La batalla del año
Sinopsis de la película
La batalla del año trata sobre los Juegos Olímpicos de break dance, un torneo que se celebra cada año y que atrae a los mejores equipos de todo el mundo, los estadounidenses no han ganado en quince años. El magnate de Los Angeles Hip Hop y el ex B-Boy Dante (Alonso) quieren poner al país que inició el deporte, en lo más alto. Le pide a su amigo Blake (Holloway), entrenador de baloncesto del campeonato, un tanto gafe, que le ayude a entrenar a su equipo. Convencido de la teoría de que un entrenador adecuado es capaz de convertir a cualquier equipo en campeón, forman al equipo ideal con todos los mejores b-boys del país. Con solo tres meses, hasta la batalla del año, Blake tiene que usar todas las tácticas que conoce para escoger a doce personas con talento para formar un equipo, si quieren traer el trofeo de vuelta a Estados Unidos. La película está inspirada en el campeonato del mundo de break dance, celebrado cada año en Francia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Battle of the Year: The Dream Team
- Año: 2013
- Duración: 109
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Opinión de la crítica
4.4
28 valoraciones en total
Ya anticipando que se viene una película en tono de baile muchos arrugan la nariz. Imaginarse entonces que cuando -pese a todo- se acepta ese tono después ni siquiera lo cumple a cabalidad es un sinsentido absoluto.
La batalla del año (2013) parece haber sido una cinta hecha para pasar derechamente a televisión, porque la sala de cine le queda demasiado grande para ser una historia tan frágil como reiterada en el tiempo. Incluso las secuencias del tradicional camino a la excelencia asoman como insufribles y más propias de un reality o un docureality que de un film con aspiraciones.
Josh Holloway, más conocido en Lost debido a su facha que por sus interpretaciones no se esfuerza demasiado por modificar la imagen que se tiene de él. Chris Brown lo mismo, con una excusa y enfoques de cámara especialmente creados para hacerle el quite a las piruetas más difíciles. Ningún rol se despega de lo limitado del cuociente ni propone algo más de la superficialidad predecible de un guión al menos flojo.
Aún si logra seguir esta historia hasta el final, haciendo el quite a los diálogos, las secuencias musicalizadas y los lugares comunes, notará que de lo poco que promete ni aún así logra cumplirlo, de espectaculares coreografías, poco. Casi nada. De la ruta desde la marginalidad al éxito con un trasfondo social, poco. Lo mismo con la profundidad de las historias personales, unos conflictos más de chisme que relacionados con la realidad y si bien con el espíritu de equipo se pone algo de énfasis, la verdad queda mucho al debe.
En resumen, esta batalla de baile sólo hace mover tímidamente el pie. Es una caricatura colorida, cliché, a ratos entretenida pero muy superficial como poder satisfacer las expectativas por un lado, de los que quieren ver baile del bueno, baile del soso pero con historia y también de los que simplemente quieren pasar el rato. En todos estos casos las ganas quedan a medias.
Recomendación:
Floja. Se pudo hacer algo más pero termina como una mezcla de comercial XL con serie teen.
Una película entretenida pero que no sale fuera de lo comun, no es gran cosa, pero tampoco es mala.
Josh Peck y Josh Holloway son los únicos que se destacan en sus actuaciones
Lo mas destacable en la pelicula son los momentos del bailes que tienen un sonido muy bueno
Esperaba mas, pero tampoco me defraudó
Entretenida
Vaya por delante que respeto muchísimo la cultura del hip-hop y del break-dance, de hecho tengo familiares que se dedican profesionalmente a ello, así que mi nota no va por eso, sino porque ésta película no me parece que represente bien dicha cultura urbana.
Y no lo hace porque es extremadamente aburrida. Repetitiva, muy muy vista y sin garra, y cae en tantos clichés del género deportivo que lleva al sueño, lo cuál no deja de ser paradójico dado que trata de retratar una de las competiciones más energéticas en lo que a baile se refiere: la Batalla del Año.
Y de eso va la película (de unas pesadas casi dos horas), de cómo los siempre grandiosos Estados Unidos (nótese el tono irónico) resulta que llevan 15 años sin ganar tal competición, por lo que un gran representante de hip-hop, Dante (interpretado de forma bastante mediocre por Laz Alonso en plan ahora odio a mi entrenador, ahora le quiero) decide contratar a un entrenador (Josh Holloway), que está hundido en el alcohol y la depresión tras perder a su mujer y su hijo en un accidente de tráfico (el colmo de la originalidad), para montar un Dream Team que pueda participar en tal competición francesa y ganarla.
Y ya está. Básicamente se resume en cualquier otra película deportiva americana que podáis pensar, desde Titanes. Hicieron historia , a Los Mejores . La misma historia. El mismo cliché de entrenador hundido que necesita una segunda oportunidad y que reúne a un grupo de chicos que de primeras se llevan mal para luego convertirse en un equipo.
Y yo me pregunto… ¿hacía falta una hora, una interminable hora, solo para ver interminables montajes de los entrenamientos? Bueno, solo eso no, porque el guión mete vergonzosas tramas personales (mínimas) de nuevo muy vistas (el chico pobre que tiene que mantener a su novia y su bebé, el gay repudiado, los dos amigos enfrentados por una chica…) haciendo que la trama aún sea más lenta y aburrida. Y a todo esto, ¿qué pinta el personaje de Josh Peck??? Porque además de que actúa de pena, no aporta nada! En serio, si decidís ver la película, fijaos bien, porque su personaje solo está ahí para… chupar cámara! No aporta nada al grupo!
