La educación del rey
Sinopsis de la película
Reynaldo Galíndez, alias Rey, es un adolescente que, escapando de su bautismo como delincuente, cae en el patio de la casa de Carlos Vargas, un guardia de seguridad retirado. Vargas le ofrece un trato: el joven arreglará los daños que provocó en la casa a cambio de no entregarlo a la policía. A partir de allí, las lecciones que el viejo guardia le da al adolescente dan lugar a una relación que remite a las viejas leyendas de formación de un soberano. Pero el pacto comenzará a resquebrajarse cuando los cabos sueltos del robo en el que participó Reynaldo empiecen a cercarlos.
Detalles de la película
- Titulo Original: La educación del rey
- Año: 2017
- Duración: 96
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Opinión de la crítica
6.1
41 valoraciones en total
La educación del rey es una película de Santiago Esteves. Filmada íntegramente en la Mendoza natal del director, esta producción es tan simple como efectiva.
La trama cuenta la historia de Reynaldo, un joven de clase baja que decide dejar su casa e ir a vivir con su hermano mayor. Por hacerle un favor a este, el protagonista se ve envuelto en un robo que sale mal. Durante su escape, Reynaldo cae en el patio de Carlos, un guardia de seguridad jubilado que lo acogerá en su casa e intentará enseñarle el valor del trabajo. Es así que Reynaldo aprenderá defenderse y respetarse a si mismo, al mismo tiempo que evita a los empleadores de su hermano, que lo buscan para atar cabos sueltos.
Esta película es dueña de un ritmo prácticamente perfecto. Antes de dirigir, Santiago Esteves se desempeñó como editor en las películas de muchos cineastas de alto vuelo argentinos, y esta experiencia se nota al ver esta producción. El maravilloso pulso editorial del director se ve muy bien complementado por las interpretaciones de la mayoría de los actores, que ayudan a hacer más llevaderas las escenas menos cargadas de acción.
Siguiendo con la idea del párrafo anterior, las escenas de acción están muy bien filmadas. Persecuciones y tiroteos están grabados con un estilo que recuerda al de Pablo Trapero, el máximo exponente de la acción realista del cine argentino. No es casual que Santiago Esteves haya trabajado como editor en varias de las producciones de dicho director.
Más allá de algunas actuaciones mejorables, como la del protagonista y su hermano mayor, el único problema que encontré en esta película fue la simpleza de su guión, que de a ratos le juega en contra. Me hubiese gustado que algunos de los personajes estuviesen un poco más desarrollados o que la trama tuviese algunas sorpresas más.
En conclusión, La educación del rey es una muy buena película dirigida con precisión y tacto. Más que recomendable para cualquiera que guste del buen cine.
Estamos ante una ópera prima, o sea una primera película de un director. Una película de un hombre joven, un mendocino graduado en la Universidad del Cine en Buenos Aires que además de dirigir el film es co-autor del guión, y participa del montaje del mismo (experiencias anteriores con Villegas, Llinas y Trapero). O sea, una personalidad múltiple que aparece a cargo con mucha firmeza de un policial negro que renueva la esperanza del desarrollo de un cine de género en Argentina.
La narrativa de Esteves es simple y lineal. Por momentos hace recordar al cine de Sam Peckimpah, concretamente al que desarrolló en La Fuga. Un cine seco, directo, contundente. La acción transcurre en Mendoza, en las afueras de la ciudad, en la época actual, y narra una historia de marginados, de tipos jóvenes fuera de la ley que intentan cometer un robo que obviamente no sale según lo esperado. Ello generará una persecución que se narra desde el punto de vista del perseguido.
El film describe un mundo que se desarrolla al filo de la ley, donde comienzan otras reglas más allá de las leyes tradicionales que son dictadas por los poderosos del lugar, donde la cana se transforma en un simple brazo de ese poder dentro de un mundo donde prevalece la marginalidad, en el que cuesta levantar cabeza y salir a flote, y donde cada uno (incluso las autoridades) termina jugado haciendo la suya, o sea, lo que más le convenga, esté o no dentro de la ley.
