L.A. Confidential
Sinopsis de la película
Años 50. Tres policías de Los Ángeles se ven envueltos en una intriga criminal que destapa los trapos sucios del Departamento. Para recuperar el prestigio perdido, tres agentes muy diferentes entre sí, el impetuoso Bud White (Russell Crowe), el formal Ed Exely (Guy Pearce) y el ambicioso Jack Vincennes (Kevin Spacey) se hacen cargo de la investigación del caso.
Detalles de la película
- Titulo Original: L.A. Confidential
- Año: 1997
- Duración: 138
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Opinión de la crítica
Película
7.7
91 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Amber Smith
- Brenda Bakke
- Danny DeVito
- Darrell Sandeen
- David Strathairn
- Gene Wolande
- Graham Beckel
- Guy Pearce
- Jack Conley
- James Cromwell
- Jeremiah Birkett
- Jim Metzler
- John Mahon
- Kevin Spacey
- Kim Basinger
- Marisol Padilla Sánchez
- Matt McCoy
- Michael McCleery
- Paolo Seganti
- Paul Guilfoyle
- Ron Rifkin
- Russell Crowe
- Salim Grant
- Simon Baker
- Tomas Arana
Los Ángeles. Años 50. Lo confidential se hace público y lo público se hace privado sin solución de continuidad. Antes de que finalicen los títulos de crédito, Hanson ya nos ha ubicado en el lugar y en el momento exacto para que, desde el principio, disfrutemos de la trama y de una galería de personajes espléndidos en matices y en poder de atracción.
El detective Bud White es el entonces semidesconocido neozelandés Russell Crowe. Aquí logra nuestra complicidad de inmediato. Luego conoceremos sus contradicciones, su brutalidad, sus conflictos internos, su inquebrantable lealtad. ¡Qué agradable resulta reconciliarnos con él, al final!
El Sargento de Detectives Jack Vincennes es Kevin Spacey, el único personaje simpático… un vividor y perdedor a la vez, en la mejor tradición de la serie negra. Vincennes es el que controla la situación. Está de vuelta de todo y sonríe ante la ingenuidad del novato, igual que ante una orden despótica. Nadie va a enseñarle nada que él ya no sepa y, sin embargo, nadie acaba sabiendo menos. Pero improvisa una trampa perfecta, una clave cifrada: Rollo Tomasi. ¡Qué bien se termina de definir el personaje en ese billete de 50 $ que se queda en la barra del bar, encima del vaso de whisky que acaba de pedir, y que nunca se llega a beber!
El entonces semidesconocido australiano Guy Pearce es Ed Exley: antipático, ambicioso y legalista, de brillante expediente y excelentes calificaciones. Cree saberlo todo y no sabe nada de nada… Todos y cada uno de los personajes, y nosotros mismos, aprenderemos mucho de él y de lo peligrosos que son los prejuicios. ¡Qué desparpajo derrocha esa estupenda secuencia de su encuentro con Lana Turner y su amante Johnny Stompanato, matón de Mickey Cohen! Exley, que sabe triunfar respetando los valores en los que cree sin lograr hacer justicia, aprende a triunfar tanto o más que antes, haciendo justicia , aunque teniendo que traicionar, en parte, esos valores: Ellos se aprovechan de mí, y yo de ellos le dice a Lynn Bracken, maravillosamente interpretada por Kim Basinger, tras tres años sin que nadie le diera un papel a su medida.
Lynn es lo más auténtico de la película. El único personaje que sabe quién es cuando comienza el film, aunque nadie más lo adivine, y sigue siendo el mismo cuando la película termina. Lynn es honesta con los demás y con ella misma. No miente ni engaña a nadie: Yo no he tenido que operarme para hacer de Veronica Lake. En realidad soy morena en vez de rubia. El resto es todo mío., o su última frase a Ed: Unos ganan el mundo, y otros…una exputa y un viaje a Arizona
El Jefe Dudley Smith es John Cromwell, hijo del gran director de Callejón sin salida, y en el que apenas habíamos reparado en Babe, el cerdito valiente
L.A. Confidential merece, definitivamente, un lugar de excepción en la historia del cine negro.
Si alguna vez se le aparece a usted por la calle un payaso gigante que lleva en la mano L.A. Confidential, y se la ofrece, acéptela. Porque lo que el payaso en cuestión, que en esta crítica es tan sólo una metáfora de la vida, sostiene en la mano, es un gran manojo de arrolladoras virtudes. Las siguientes:
-Una historia de las que siempre funcionan. Hombres trajeados (algunos con sombrero) con mucha clase, femmes fatales, y jazz… pocas combinaciones mejores existen en esto del cine.
-Reparto de primera, con actuaciones de primera. Todos están que se salen, lo clavan y suman varios pluses de calidad al ya de por sí genial conjunto del filme. Guy Pearce lo clava. Spacey lo clava. Kim Basinger lo clava. Danny DeVito lo clava. Hasta Amber Smith, que no sé a qué personaje interpreta, lo clava. Pero el que se lleva la palma, es Russell Crowe, y diré por qué a continuación, por razones de estética y estructura.