¿Qué queda pues? Pues las llamativas coreografías de las que solo se muestran dos!!!! Dos!!! Después de tragarnos una hora entera de película solo a base de montajes de ensayos, clichés dramáticos y rollos entre machos alfas, la tan esperada Batalla se reduce a apenas diez minutos en los que se ven dos!! coreografías (muy buenas y vistosas eso sí), previo paso por la enésima pelea discotequera entre grupos que tiene que aparecer sí o sí en todo este tipo de películas (unión a base de darse de leches con tu enemigo, muy deportivo, sí), en las que sus protagonistas tienen que ir sí o sí de sobrados por la vida.
El discurso final de Josh Holloway da un poco de vergüenza ajena, (bueno, prácticamente todo el guión, porque se limita a soltar todas y cada una de las frases y subrayados que hemos visto en mil y una películas del estilo) así como el pretendido toque dramático con el… incidente que sufre el personaje de Chris Brown (enésimo cliché de nuevo), para intentar empatizar con el público.
Le doy un uno, por las dos coreografías que se ven completas en toda la película, y por Caity Lotz que no aporta mucho tampoco, pero resulta tan segura de sí misma y atractiva, que le proponía matrimonio sin pensarlo.
Me van a caer negativos a mansalva, pero precisamente por ello, ¡muchas gracias si alguien me lee y me valora positivamente!
Por fortuna o por desgracia, soy profesor de secundaria. Y esta crítica está relacionada con tal hecho.
Sí, podría realizar un escrito magistral para cinéfilos sobre las pocas cosas buenas que tiene la película y sobre las muchas malas. Pero no es el caso. Del filme me limitaré a decir que cumple con su cometido de entretener y de presentar escenas de baile break dance interesantes con un argumento tópico y alguna que otra americanada.
Sin embargo, me centraré en lo que he mencionado al comienzo del texto. Decidí un día, bajo recomendación de un alumno, poner La batalla del año a mi grupo de 2º E.S.O. En mi instituto, la asignatura de Lengua (que es la que yo imparto) se divide en grupos flexibles, los cuales se establecen, por criterio de la dirección del centro, en función de los niveles (lo cual pedagógicamente es bastante discutible). Pues bien, yo tengo el más bajo: chicos con contexto difícil, repetidores, desmotivados en los estudios, etc. Y he aquí el milagro que consiguió el visionado de esta película. A los chavales les gustó, la vieron entera con concentración y disfrute. No es fácil conseguir captar el interés de este tipo de alumnado. Además, con el trabajo posterior se motivaron e identificaron bastante. Más allá de pedirles el típico resumen del argumento, les pedí que reflexionaran sobre sus objetivos en la vida y si consideraban que podían conseguirlos y cómo lo harían para llegar a ellos. La respuesta del grupo no tuvo desperdicio. Y ya están deseando ver otra peli parecida. Me han dado sin saberlo una manera de chantajearlos . Volverán al aula digital si muestran esfuerzo en clase. De momento funciona.
En definitiva, esto nos enseña que el mundo del cine es más complejo y utilizable de lo que nos imaginamos. A veces, despreciamos obras que no son una maravilla de este séptimo arte, pero que, sin embargo, pueden ayudar a gente que nos rodea. Animo a otros docentes a que lo prueben.
Buscáis la fama, pero la fama cuesta, pues aquí es donde vais a empezar a pagar: con sudor …, sentenciaba Lydia, profesora de baile de Fama, con contundencia y honor -y un poco de susto y terror, hay que decirlo- en los 80´s golpeando con severa armonía su inolvidable bastón en la clase de baile y danza, cambia como piensas, cambia tu vida …, el guapo Josh Holloway en esta película intentando no sonar tonto, hueco y ridículo. Ahora, compara e intenta no reírte!!!
Tengo un buen día, dejémonos de exigencias y seamos benevolentes, olvidemos los esperpénticos diálogos, el disparate y necio guión, las penosas y tristes interpretaciones, el despropósito de montaje y la locura de ruido de fondo y luces atronadoras para ocultar la falta de ideas y calidad en un musical de compañerismo y competición.
Centrémonos en el deslumbrante baile, las fabulosas y enérgicas coreografías, la rítmica y frenética música, el desenfreno y delirio de una artística danza llama hip-hop…, ah espera!, si tampoco lo encuentro!
Mi único deseo, esperanza e ilusión, salvajemente aniquilada y tristemente frustrada, era disfrutar e incluso aficionarme a esta modalidad de baile y música desconocida para mi por mi falta de curiosidad e interés por ella y alejada de mis gustos personales. Ni eso! Sentada sigo en la estación del olvido y el despiste esperando un tren que nunca llegó.
Destartalado producto de mucho ruido y pocas nueces!
Puntilla que no puedo evitar: y la similitud patética, buscada o no, de referencia indiscutible para mí -para ti puede que otra-, a Clint Eastwood en el mítico Sargento de hierro en busca de esa unidad de equipo!
No mancillemos lo sagrado! Un poco de respeto para los sabios, intocables e irrepetibles mayores de nuestro querido y apreciado cine!
Y la mención del único y fantástico Magic Johnson, Larry Bird,,,. ya ni te digo!
Sagrado mandamiento: no usarás el nombre de legendarios jugadores de baloncesto ni imitarás venerados actores de cine en vano!
Mensaje para todos los responsables de esta película: más mano dura y menos hacer el vago.
http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/