La extraña que hay en ti
Sinopsis de la película
Erica Bain (Jodie Foster) es una locutora de radio neoyorquina, cuya vida da un giro dramático cuando una noche, en plena calle, ella y su prometido (Naveen Andrews) reciben una brutal paliza a raíz de la cual él muere. Incapaz de superar la tragedia, Erica sigue rondando la zona en la que los atacaron, buscando pistas que la lleven a los responsables. Un agente de policía (Terrence Howard) intuye sus intenciones y trata de evitar que se tome la justicia por su mano.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Brave One
- Año: 2007
- Duración: 119
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Opinión de la crítica
Película
6
57 valoraciones en total
De extraña nada, guapa. En este mundo al que más y al que menos, en cuanto se le toca la moral más de lo necesario, se le calienta la sangre y monta un pollo de categoría. Así que nada de extraña. La pequeña homicida que duerme en tu interior, también dormita en el de Paquito el chocolatero, en el de Karembeu, y hasta, fíjate que te digo, hasta en le interior de Benedicto (sin números, pa que nadie se ofenda).
Pero no inventaste nada. Este loco arrebato ya la puso en práctica el bueno de Charles Bronson. Aunque él parecía tener menos corazón y más orgullo. Tú matas porque amabas. Él sólo porque tocaron algo suyo. A Charles no se le veía afligido. Incluso parecía que la ausencia de la parienta poco le importaba. En cambio La extraña que hay en mi enseña un poco de corazón. Para mi gusto mejor construida, y por consecuencia, mejor rematada.
Seguramente que esta película recibirá muchas críticas de los que confían en el sistema judicial. Y probablemente tengan razón. Se defiende básicamente el derecho a tomarse la justicia por su mano, y eso ya sabemos que es muy peligroso pues nadie tiene el poder ni el conocimiento de saber lo que es justo en todo momento. Solo podemos aproximarnos a hacer justicia mediante el actual sistema.
Pero también es cierta la sensación de impotencia que tenemos cuando en nuestra vida se nos cruza algún cretino sin escrúpulos, que seguramente lleva años campando a sus anchas haciendo a la gente lo que le viene en gana, con setenta detenciones en cima que no sirven absolutamente para nada, y que encima la ley le ampara porque se le respetan todos sus derechos, cuando la víctima solo tiene derecho a joderse.
Seguramente lo mejor sea confiar en el sistema. Pero no por ello vamos a ignorar que el sistema, aún siendo el mejor conocido, está a 40.000 años luz de hacer justicia.
La película se atreve a presentar como lícito el hecho de que cada uno administre su justicia. Confieso que incluso sientes placer al ver como dan caña a los malos .
Pero normalmente en la vida real no esta tan claro quien es el malo. Por ello me parece un guión un poco simple. En eso parece un remake de alguna película de Charles Bronson, aunque eso si, profundizando bastante más en los personajes y resultando siempre interesante.
Jodie Foster está realmente genial, como casi siempre. Su sola presencia es una garantía.
Os recomiendo finalmente ir a verla, pues se esté o no se esté de acuerdo con el supuesto mensaje, al menos resulta entretenida y seguramente no dejará indiferente a nadie.
Realmente no sé a que viene tanta crítica negativa hacia esta película. No engaña a nadie Neil Jordan, nos regala lo que realmente nos ofrece, sin trampa ni cartón. Lo que en esta web se ha colado mucho intelectual del séptimo arte y si el film no aporta nada nuevo…es una basura, ¡ vaya necedad ! Si juzgáramos todo en la vida de esta manera…apaga la luz y vámonos.
Yo a lo mío, a dar mi modesta opinión a ver si le sirve de ayuda a algún compañero. Me recuerda mucho a Justicia Callejera de Charles Bronson, con sus diferencias, pero mucho mejor. Aquí te introducen en la historia en los primeros 10 minutos, se va al grano, la otra tarda un poco más. La protagonista es víctima directa, en la otra lo es indirectamente. Una mujer por un hombre. Los secundarios tienen un gran peso en la historia, ( enorme Terrence Howard ), en la otra casi pasan desapercibidos.
Ciñéndonos a esta, me encantó la forma de desarrollar el argumento, como nos vamos introduciendo en la forma de pensar y actuar de la protagonista, ver spoiler (1) y nos vamos haciendo preguntas sinceras de moralidad, ¿ debería hacerlo ? ¿ haría yo lo mismo? Ver spoiler (2).
¿ A qué le damos más importancia, a la moral o a la justicia? Vivimos en una sociedad hipócrita, pero llena de valores de boca para afuera, pero a la hora de la verdad, demostramos la bestia que llevamos dentro. Los habrá que se aferren a la moral y esperar los acontecimientos de la ley y el orden, por otro lado, los que se ponen en la piel de la protagonista y actuarían de igual forma. Esto es realmente el mensaje que desea transmitirnos el director y la verdad es que lo consigue, asi que dejemos de hacernos los entendidos y respetemos el trabajo de un gran profesional como es Neil Jordan. No te la pierdas…te gustará.