En este mundo binario donde nadie es demasiado bueno ni demasiado malo, donde cada uno tiene una cara visible y otra oculta, Reynaldo Galindez, El Rey, comete un hurto robando a quien no debía robar. Paradójicamente, escapa y cae literalmente en la casa de Germán (Carlos Vargas), un guardia de seguridad de una transportadora de caudales casi al borde de la jubilación, que le da refugio y protección. Entre ellos se generara una complicidad, casi una relación de padre e hijo, donde básicamente El Rey aprenderá a vivir en ese mundo tan hostil de los marginados haciendo equilibrio para no caer en manos de los que supuestamente defienden la ley pero tampoco de aquellos que viven fuera de ella.
Esteves, como narrador y como editor, se muestra muy seguro de sí mismo. Relata con prolijidad y claridad su historia basándose en un guión perfecto, sin ningún tipo de fisuras. Se nota que tiene mucho policial visto, sobre todo americano. Producto de ello, su cine observa un manejo notable de los tiempos cinematográficos. El film es muy directo, no tiene desvíos de ninguna naturaleza y carece absolutamente de tiempos muertos derivando en una narración cristalina, sin ningún tipo de meta mensaje, cuya contundencia se mantiene de principio a fin.
El guión, obra del propio director y Juan Manuel Bordón, muestra la experiencia periodística en el género policial de este último, quien trabajo en la Sección Policiales del Diario Clarín. Filmado en Mendoza, en los márgenes de la ciudad, la ambientación registra un clima pueblerino, cinematográficamente tan propio del lejano oeste como de los pueblos del interior de nuestro país, donde todo el mundo se conoce y se sabe muy bien quien es cada cual. Es en esa cuestión de los márgenes, de la dualidad donde el film se concentra y se fortalece, donde la ambigüedad permite la confusión, donde cuesta diferenciar el bien del mal, es donde el film de Esteves se vuelve fuerte y creíble contando su historia.
Como opera prima, un film maduro y alentador. Como policial, una película muy entretenida y creíble. Me hizo recordar aquel momento de Pizza, Birra, Faso (Caetano, Stagnaro, 1998) y Mundo Grúa (Trapero, 1999) donde un nuevo cine argentino tuvo lugar. Es de desear que este pequeño pero ambicioso film sirva para mostrar el camino de un cine nacional que sin lugar a dudas ha evolucionado enormemente en calidad técnica pero que aún permanece deudor como contador de historias.
Sorprendido por el desarrollo de este film, que cuenta una historia que ira de menos a mas transformando la simpleza en complejidad, las actuaciones fueron muy bien llevadas a cabo, destacando a German de Silva, en cuanto a la trama quizás pueden ser discutibles una o dos escenas, pero son bien resueltas de todas maneras. La película no aburre nunca y mantiene la intriga hasta el final, me sorprende que tenga una calificación algo baja, me gusto, para mi es un 6,5.
Este western moderno (me viene a la memoria Chisum de Andrew V. McLaglen / 1970) se rodó inicialmente como una miniserie para la televisión pública y con muy bajo presupuesto en la ciudad de Mendoza, cuna del director. Pasó sin pena ni gloria. Pero Esteves (Mendoza / 1983) siguió creyendo en esta historia de iniciación, de aprendizaje intergeneracional, donde maestro y alumno se retroalimentan vitalmente. El Sheriff jubilado y el joven bandido en una ciudad del Oeste (argentino), fronteriza con Chile. En las afueras de la ciudad, entre el extrarradio y la llanura la ley es tan corrupta como en cualquier otro sitio y al final siempre hay que ser más rápido si uno quiere seguir vivo. Esteves ha asimilado bien los thrillers y westerns de su infancia. Con un trasfondo social autóctono de cuya crítica no reniega el director y unos personajes y situaciones muy verosímiles interpretadas con la solvencia habitual de los actores argentinos, La educación del rey , dura, seca, emotiva es un certero disparo al centro de la diana del cine de siempre.
cineziete.wordpress.com