La caída de la casa Usher (El hundimiento de la casa Usher)
Sinopsis de la película
Un hombre llega a la mansión de su amigo Usher y la esposa de éste, Madelaine. Usher está pintando un retrato de su esposa, pero, al tiempo que transmite la esencia vital al lienzo, la mujer va desfalleciendo. Cuando perece, será enterrada en la cripta familiar, pero Usher no cree en verdad en la condición mortal de su amada… Adaptación libre de la historia de Poe.
Detalles de la película
- Titulo Original: La Chute de la maison Usher (The Fall of the House of Usher)
- Año: 1928
- Duración: 63
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Opinión de la crítica
Película
7.4
42 valoraciones en total
Una de esas obras maestras inolvidables, donde el terror se siente en cada rincón, en cada fotograma. Un terror sutil pero contínuamente presente en esa atmósfera siniestra, fantasmagórica y sobrenatural que emana del film. Además las actuaciones de los actores son espléndidas, destacando el inmejorable papel de Jean Debucourt como Roderick Usher, en una interpretación de las mas creibles que he visto en mi vida. La banda sonora es también una maravilla, a veces mas trágica/sentimental, a veces mas siniestra/oscura. En la escena que transportan el ataud a uno le viene a la cabeza automáticamente Vampyr de Dreyer (si se ha visto, claro está), ya que hay una escena bién parecida. También en algunos momentos recuerda a Una página de locura de Teinosuke kinugasa, en las escenas que aparecen imágenes montadas unas sobre otras, ambas películas también obras maestras. Para mí, esta adaptación de La caída de la casa Usher supera en mucho (muchísimo) a la que dirigió Corman en 1960, empezando por el protagonista principal, Jean Debucourt, que hace un papel tremendo, con esa increíble expresión alucinada, del todo inolvidable, en cambio Vincent Price, en la versión de Corman, hace un papel tan teatral que resulta paródico. Otro punto es la ambientación, mucho mas siniestra en la versión de Epstein, consiguiendo un resultado consideráblemente mas terrorífico que la de Corman. Otro punto mas es el estilo de filmación, mucho mas sofisticada y compleja la versión de Epstein (encuadres imposibles, imagenes superpuestas…), la versión Corman está bien filmada, pero con un estilo mas convencional. Para finalizar con mi comentario, decir que a quien le guste el terror mas atmosférico y fantasmagórico, ese terror que no se ve pero se siente, seguro que le encantará, ya que solo basta ver esas cortinas ondeando por el viento con esa niebla en todas partes, para sentir el terror mas auténtico.
Como comenta Betomovies en su crítica (la única de la película hasta la fecha), la perspectiva literaria [sic] puede resultar confusa, imaginad una película muda en la que los intertítulos son escasos y no explican con claridad los aspectos fundamentales de la trama que la imagen per se es incapaz de narrar. Es cierto que por momentos no sabes muy bien qué está pasando, pero no creo que el director tuviera la intención de hacerlo de otra manera. Tal como yo lo veo, ésta es una película que no se entiende intelectivamente, los planos están dispuestos para proporcionar las herramientas necesarias para que la comprensión llegue por otros medios, de hecho no creo que esto sea casual si tenemos en cuenta que Buñuel participó en el guión. Que no es fácil nadie lo duda, no pretendo con esta crítica sugerir que yo la he entendido a la perfección, pero el juego de confusión que establece Epstein viene apoyado directamente por la propia confusión del protagonista y me hace suponer que se preocupa más por transmitir una sensación y recrear un ambiente, que por que el film sea comprendido y asimilado en su totalidad.
Notable y muy particular inmersión en el mundo atormentado y desasosegante del genial Edgar Allan Poe, esta película de Epstein recoge libremente los elementos característicos del mencionado autor, reinterpretándolos con brillantez a través de imágenes. Si Poe se caracteriza -en este tipo de relatos- por haber conseguido elaborar una poética macabra inigualable, esa misma ambición -expresada cinematográficamente- es la que persigue Epstein, un teórico que privilegiaba el sentimiento y la emoción que las imágenes transmiten por encima del sentido del relato, es esta filosofía subyacente la que confiere esa singularidad al filme, y también las dificultades que algunos usuarios han señalado.
La película incorpora aspectos e imágenes procedentes de varios relatos de Poe, aunque siguiendo como hilo fundamental el que lleva por título, así, es posible distinguir, para quien haya leído al escritor, momentos extraídos de El retrato oval (todo lo referido al cuadro devorador de vida ), Ligea (al convertir a Lady Madeline en esposa de Roderick, Epstein recrea el vampirismo espiritual autodestructivo de este último relato) o El pozo y el péndulo (los repetidos planos del péndulo del reloj son imágenes extraídas de este cuento). Esto, aunque pueda parecer confuso para el espectador y criticable desde el punto de vista de la adaptación, es comprensible si se tiene en cuenta que los relatos de Poe, tomados singularmente, son insuficientes para un largometraje, lo que hace necesario enirquecer el argumento.
