La cocinera de Castamar (Serie de TV)

4 comentarios en «La cocinera de Castamar (Serie de TV)»

1. Serie basada en la novela homónima de Fernando J. Múñez, donde una joven cocinera dotada de agorafobia a la muerte de su padre, intenta abrirse camino con sus poderosas artes culinarias en casa de un duque, Diego de Castamar.
   
   La serie sigue los pasos del libro.
   
   Comienza realmente bien, con una lentitud preciosa para poder apreciar todos los detalles de la perfecta recreación del siglo XVIII, con el vestuario, los escenarios, la fotografía, el sonido con el eco del crujir de los faldones, el chocar de los platos en la cocina, el puchero, los diálogos dichos en voz baja sobre todo de parte de los villanos, los miedos de Clara y la reticencia de Diego al pensar en su esposa difunta sobre dejar el luto y seguir las órdenes del rey.
   
   De igual modo los platos que resultan de la cocina de Clara, al mejor estilo de El festín de Babette y cuyos postres secretamente esconden la placentera culpa de dejar en el paladar de los comensales más ganas de dulce, como Chocolat , tienen un papel importante en la serie.
   
   Lo fácil sería abordar la crítica a esta serie solo desde un punto de vista dramático, actoral o aludiendo a la historia. Es fácil hacerlo sin hablar de los platos y lo que crean dentro de todos los comensales, pero incompletas serían todas las críticas hechas así.
   
   Y si lo hacen es que no tienen ni idea y no han leído el libro.
   
   Michelle Jenner interpreta de forma magistral a Clara, me ha hecho olvidarme de su Isabel durante casi hora y media, y eso es una muy buena señal. Sus miedos no quedarán reflejados en su mágica cocina, que se volverá más y más hasta anodadar a Diego, y ser su mejor escudo contra la pérfida ama de llaves, Úrsula Berenguer.
   
   Ese aire de superioridad de Úrsula, a lo Sra .Danvers de Rebeca , de Daphne du Maurier será el detonante de muchas situaciones que traerán suspense, dolor, rabia al espectador.
   
   Los personajes son fuertes, severos en un sentido rotundo e intersante, y más aún cuando el ritmo lento como creo que va a seguir teniendo se apodere del todo. Yo personalmente adoro la dramatización a fuego muy lento, nunca mejor dicho en términos culinarios, pero es que es la novela quien la pide.
   
   De las interpretaciones, Jenner y quien fue el rey moro trabajando con ella en Isabel , Roberto Enríquez, son con las que me quedo. Maria Hervás hace lo que puede con el personaje más lineal y flojo de la novela, pero Hugo Silva trae la oscuridad necesaria para establecer los cánones en los que las intrigas palaciegas podríamos decir a pesar de no ocurrir en la Corte se irán produciendo en el castillo del duque.
   
   La presencia del hermano mulato, y el romance entre los jóvenes sirvientes serán realmente un ornamento necesario para amenizar el tránsito del castillo.
   
   Es una gran historia, la de amor es sorprendente, el plan de los malos muy malos parece lo más tontorrón, no digo que lo vaya a ser, para saberlo a leer el libro o ver la serie entera, no quiero destripar nada, pero sin duda, esas tostadas con miel, esas codornices con las salsas que le pone Clara, la nata, el cocido, los sabores con los que se comunica ante un mundo que no entiende ni puede pisar aún serán los verdaderos protagonistas.
   
   Gran serie, mejor incluso que Gran Hotel .

2. Ya sabemos lo pesadita que se pone Antena 3 en lo relativo al estreno de un programa o de una serie. Ocurrió sin ir más lejos con La cocinera de Castañamar . Digo bien Castañamar ya que ¡qué castaña de serie!. ¡Qué sopor!. Y eso que sólo estamos ante el primer episodio.
   
