La extraordinaria historia del New York Cosmos
Sinopsis de la película
Corría el año 1977, durante uno de los veranos más agitados y decadentes que haya vivido Nueva York. Fue entonces cuando, en medio de apagones, desórdenes callejeros, los asesinatos en serie del ‘Hijo de Sam’ y el auge de la legendaria discoteca Estudio 54, se produjo un prodigio de inspiración absolutamente inesperado: el ascenso del Cosmos de Nueva York, el primer gran equipo norteamericano de fútbol, y de su superestrella Pelé. Adorado de la noche a la mañana por una ciudad obsesionada con la fama y el éxito, el Cosmos encendió la llama del primer amor pasional de Norteamérica con el deporte más popular del planeta. Arrastrado, sin embargo, por el torrente imparable de la fama, el glamour y el desenfreno, el Cosmos encontró su destrucción.
Detalles de la película
- Titulo Original: Once in a Lifetime: the Extraordinary Story of the New York Cosmos
- Año: 2006
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
6.5
69 valoraciones en total
Gran documental sobre el Cosmos, y el nacimiento del Soccer en USA. En la decada de los 70, el millonario Steve Ross tuvo un sueño, quería que el futbol se convirtiera en el deporte rey en los Estados Unidos. Para conseguir ese sueño, se dió cuenta de que necesitaba a lo mejores jugadores del mundo para atraer al publico y para ello tiró de talonario. De ésta forma Consiguió fichar a Pelé por una cantidad astronómica, arrebatándoselo a la Juventus a última hora.
Pero ahí no quedaría la cosa. Pelé triunfaba, pero no ganaban campeonatos, y así llegaron Chinaglia,Beckembauer y Carlos Alberto. Aparecieron los contratos televisivos y los titulos. Hace 30 años ya existía el negocio del Merchandising en el futbol, no lo inventó Florentino Pérez.
Interesante cuando nos muestran ciertos aspectos internos del club, como la rivalidad de egos entre Pelé y Chinaglia, rivalidades entre directivos, anecdotas de los viajes o el glamour de las fiestas del estudio 54.Desde el nacimiento del Cosmos hasta su caída, y con ella, la del Soccer. Nos queda la duda de que hubiera pasado, si el mundial del 86 se hubiera celebrado en USA y no en Mexico, como finalmente fué.
Desde el mundial de USA 94, los americanos siguen luchando para que el Soccer triunfe. Todas éstas estrellas, mencionadas anteriormente, fueron las que abrieron el camino. Actualmente siguen la estela jugadores como Beckham, Marcelo Gallardo, piojo López, Cuauhtemoc Blanco o Juan Pablo Ángel.
Recomendada para amantes del futbol.
Interesantísima, muy bien documentada, llena de anécdotas y detalles curiosos. Narrada por Matt Dillon y con la intervención de todos los grandes protagonistas de la época, excepto Pelé que rehusó intervenir. Hasta Johan Cruyff, del que dicen que no da un paso si no es con pasta por delante, aporta su opinión. Steve Ross desgraciadamente no pudo aportar su contribución (murió en el 92, sin poder ver a EE.UU. organizar la Copa del Mundo de Fútbol), ni Nesuhi Ertegun (muerto en el 89). Es sumamente atractivo ver como los enfrentamientos internos entre De La Sierra, Clive Toye, Chinaglia, Peppe Pinton y Jay Emmett, parecían ir en paralelo al colapso de la North American Soccer League. Nunca sabremos donde estaría el soccer hoy en día si esta liga y el Cosmos hubiesen sobrevivido al varapalo que supuso no organizar el mundial 86.
Este documental utiliza la historia del mítico equipo de fútbol americano del New York Cosmos para hablarnos también de la accidentada trayectoria del fútbol en USA, el llamado soccer .
Si te gusta el fútbol es imposible no sentir simpatía desde el primer momento del film por esos locos americanos que, en principio sólo buscaban ganar dinero con este deporte, pero que aprendieron a amarlo.
Además, la película cuenta algunas anécdotas maravillosas sobre Pele, Steve Ross, Giorgio Chinaglia o Franz Beckenbauer, Carlos Alberto…
Mientras veía esta película no pude borrar la sonrisa de mi cara.
