La estructura de cristal
Sinopsis de la película
Drama que contrasta los estilos de vida divergentes de dos viejos amigos. Marek (Andrzej Zarnecki) es un famoso físco polaco que vive en la ciudad. Se dirige a la casa de su antiguo compañero de facultad Jan (Jan Myslowicz), que ha alcanzado el equilibrio espiritual y moral al alejarse de la vida urbana e instalarse en un pequeño pueblo. Obtuvo una amplia gama de premios internacionales, entre ellos el Premio Sirena de Varsovia y numerosos otros reconocimientos en festivales como Valladolid, Panamá, y Mar del Plata.
Detalles de la película
- Titulo Original: Struktura krysztalu (The Structure of Crystal)
- Año: 1969
- Duración: 74
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Opinión de la crítica
7.1
90 valoraciones en total
Con un argumento y puesta en escena minimalista, logra profundizar en la forma de vivir y pensar de una sociedad como la Polaca de finales de los 60. Dónde el telón de acero continuaba creando espanto y crueldad por doquier. Después de ser Polonia, el país más machacado por la segunda guerra mundial y uno de los que más sufrió junto a sus liberadores , primero y sus verdugos después. Sangrantes décadas de Stalinismo, comunismo en pos de una sociedad falsamente igualitaria. Dónde precisamente cada vez se estratificaba más las clases sociales y los supuestos y gloriosos avances soviéticos la estancaban y pudrían en libertades e igualdades.
Con tres personajes y la amistad , es capaz de ahondar a la manera Bergmaniana. En el pasado, presente y futuro. Anhelos y deseos de una sociedad a la deriva por las políticas padecidas y abusos sufridos.
Después llegaría Wojtyla. Para hacerlos más buenos, piadosos, serviles. Pero eso es otra historia.
Con sutilezas y matices penetra en la dualidad de la felicidad y embrión de una sociedad profundamente enferma y apática. Donde salirte de la norma y horma era traición.
La sencillez con que narra. Sumado a la música, que ensalza las imágenes y crea climax y atmósferas cotidianas fácilmente reconocibles. La naturaleza nos guiará y si la destruimos nos destruirá. Puede ser una de las lecturas.
Tras haber realizado casi media docena, entre mediometrajes y cortos. Debuta con su primer y brillante largometraje, el reputado cineasta y guionista Polaco.
Increíble sorpresa la que me he llevado con esta enorme película del desconocido para mí Krzystof Zanussi. Apenas con poco más de 70 minutos de metraje, esta pequeña joya consigue encandilar al público, con una brillante puesta en escena y un sobrio y absorbente guion.
En la estructura de cristal, el director polaco muestra dos maneras totalmente opuestas de entender la vida.
Por un lado Jan y su esposa Anna viven en el campo, alejados de cualquier núcleo de población. Por el otro Marek, amigo de Jan, es un famoso físico que vive en la ciudad y que está centrado en desarrollar su carrera profesional.
La película muestra una clara dicotomía entre la vida en el campo y la vida en la ciudad (Naturaleza/Civilización) y en mi opinión el director se decanta claramente por la primera.
La vida en el campo es alegre, vitalista, llena de plenitud, pero también supone sacrificio y fuerza de voluntad. Jan, que es un físico muy reputado, se siente profundamente feliz con la vida que lleva y no se plantea en ningún momento cambiar su situación y relanzar su carrera profesional.
Zanussi nos habla aquí de conceptos importantísimos como el aprendizaje continuo, la importancia del disfrute y de la sencillez, la pasión por lo que haces, la investigación constante, etc. contraponiéndolos con la lucha por desarrollar una buena carrera profesional llena de objetivos que nunca se acaban, lo que produce una insatisfacción constante, la vida masificada y contaminada de la ciudad, la productividad…
Esta vida en la ciudad está llena de continuas distracciones y de constantes experiencias que ahogan la creatividad y sumergen a la mente humana en una especie de mar de placeres inacabados. Marek insiste constantemente en la necesidad de hacer algo útil, mientras que Jan prefiere disfrutar con lo que hace, relegando al utilitarismo a un segundo plano.
A nivel intelectual la estructura de cristal es interesantísima. Las conversaciones entre los dos amigos versan sobre varios temas de interés científico-filosófico.
