La escuadrilla del amanecer
Sinopsis de la película
Primera película sonora de Hawks, que relata la historia de un grupo de aviadores ingleses que se enfrentan a pilotos alemanes. En 1938 el director Edmund Goulding realizó un remake protagonizado por Errol Flynn en el que se usaron algunas escenas aéreas de esta primera versión.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Dawn Patrol
- Año: 1930
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
Película
6.8
53 valoraciones en total
Otoño 1915. Primera guerra mundial. Un grupo de pilotos británicos se enfrenta diariamente a la muerte, en lucha contra los alemanes, en suicidas incursiones aéreas que ocasionan numerosas bajas. Este es el planteamiento inicial de esta película, la primera sonora de Howard Hawks, desarrollada en buena parte en interiores, aunque con algunas escenas de ataques aéreos –el ataque al campamento alemán está muy bien rodado, pensando en que estamos hablando de una película de hace 85 años-. Con un claro y predominante componente teatral y ciertos restos de las maneras y gesticulaciones del cine mudo, combina algunos de los temas queridos a la filmografía de Howard Hawks como la camaradería, la aviación, la cuestión fundamental de la responsabilidad del mando o las canciones que ilustran un estado de ánimo con una vívida descripción de la espera, el estado de tensión y nervios del comandante y sus subordinados, sazonado con algunos elementos de humor protagonizados fundamentalmente por el personaje interpretado por Douglas Fairbanks Jr. Me gusta más la casi exacta versión posterior de Edmond Goulding, rodada 8 años después -que incluso reutilizó algunas de las escenas de batalla- y cuya mayor baza era la elección de unos actores mucho más atractivos y eficaces, Errol Flynn y David Niven, pero que no aportaba sustancialmente nada nuevo a esta correcta pero, en ningún caso, notable producción de un maestro cuyos mejores frutos estaban por llegar.
Cuando Howard Hawks realizó este largometraje sobre la aviación inglesa mucho quedaba por delante, tanto para el director como para la misma aviación. Por un lado el director mejoraría mucho, aunque La escuadrilla del amanecer , su primera película sonora, supone ya un paso adelante esmerado. Por otro lado la parte bélica relacionada con el aire, en cuestión de un par de décadas, sufrirá un cambio radical, así que las imágenes de estos aventureros pilotos que forman escuadrillas con seis aparatos, sencillamente son historia lejana.
Me ha extrañado observar lo poco conocida que es esta película, pese a venir firmada por un nombre propio de tanto peso en el cine clásico, pero sobre todo porque se trata de cine de calidad, bien hecho, y en el que el paso de más de 80 años no supone apenas pérdida de ningún atractivo. Como en la mayoría del cine de Hawks el ritmo es enorme, suceden muchas cosas, y teniendo en cuenta que en esta ocasión se va más allá de la hora y media, como es natural, el peso de los hechos es mayor.
El punto de partida es tal cual como suena, unos cuantos pilotos se adentran en misiones arriesgadísimas en las que las probabilidades de perecer son enormes. Ante esta realidad, quien se queda en tierra y da las órdenes de atacar sufre la condena de ser el que manda, los valientes que mueren en sus latas a diario no dejan de hacer su trabajo, mientras que los que los sobreviven maldicen las condiciones de esta condena. El atractivo está ahí, tal cual como el enfrentamiento humano a la muerte, con unas imágenes aéreas maravillosas, con un trasfondo emocional maravilloso y pocas cosas que decir en contra. No tengo dudas de que en 1930 las cosas difícilmente se podían hacer mejor, que Hawks era un adelantado y que ya entonces estaba muy claro que la guerra es muy perra, que la guerra no trae nada bueno y que, aún así, es uno de los temas del cine que bien tratados, como es el caso, puede funcionar muy bien a la hora de enseñar emociones a gran altura.