Así es, hace mas de 30 años el Cosmos de N. York, a base de talonario y mucho marketing, consiguió introducir el fútbol en un país y una sociedad que preferían otro tipo de espectáculo deportivo. Y es que hay que reconocer que los norteamericanos cuando se ponen a hacer algo con tesón – y muchos billetes claro-, suelen conseguir resultados y además hacer negocio.
Y Once in a Lifetime nos cuenta como se coció todo, como se pasó de jugar una pseudo-liga profesional con una media de 100 espectadores por partido, a llenar campos con 80.000 personas, con el reclamo de jugadores estrella como Pelé, Cruyff o Beckenbauer y con contratos de televisión millonarios, haciendo sombra a los deportes reyes de USA, contado en primera persona por muchos de los protagonistas (Pelé no quiso participar).
Y nos muestran todo el cristo mediático que se formó, visto desde la perspectiva del Cosmos, el elitismo, las repercusiones sociales y mediáticas, el desmadre que generaba la situación, las fiestas, los piques entre jugadores estrella, y ya posteriormente la caída a los infiernos y el fin de una época que claramente se adelantó a su tiempo en lo que al fútbol se refiere y en todos sus aspectos y vertientes.
Llaman la atención las normas que se aplicaban en pro del espectáculo, como por ejemplo que los partidos nunca podían acabar en tablas o los penaltis desde el medio del campo al estilo del fútbol sala…
Buen documental, apto para todos los públicos, pero mas bien recomendado para futboleros/eras.
Siempre me ha resultado curioso como un sector mayoritario de la intelectualidad ha marginado al fútbol acusándolo de contracultural. No se lo reprocho, hay que profundizar en los elementos de los que se habla para poder ir más allá.
La cultura del fútbol es infinita, lo que te puede aportar en el ámbito histórico, urbano, social, político, geográfico, lingüístico… es inabarcable.
No se trata de ver a veintidós tíos corriendo detrás de un balón –por cierto el que dice eso poco sabe de fútbol- para nada, se trata de hacer un esfuerzo más.
Les pondré un ejemplo, aunque hay miles de ellos. Budapest, ciudad Patrimonio de la Humanidad, de belleza indescriptible y donde el fútbol se vive con verdadera pasión. Hay cinco grandes clubes en Budapest, el Ferencvaros, el MTK Budapest, El Vasas, el Honved, y el Ujpesti Dozsa. Cada uno de ellos representa perfectamente a un estrato social, económico y político de la ciudad. El Ferencvaros es de centro-derecha, era el equipo preferido por los dirigentes nazis que gobernaron Hungría durante la Guerra y durante el régimen comunista fue el símbolo de lucha contra el stalinismo. El MTK, en cambio representa a los judíos húngaros, un sector acomodado pero muy violentado durante diferentes épocas en el país, que sin embargo han mantenido su identidad en la ciudad que nació Teodoro Hertzl, padre del sionismo. El Honved creado y vinculado al Ejército rojo húngaro, Puskas jugó allí movilizado. Mientras el Vasas es la típica institución comunista de carácter polideportivo que se creaba en las ciudades del telón de acero, sus nadadores y waterpolistas son míticos. El Ujpesti está al norte de la ciudad, en la zona proletaria obrera, representa a los trabajadores de la automoción y de las fábricas de ese Budapest donde no hay monumentos ni museos y que nadie visita.
Once in a Lifetime, película-documental, hace lo mismo, nos lleva a los entresijos de la América setentera donde los sueños todavía eran posibles, y el Cosmos de Nueva York de ese magnate Steve Ross es uno de los fenómenos sociológicos más interesantes para estudiar del planeta fútbol.
Todo esta aquí, bueno casi todo porque Pelé declinó participar en las entrevistas del documental, y eso hace que pierda algo de fuerza. De todas formas el resto es mucho, sobre todo Chinaglia, un goleador italiano sacado de cualquier película de mafiosos de Scorsese. Él y un grupo de amigos crearon el grupo fascista Irreductibile, conocidos ultras del Lazio, el equipo de Mussolini.
Por cierto, Hitler como buen populista era del Schalke 04 de Gelsenkirchen, el lugar de la cuenca minera donde sacaba el carbón para la guerra y tenía uno de los más famosos campos de concentración para mujeres. Hoy es el club más odiado de Alemania. El Bayern entonces no pintaba nada, siempre fue un equipo de judíos.
No se pierdan la película, y que vengan más.