Además, el film que nos ocupa, es una gran muestra de las nuevas olas cinematográficas que se originaron en Europa en la década de los 60, tales como la nouvelle vague, el free cinema británico o la nueva ola checoslovaca. Tanto a nivel formal como su contenido intelectual dan buena muestra de ello.
Es una obra fresca, original y sencilla.
A nivel técnico, recuerda a la nouvelle vague, tanto por su banda sonora, como por su original estructura. La fotografía es muy hermosa y las interpretaciones bastante convincentes.
Un peliculón en toda regla.
El pasado 17 de junio, el director polaco Krzystof Zanussi cumplió ochenta años. Y aún, en 2019, para muchos sigue siendo un completo desconocido. Quizás eclipsado por la fama de sus compañeros y amigos Andrzej Wajda o Krzystof Kieslowski, otros nombres del cine polaco quedaron en un segundo plano como Witold Leszczynski o Jan Lomnicki, de los cuales casi no nos ha llegado nada. Zanussi fue poco a poco haciéndose un hueco, llegando a coproducir con otros países, aunque también falten un buen número de largometrajes por estrenar entre nosotros, además de sus cortos, mediometrajes y trabajos televisivos, como el realizado sobre el compositor Penderecki, una prolífica carrera que no conocemos.
De hecho, en España, logra estrenar en circuitos muy restringidos algún film durante la dictadura de Franco, como La estructura de cristal que llega en 1972. Pero hay motivo para que luego caiga en el desinterés, quizás el fracaso de la única superproducción que dirigió, sobre la vida de Juan Pablo II, De un país lejano, provocó que muchos críticos ni se interesaran luego por él y los distribuidores le pasaran por alto títulos que fueron elaborados en su línea personal y bien considerados en otros países como Imperativo, Paradigma o Suplemento. El toque silencioso (1992) sí llegó, por ejemplo a estrenarse en España, pero no llegó a todas las ciudades. Zanussi es un ejemplo de coherencia, fuera de toda corriente y de lo que debiera ser un autor, aunque, desgraciadamente en la actualidad, sea todavía difícil acceder a su obra.
Su debut en el largometraje es La estructura de cristal, dos años después de obtener su título de director de cine, y donde funde en su guión ingredientes que serán en más de una ocasión una constante en su cine, física y filosofía, las carreras que estudió y que también imparte clases como profesor en la Universidad de Katowice, en su Polonia natal.
Es curioso, pero mientras la veíamos la influencia estética de su cine sobre Pawlikowski era evidente, por sus encuadres, su ritmo y el blanco y negro. Su guión no es simple, es conciso que es muy distinto, como su sobria dirección. Con el paso del tiempo, ya con Iluminación por ejemplo, su tratamiento va adquiriendo más personalidad, un cine que hoy día que hoy pocos se atreverían a seguir y sobre todo no estarían habituados a ver.
La estructura de cristal es un notable ejemplo de lo que es un planteamiento interesante con personajes antagónicos, dos amigos, Marek y Jan, y donde la mujer de Jan, Anna, es el nexo invisible entre ambos. De fondo vemos la diferencia de estilos de vida, de pensamiento, incluso de vivir el ocio, dentro de una sociedad que se deja impresionar por el diseño occidental de los coches y que vive en una aparente libertad, como el momento que van al cine.
El gran compositor Wojciech Kilar, colaborador de Zanussi y fallecido a finales de 2013, que también colaboró con Wajda, Kieslowski, Polanski o Coppola, hace una buena labor, como Matyjaszkiewicz a la fotografía.
Los actores desprenden una gran naturalidad, como suele suceder en la mayoría de sus films, donde Zanussi dirige con acierto y sus diálogos parecen casi improvisados, gracias a que todo está perfectamente ensayado y nunca se cae en el encorsetamiento , pudiendo haberlo hecho, porque ya se sabe que en esta clase de films eso podría ser una licencia, pero no ocurre.
Ojalá podamos ver sin dificultad la obra de Zanussi en su integridad, porque tanto su autor como los espectadores lo mereceríamos, ya que es uno de los grandes europeos, aunque, como hemos dicho al principio, muchos no lo sepan, al menos por estos lares.