La escuadrilla del amanecer fue la primera película sonora de uno de los más gigantescos directores del séptimo arte: el genial Howard Hawks. Hawks debió vencer la resistencia del estudio porque los diálogos carecían de la retórica acostumbrada en los primeros tiempos del cine hablado y su dirección de actores pretendió en todo momento limar la grandilocuencia gestual heredada de la interpretación teatral, que tanto daño hizo al lenguaje cinematográfico en esta época. Warner, distribuidora de la película, se quejó de su lenguaje crudo y directo, la particular renovación emprendida por Hawks en materia de diálogos. La estrenó casi a regañadientes, pero con todo, se convirtió en uno de los films más importantes de aquel año, y su escritor, John Monk Saunders, fue recompensado con un Oscar a la mejor historia original.
La película narra el día a día de la escuadrilla así como la camaradería existente entre sus componentes a través de conversaciones que desprenden verdad y sentimiento. Del mismo modo la cinta relata también los miedos e inquietudes que sienten tanto veteranos como jóvenes reclutas al enfrentarse a misiones de alto riesgo. Hawks dibuja un triste y sincero cuento moral en el que exalta el compromiso, la amistad sincera y la caballerosidad a través de una historia romántica, serena y minimalista en la que no hay cabida para los odios viscerales ni el tremendismo, demostrando que no es preciso contar con grandes presupuestos ni postizos efectos especiales para sacar adelante una obra profundamente humanista y auténtica.
Increíbles son las realistas secuencias aéreas filmadas por Hawks, las cuales nada tienen que envidiar a las fotografiadas por otro Howard (Hughes) en su aclamada Los ángeles del infierno. El montaje de Hawks dota a estas secuencias bélicas, concentradas en su mayor parte en el último cuarto de hora de la cinta, de un misticismo visual hipnótico que se marca a fuego en nuestra memoria. La cinta tuvo un remake llevado a cabo ocho años después por Edmund Goulding con Errol Flynn como protagonista, Goulding utilizaría buena parte de las excelentes escenas aéreas rodadas por Hawks en su nueva versión.
Una cinta muy notable y claramente a reivindicar, en la que sin llegar a los niveles de excelencia de sus mejores y más aclamados films, ya se atisbaba con suma claridad en ella los mandamientos fílmicos característicos del universo del director estadounidense: entretenimiento, dinamismo, innovación, sencillez esquemática y al mismo tiempo búsqueda del virtuosismo representado en planos complejos, modernidad y excelente puesta en escena y montaje en el cual empieza a preponderar el plano medio de corta duración (el famoso plano-contraplano) contra los habituales en la época planos fijos muy teatrales y prolongados en el tiempo que dejaban poca opción a inspirar nuevas técnicas de edición.
Este es un interesante drama bélico de aviación (de los primeros sonoros de Hawks), que relata las vivencias de un escuadrón aéreo en la I Guerra Mundial.
El piloto Dick Courtney, uno de los más experimentados, es muy crítico con las órdenes que recibe de su superior, el mayor Brand, quien continuamente les ordena misiones peligrosas tanto a los más veteranos como a los recién llegados e inexpertos al frente.
Al ser ascendido y ocupar el lugar de Brand, se dará cuenta de lo que significa realmente estar en los puestos superiores de la cadena de mando. Tendrá que sufrir en carne propia la frustración e impotencia de verse obligado a actuar de verdugo de sus subordinados.
En general es una buena película. Retrata la guerra como es. No hay héroes invulnerables. A cualquiera le puede llegar su hora.
Las interacciones entre los personajes debo decir que no me interesaron mucho. Los pilotos se la pasaban quejando de ser tratados como ganado (sobre todo los que más tiempo llevaban peleando). Parece que no tienen idea de lo que significa estar en una guerra. Y cuando Courtney fue ascendido, fue como ver la misma historia dos veces. Con los mismo conflictos entre superiores y subordinados. Pero no por eso dejan de ser buenas. Te hacen pensar en como, en la guerra, todos los involucrados pueden sufrir de una forma u otra. Y que no sabes lo que significa ser comandante hasta que te toca. Esa es la parte más enriquecedora de toda la historia.
Por lo demás, las escenas de acción aérea están bien conseguidas y resultan entretenidas.
Debo decir que me sorprendió ver lo muy bien que las trabajaron.
El montaje ayuda mucho.
Algunos planos son muy impactantes.
Así pues… recomendada para fans de Hawks, de la aviación y de la Gran Guerra.