El mundo, queramos o no, se rige por valores y sentimientos (o la carencia de ellos), ya sea el amor o el egoismo, la verdad, la falsedad, la envidia, la misericordia, la justicia, la venganza o la soledad…. todo cuenta a la hora de hacer cualquier acción. Insconscientemente nos vamos formando de una forma u otra, según las vivencias, lo aprendido y el poder de uno mismo para decidir o dejarse influenciar, pero también existen hechos fortuitos que pueden cambiarnos radicalmente alguno de nuestros parametros y echar abajo todo lo concebido en nuestra cabeza hasta entonces. Algo así le sucede a la protagonista cuando le acontece el traumático y horroroso suceso con los malnacidos de turno.
Sinceramente, ver la evolución del personaje de Jodie Foster (excelente actriz de los pies a la cabeza) es como asistir a una terapia con nuestros miedos e inquietudes, como juzgarnos a nosotros mismos y plantearnos sus dilemas. Es que si lo piensas por un momento es tan atroz la situación… que aunque seas muy pacifista, el deseo de justicia siempre aflora, y si ves que no la encuentras o el sistema no puede dártela, llegas a un punto que te planteas otras alternativas. Eso hace Erika, la protagonista. Necesita sobrevivir, canalizar ese miedo para que no se la coma interiormente, es o ella o ellos, no hay más, es dar un poco de sentido al caos que le rodea. Yo no defiendo la violencia, pero si pienso por un momento que me sucede algo parecido… no se como reaccionaría, pero dudo mucho que pudiese mantener la paciencia y serenidad suficiente para esperar que la ley actuase correctamente. No quiero generar debates ni contar milongas, simplemente la película te hace reflexionar, ya sea a favor o en contra de ello, o sin posicionarte, pero te hace meterte en su situación, sigues sus pasos, te mueves con ella, temes con ella, y te alivias cuando ella se alivia, eso es algo que no todas las películas consiguen, y Neil Jordan si ha sabido transmitir, aunque el tema haya sido tratado muchas veces. Varias veces tuve la sensación de estar viendo un superhéroe, bueno, en este caso heroina, alguien capaz de acabar con malechores, de dar un poco de tranquilidad a la vida pero, sobretodo, por ser capaz de hacer cosas que no somos capaces o no nos atreveriamos a hacer… de vencer los miedos que nos cohartan y nos limitan. Y desde luego nunca vi un heroe ni heroina más humana que la que nos representa Jodie Foster.
– Siguo en spoiler por falta de espacio, no desvelo nada –
Acostumbrados como estamos los espectadores a visionar películas de mensaje fácil, en las cuales los buenos son buenísimos y los malos malísimos, o películas simples y aptas para los encefalogramas planos de un elevado porcentaje de la audiencia, resulta sorprendente encontrar cintas como la presente, que se arriesgan y se tambalean en un delgado filo para mostrar esa parte de nosotros mismos que tanto miedo nos da aceptar, e incluso mostrar.
El gran valor de La extraña que hay en ti (auténtica aberración de traducción del título original, que sería algo así como La valiente), es lo arriesgado de su guión, así como su prodigiosa capacidad para envolver al espectador en una telaraña emocional con el único fin de conducirlo a un clímax final perfectamente medido y estudiado y de (tal vez haciendo honor al título) valiente resolución.
La estupenda y desgarrada interpretación de Foster consigue trasmitir la lenta y profunda mutación sufrida por una mujer sometida a la poderosa amenaza del miedo irracional, y cómo ese deterioro va despedazando los valores morales y trasformando al individuo en algo más cercano a un animal que un ser humano. Esa progresiva destrucción se acompaña de una carga emocional proyectada a través de la visión del personaje del policía, que asiste al proceso sin conocer las causas reales, pero involucrándose de forma evidente en la cuestión (puramente emocional), y sin dudar ni un momento en ofrecer su apoyo a la protagonista.
Jordan dirige el filme con un pulso férreo y sin fisuras que atenaza al espectador y le hace partícipe del sorprendente placer que proporciona la venganza. Un placer amoral pero absolutamente inevitable ante un proceso tan evidente de deterioro emocional. Y lo arriesgado del filme es mantener ese pulso con maestría hasta el asombroso final, donde, en equilibrio en el filo de la navaja entro lo justo y lo injusto, lo moral y lo amoral, lo obvio y lo sorprendente, el espectador descubre con pavor que el dilema dejó de ser moral hace tiempo, y se convirtió en puramente emocional.
El filme no justifica nada, ésa sería una visión simplista del asunto. Lo incorrecto sigue siendo evidente ante nuestros ojos. Lo pavoroso es con cuánta fragilidad se desmorona nuestra humanidad en las situaciones límite. Debemos creer en el sistema y en la justicia si queremos vivir en sociedad, pero, en nuestro interior, el derecho natural a la venganza –que nos es prohibido por nuestra necesidad de convivencia y nuestra concienciación como seres civilizados– siempre acecha, como un lobo agazapado. Porque aunque nuestro intelecto y nuestra ética nos impulsen –o al menos deberían impulsarnos siempre– a hacer lo correcto (hecho loable que nos convierte en animales racionales), como seres humanos, nuestra parte animal sigue ahí, en lo más profundo. Y a veces sale… Y no sabe de moral, ni de justicia, ni de paciencia… y es incontrolable.
Completamente incontrolable.