La fiebre del ajedrez (C)
Sinopsis de la película
A través de la historia de una pareja de jóvenes y sus desavenencias durante la competición, Poudovkine decidió hacer una sátira de la fiebre por el ajedrez que se desató en Moscú con motivo del Torneo Internacional de Ajedrez.
Detalles de la película
- Titulo Original: Shakhmatnaya goryachka
- Año: 1925
- Duración: 20
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes descargar una copia de esta película en formato HD y 4K. A continuación te añadimos un listado de opciones de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
Película
6.6
92 valoraciones en total
La fiebre del ajedrez es una de las primeras filmaciones hechas sobre ajedrez. El corto se centra en el torneo de Moscú de 1925, uno de los primeros en tener relevancia internacional. En efecto, en el mismo participaron grandes figuras de la época como el vigente campeón mundial Capablanca, junto con Lasker (ex-campeón mundial), Marshall, Tartakower, Reti, Rubinstein y Bogoljub (quién ganaría el torneo), entre otros.
Desde el punto de vista narrativo, La fiebre del ajadrez relata humildemente, a través de una historia de amor, cómo el ajedrez se estaba volviendo una auténtica obsesión en la reciente Rusia soviética. Un amor al juego que, en vista de la amada, se contrapone a su amor conyugal. Las imágenes son claras: el ajedrez es todo, es la fiebre del momento. De hecho, históricamente los rusos pronto empezarían un dominio del juego que daría lugar a grandes campeones mundiales como Alekhine, Botvinnik, Tal, Smyslov, Karpov y Kasparov. Esta fiebre llegaría incluso a un estatus de representar su superioridad intelectual (esto es, del comunismo como gobierno) a través de su superioridad en el ajedrez, punto que tendría su auge políticamente en el campeonato mundial de 1972 entre Fischer y Spassky.
En resumen, creo que este cortometraje gustará a todos aquellos aficionados al ajedrez. Contiene auténticas reliquias como imágenes del torneo de Moscú del 1925 y una pequeña actuación del gran Capablanca. Un film que enriquece por su contenido histórico, a la vez que se disfruta por la sencillez y encanto de su historia. Y todo bajo esa fiebre, esa pasión que, para muchos, representa el ajedrez.