   Uno tenía la ilusión de encontrarse con algo nuevo, diferente e, incluso, divertido. Todo ello teniendo en cuenta el espléndido sabor de boca que me dejó la anterior serie de época ( Gran Hotel ). ¡Esperanzas vanas!. Ya desde el primer minuto el ritmo es lento, pausado lo que lleva a que la serie no termine de enganchar. El resultado es de una serie en encefalograma plano como se puede ver tanto en las actuaciones como en el guión.
   
   Como botón de muestra de lo flojas que son las actuaciones, baste citar los casos de Michelle Jenner, Hugo Silva y Roberto Enríquez. Los dos primeros se volvían a encontrar tras Los hombres de Paco . Michelle pretende hallar la cuadratura del círculo y hacer parecer a sus treinta y seis años que es una joven de diez años menos. Mucha sonrisita y poca actuación. Hugo, por su parte, más que hacer de marquesito da la impresión de estar desempeñando el papel de Pacino en el Ministerio del tiempo (La Uno). Por último, Roberto es la perfecta definición de lo que parece: un actor frío y carente de personalidad.
   
   En cuanto al guión, parece muy poco cuidado. Frases sacadas de contexto, chistes malos y sin gracia, banalización de la pornografía (ver zona spoiler) … son buena prueba de ello. Esto es clave ya que buena parte del mecanismo para una serie termine de enganchar reside en un buen guión. En nuestro caso, los guionistas no se han esforzado mucho logrando aburrir hasta la nausea al personal. Al menos yo lo veo así.
   
   En resumen, éste es mi triste balance del primer capítulo de la serie:
   
   Lo bueno: Nada. Únicamente que sólo dura 75 minutos que se me hicieron largos. Más aún cuando Antena 3 tuvo la genial idea de hacer un corte publicitario al final de unos interminables seis minutos para volver con lo poquísimo que quedaba.
   
   Lo malo: Todo. No se salva nada.

3. La ambientación, las cocinas, los platos de los que solo nos faltan sus aromas, siempre elaborados con delicadeza. Nos encontramos ante una serie lenta en su ejecución, tal vez en exceso.
   
   La parte dramática, absolutamente necesaria, es lo que no liga con el resto de ingredientes. Michelle Jenner conjuga perfectamente con el espacio visual de su protagonista. Me sorprendió descubrir a Fiorella Faltoyano, a la que hacía muchos años no veía, en un papel que se ofrece bien trenzado.
   
   La valoración de La cocinera de Castamar resulta complicada, algunas de sus partes son magistrales, mientras que la dramatización de la intriga carece de fluidez y escasamente acompaña al resto.
   
   …

4. Un primer capítulo que dura hora y media es como para enganchar o no al espectador. Con esa duración, que es la de una película, ya se podría desarrollar una buena presentación de los personajes y el inicio de la trama. Yo después de verlo he decidido no perder más el tiempo en los restantes.
   
   En España bordamos la puesta en escena de las series y películas de época, y esta no es una excepción. Visualmente es agradable de ver y creíble lo que vemos. La música está bien pero me parece que se utiliza frecuentemente para dar dramatismo a unas actuaciones que no llegan a lo que se les exige a los actores. Me parece que se han metido poco en sus personajes. Por no hablar de la dicción, tan importante en el teatro, pero que en estas series se les da poca importancia. Punto extremo es el de la actriz que hace el papel de gaditana y que no soy capaz de entender lo que dice, a pesar de que soy gaditano. No hay que hablar como en Valladolid, pero mujer, por lo menos que se te entienda.
   
   Punto aparte merece el cómo se rellena una hora y media cuando hay poco que decir, o se quiere decir poco porque quedan un montón de episodios por escribir. Guiones sencillos para gente que no tiene que pensar mucho. Así que rellenamos con escenas de sexo, o pornografía encubierta, cada una más salida de tono. Sobre todo para una cadena generalista y que se tiene como familiar. Escenas que dicen poco a nivel de trama y mucho de lo degenerado de los personajes y por extensión de los guionistas, que deben de ser de la generación de Mujeres y Hombres y Viceversa. Mucho sexo y poco seso.
   
   En fin, que si me han dicho poco en el primer capítulo poco espero de los siguientes.