La poesía gótica a la que aludo es expresada a través de dos medios. En primer lugar, la recreación brillante y eficaz de una atmósfera maléfica y turbadora, los árboles desnudos, de ramas retorcidas y oscuras que contrastan con la pálida luz del cielo, los interiores inmensos, que empequeñecen e intimidan a los personajes, siempre crispados ante lo que les rodea (libros, cortinajes…), y la acción de los elementos, de por sí y en las cosas (el viento como premonición de la fatalidad y lo macabro). El otro medio empleado es más original, aunque quizá no tan vistoso, los primeros planos lentos, parsimoniosos, que se centran en el rostro de los personajes, y muy singularmente en el de Roderick (prodigiosa interpretación de Debucourt), que expresa perfectamente un carácter obsesivo, dominado por temores irracionales.
El filme no busca provocar miedo en el espectador, sino hacerle partícipe de las emociones únicas que el cine es capaz de conjurar, no hay, por tanto, sustos , sino una progresión medida y rítmica (como un poema), en la que las imágenes trransmiten sensaciones poderosísimas. Gran película.
Considero el verdadero terror como una forma de autodescubrimiento, de reconocerse a la manera del relámpago entre dos irrealidades -quienes somos y quienes creemos ser-, ninguna de ellas plenamente consciente si no es por un impulso. La significación es un asunto peliagudo, y el terror actúa de intermedio, del mismo modo que la puerta que chirría y deja paso a una luz tenue, permitiendo el intercambio. Te ofrezco sueño por temblor. Y viceversa. Es una forma de estar vivo y más allá, quizá de no morir, y es que hay quien vive sin hacerlo. El verdadero terror, pues, no negocia superficies, su herramienta es invisible y puntiaguda, escarbará si se le deja.
Los relatos de Allan Poe son inmortales, pues ignoran coordenadas, del aquí y ahora se bifurcan hasta el eco sordo de un instante más antiguo, el del miedo. Todo nacimiento es un grito hacia el futuro desde el siempre, y la magia ocurre cuando menos se la espera, desde el fondo. Jean Epstein, con su cámara, hace cine y no hace nada, sólo filma un espejismo, una ausencia que delata su verdad más inminente, la del desaparecido. La muerte envuelve todo con su manto, los objetos devienen en ruinas gigantescas, pero el mito no se aprecia.
Tras más de 80 años de latencia, el que mira sólo observa los fantasmas. Y se estremece.
Jean Epstein es de aquellos magos pioneros, un artista, que supo ver las posibilidades artísticas y poéticas de un nuevo invento de la ciencia, el cinematografo.
Una mera atracción de feria para numerosos artistas de la época que renegaron del recién nacido invento, y al que le negaban cualquier atisbo de que ese medio pudiera trascender a algo artístico o trascendente.
El tiempo le ha dado la razón a poetas como Epstein, que tuvieron que ser ninguneados en su época, pero gente como él, Griffith, Murnau, supieron ir más allá…sabían que el ARTE con mayúsculas no se ciñe a un sólo medio, que se puede trascender poeticamente ya sea con papel y lapiz, o con una linterna mágica .
La caída de la casa Usher, libre transposición del relato de Poe, es un precioso poema visual, desconocido entre muchos cinefilos, y que es hasta ahora la mejor adaptación cinematográfica de un texto de Poe.
Es muy difícil expresar con palabras la profunda impresión que causan sus exquisitas imágenes, llenas de lirismo, fascinación y fantasía..hay tanta poesía en sus bellas imágenes, tanta emoción, que resulta complicado explicarlo, adjetivizarlo…
Cine de una libertad absoluta, como lo era el primer mudo…libre de ataduras explicativas…soy de los que piensan que el cine PURO se encuentra en el mudo…de hecho muchos cineastas de la época coinciden en señalar que a nivel visual el cine mudo estaba alcanzando altas cuotas de expresividad, con una libertad total para mover la cámara, rodar en exteriores…todo eso se acabó con el sonido..y fue una vuelta a empezar, pero a peor en muchos aspectos.
Recomiendo encarecidamente a los lectores este espléndido film, a las nuevas generaciones que venzan sus prejuicios con el cine mudo, que para nada significa que sea aburrido…y se dejen sorprender por la modernidad de planteamientos de este film…incluso la dirección de actores es muy moderna, nada que ver con las acostumbradas sobreactuaciones de la época.
Si os gusta el cine de verdad, dejáos llevar por este magnífico festín de poesía visual.