siempre la interpretaba, a pesar de su patriotismo franquista, como más bien triste. Triste porque se lleva a seres queridos, frustra las ilusiones de los enamorados y convierte a los amigos en un recuerdo amargamente nostálgico. En otros guiones suyos como La patrulla y Los ojos perdidos se ofrece la misma impresión de que las victorias bélicas son un arma de dos filos. no sólo derrotan y humillan a los vencidos, sino que convierten en perdedores a los ganadores.
En La fiel infantería no hay demagogia sobre el enemigo. No se habla mal de él. El enemigo es una colina que hay que tomar y que puede costar la muerte. Y se teme la muerte porque se deja atrás esposa, padres, una novia e incluso una guapa madrina de guerra. Tras unas breves secuencias bélicas iniciales, la acción se traslada a la retaguardia y la película se convierte en varias historias de amor, muy bien elaboradas, y también en una comedia de humor costumbrista.
Pero el paréntesis concluye, se vuelve al frente. Y entonces asistimos a una larga, brillante y emotiva batalla que cuesta la vida a varios de sus protagonistas. Pocas veces he visto en el cine, incluso norteamericano, secuencias de acción tan espléndidamente realistas, tanto en la lucha a distancia, con cañones y rifles, como en el combate cuerpo a cuerpo, a bayoneta calada. Es uno de los espectáculos bélicos más estimulantes de los años cincuenta, en el que no se ahorran detalles de la crueldad de la guerra.
La película triunfó en taquilla e incluso interesó en Italia, Alemania, Francia y otros paises. Un Lazaga extraño, pues su estilo no presumía ese dominio del cine de acción (que demostraría de nuevo en Posición avanzada ) realizó muy bien el film, aunque algunas secuencia cómicas parecen más pertenecer a Los tramposos que a un film de esta categoría.
Destacan Arturo Fernández e Ismael Merlo, en papeles dramáticos y Tony Leblanc en el humorístico.
El cine bélico franquista hizo lo mismo que el de Hollywood: fiera demagogia contra el enemigo en los cuarenta y parte de los cincuenta y respeto e incluso búsqueda de reconciliación a partir de 1956. Recordemos el tratamiento que recibe el comunista español de un campo de concentración ruso en La patrulla . No es una fiera, sino un buen tipo que deja escapar a un falangista porque siente tanta nostalgia por España como él. También en Tierra de todos , de Isasi, se hacen amigos un católico y un marxista. Y el Posición avanzada los combatientes de uno y otro bando pescan juntos.
Lo lamentable es que la copia de La fiel infantería que se ha editado es mediocre, porque el master se perdió en un viaje a Estados Unidos. No comprendo que el negativo original de un film tan importante pudiera perderse. Es como si Hollywood perdiera Duelo en el Atlántico o Torpedo , algo inexplicable. Ese mismo caso ocurrió con, al menos, otras dos películas españolas: Siega verde y Sol de verano .
Una de las más conocidas y respetables piezas del cine sobre la Guerra Civil española que no es tan partidista como podía esperarse pero que tampoco puede ser neutra del todo como sería lo deseable. A pesar de esto la pacificadora dedicatoria del plano final parece ser que le trajo bastantes problemas al inolvidable productor José Luis Dibildos, que aplicó a la película ese sentido de la pulcritud y del refinamiento característico de sus productos. De las historias de amor destaca la que viven Analía Gadé y Arturo Fernández, ambos muy convincentes en sus papeles y con estilos interpretativos propios. Bastante inocente y puro es el romance que viven Enrique Ávila y Paloma Valdés cuando se conocen en un baile. La relación más compleja es la que mantienen Ismael Merlo y Laura Valenzuela en dos estupendas creaciones. Sólo por el reparto lleno de estrellas merecería verse este film y respecto a la técnica empleada para las escenas bélicas se puede decir que es irreprochable. Buena película.