La Diosa (Shen Nu)
Sinopsis de la película
Shen Nu (La Diosa) narra la historia de una prostituta que tiene que soportar muchas penalidades y prejuicios sociales debido a su condición, al tiempo que intenta sacar adelante a su propio hijo en la sórdida Shangai de los años 30.
Detalles de la película
- Titulo Original: Shen Nu (The Goddess)
- Año: 1934
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
Película
7.3
49 valoraciones en total
Tardío film silente chino que casi podría considerarse un anticipo de las bases que a posteriori se solidificarían en el neorrealismo italiano. La historia es tremendamente sencilla, una mirada hacia la situación social de la Shangai de los años 30 que se centra en una mujer que, para sacar adelante a su pequeño hijo, debe vender su cuerpo al primero que encuentra. Tras cierto incidente se verá obligada a depender de un chulo , complicándose aún más las cosas cuando el niño crece y se apunta a la escuela…
Yonggang Wu presenta las situaciones sin dar vueltas sobre lo mismo, condensando situaciones realistas a lo largo de apenas 70 minutos de metraje, tiempo suficiente para que el personaje de sufrida madre con doble vida, magistralmente interpretado por Ruan Lingyu (que se suicidaría poco después, con apenas 25 años de edad), llegue a hacerse interesante, atractivo, logrando simpatía instantánea con el espectador. Una mirada lúcida a la situación de la época, con algunas secuencias para el recuerdo, la fantasmagórica belleza de Ruan y una sobria dirección hacen que La Diosa se haya ganado a pulso el ser considerada una de las obras maestras del cine chino, un film silente terriblemente moderno e innegablemente poderoso.
Antes de nada, agradecer a los archivos del cine Chino por haber recuperado esta grandísima película.
Ruan Lingyu es la diosa de la película y hubiera sido una de esas grandes actrices reconocidas en la historia del cine si no se hubiera suicidado a los 24 años (despues de la peli) por motivos que podemos entender debido a su carta de suicidio y que incluso creo que se puede apreciar en la película.
Uno de esos motivos es que fue adelantadísima a su tiempo y sobre todo, país.
A parte de Ruan que se roba la película, tengo que destacar la BSO, porque yo no suelo ser muy fan de esta sobre estas épocas ya que me parecen muy cargantes. Pero ese piano es delicioso, es que hace un uso narrativo espectacular, dado que en alguna ocasión se mezcla con la misma película. Y muy bien el uso de primeros planos y algunos que me sorprenden para la época, como algún cenital e imágenes superpuestas, muy imaginativo Wu.
Película muy importante para la historia.
Lo desconocemos casi todo sobre China, y el cine no es una excepción: su redescubrimiento crítico se inició, con más de 30 años de retraso respecto al homólogo del cine japonés, en la década de 1980. La diosa ha sido una de las películas más valoradas por los conocedores dentro de la etapa de despegue de la industria nacional del cine chino, que se extiende entre el final de la época muda y el triunfo de la revolución comunista en 1949. Según estos mismos expertos (sigo aquí a Richard Peña), en este periodo el cine chino no mira hacia Japón ni hacia la URSS (los vecinos más potentes), sino que se construye bajo la influencia primordial del cine americano.
La diosa es el eufemismo con que, al parecer, se designa a las prostitutas en el argot de Shanghai. Pero la película juega también con el sentido literal del término, tanto por la belleza de su protagonista como por la visión casi beatífica de su sacrificio vital.
Como en la novela rusa del siglo XIX, es significativo de la situación social el hecho de que pudiera construirse un relato sobre el tipo de la prostituta de corazón de oro, que se ve forzada a ese cometido porque es su único recurso para mantener a su familia. Para comprender la distancia entre la sociedad china y, por ejemplo, la americana de la época, no está de más recordar que la protagonista, Ruan Lingyu, se suicidó unas semanas después del estreno de la película, al parecer debido al acoso de la prensa por la relación que mantenía con un hombre casado -un destino tanto o más cruel que el de su personaje en la ficción, y que fue objeto de una película posterior: Center stage, dirigida en 1992 por Stanley Kwan.
La diosa se inicia con la imagen de un operario que cambia la bombilla de una farola en la calle, como si fuera una metáfora de su propio objetivo: iluminar la realidad y acercar al espectador a algunos aspectos oscuros.
En su transcurso, se nos muestra el contraste evidente entre la modernidad exterior de la ciudad de Shanghai, con sus radiantes edificios y luces nocturnas, y el anacrónico oscurantismo y la hipocresía de sus habitantes.
Se trata, en definitiva, de un intento de cine social de inspiración izquierdista, que fue considerado como ingenuo por la posterior crítica comunista: ciertamente, el final sentimental no justifica con suficiente contundencia la necesidad de una revolución social, podríamos concluir, a partir de su visión (y utilizando la terminología de nuestros días), que la labor de las ONG bastaría para construir un futuro mejor.
Al margen de la visión deliberadamente simplista de la historia, en la que la bondad y la maldad se separan netamente, las interpretaciones son matizadas y creíbles, e incluso los figurantes más secundarios (un policía despistado, un estirado profesor, la vecina maldicente y su hijo) quedan perfectamente retratados con un par de trazos.
La narración funciona eficazmente, pese a algunos rasgos de primitivismo (saltos de eje, planos subjetivos demasiado obvios, composiciones forzadas y, en un momento dado, la inserción en el diálogo de un proverbio tradicional entrecomillado), y se articula con algunas imágenes especialmente llamativas:
– Los encuentros de la diosa con sus clientes son mostrados siempre de forma diferente y no rutinaria: el avance discreto y acompasado de las dos figuras vistas en un plano general, un plano de detalle de los pies, primero detenidos y luego caminando al unísono, un plano picado que muestra a las figuras como fichas desde un punto próximo a un farol.
– Cuando el viejo profesor del colegio al que la protagonista lleva a su hijo lee las cartas de denuncia de las madres de otros alumnos, una mosca se posa en su mano.
– Un sutil travelling en retroceso acompaña el movimiento hacia la cámara de madre e hijo en el momento de mayor dramatismo del relato (cuando ella termina de leer una dolorosa carta): el dramatismo queda así multiplicado. Un recurso similar se utiliza en la escena posterior en la que la protagonista se enfrenta con el gangster que la protege.
Estos y otros momentos hacen de La diosa una película interesante por sí misma, más allá de su valor histórico o como curiosidad exótica.
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