-Un personaje interpretado por Russell Crowe de los que molan cinco pares de huevos. Sus violentos arranques de ira son impagables.
-Una trama al más puro estilo de peli destinada a triunfar. Me explico: una trama complicada, densa, saturadora y conscientemente enmarañada, y de las que sólo se resuelven (y se entienden) al final del todo. Esta clase de trama puede sacar de quicio por momentos, y sobreconfundir al espectador, pero sus resultados suelen ser más que eficaces.
-Por encima de la trama, un guión merecedor del reconocimiento que ya tiene. Mil subtramas, bien hiladas, y una construcción -además de una evolución- de los personajes francamente brutal, y brutalmente inteligente.
-Una técnica que da la talla. Que está al nivel de las circunstancias. Si todo es cojonudo, la técnica, fotografía a la cabeza, más.
-Una dirección de auténtico maestro. Fantástica. Curtis Hanson elige todos los recursos adecuados, y su cinta no pierde su frenético ritmo (que no es sinónimo de tiroteos cada cinco minutos, sino de saber contar) en ningún momento.
En resumen: a disfrutar se ha dicho. Cine negro del que deja huella.
Ya he dicho en muchas ocasiones que, junto con el western, el cine negro es mi género predilecto. Y fíjate tú qué cosas, hoy en día no se hacen buenas películas en ninguno de los dos géneros. Si ambos géneros han muerto, por lo menos la despedida del western fue inmejorable, Sin perdón . Si la del cine negro ha sido L.A. Confidential poca gente se queja (Txarly entre ellos). Yo desde luego no.
Adaptación de Ellroy, autor del que me voy a ventilar sus libros tan pronto los tenga en mis manos, situada en Los Ángeles en la década de los cincuenta, habla sobre un caso de seis muertes en un café de la zona, y a partir de ahí toca hacer el puzzle. Las piezas, como suele pasar, se nos disponen más o menos bien, pero yo la primera vez que la vi me perdí un poco.
Pero lo que hace grande a esta película es, sin duda, la atmósfera que consigue. La atmósfera digamos que es la pista que se nos da sobre lo que hay dentro de la película, es la prueba de que no está hueca. La atmósfera de L.A. Confidential es magistral, se sirve de la música, del ambiente de aquellos años, de la violencia, de la fotografía, etc. Muy bien interpretada además, destaco a Kevin Spacey y a James Cromwell, y todos los demás están muy bien.
En los últimos intentos de cine negro, a medida que comienzan los tiros y asesinatos nos vamos adentrando en el interior de la obra, y ésta se desinfla como un globo porque no suele haber alma y los tiros no hacen más que hacer pinchazos en el globo. Sin embargo, con L.A. Confidential las muertes nos llevan a un interior con sustancia, con alma, con fascinación. ¿Y cómo se tiene ese alma? Pues, no sé… se tiene o no se tiene, es como la fórmula coca-cola, que la tienen unos pocos.
Un policiaco modélico, que detrás de su elegante factura y los asesinatos, huele a podrido, a la corrupción que hay detrás. Y eso parece ser que hoy no lo sabe hacer ni dios.
Honestamente hablando, L.A. Confidencial se encuentra algo por debajo de grandes obras maestras del cine negro contemporáneo como la trilogía de El Padrino, Muerte entre las flores o Uno de los nuestros. Sin embargo, la peli posee algunos ingredientes básicos que Curtis Hanson maneja a la perfección y que la dotan de una fuerza espectacular. Yo destacaría concretamente tres de esos componentes: una historia muy bien trenzada, unos personajes muy bien dibujados y un despliegue de la violencia muy bien ejecutado.
Hanson no es Ford Coppola. Ni Coen ni Scorsese. Eso está claro. Tampoco creo que en ningún momento pretenda imitarlos. Su peli prescinde de filigranas y apuesta por una narración ágil, vibrante, musculada. Cine negro en estado puro. Crímenes, corrupción, turbios negocios… y, sobre todo, violencia, mucha violencia. Sin concesiones. El lirismo y el esteticismo no tienen cabida en Los Angeles. El gancho narrativo es lo que le confiere mordiente al film. Eso y el reclamo inequívoco de los Russell Crowe, Kevin Spacey, Guy Pierce, Danny De Vito y una voluptuosa Kim Basinger. Personajes que responden a estereotipos convencionales pero sumamente poderosos: el policia duro, el ambicioso, el corrupto, el flemático, la puta de buen corazón, el periodista sin escrúpulos, el fiscal ladino, el empresario amoral…
Una peli modélica, trepidante y contundente. Aunque esto no es confidencial. Es público y notorio.
El cine nos brinda en esta ocasión, una muy buena película del género policiaco. Brillante su director Curtis Hanson e igualmente brillante cada uno de los actores en su papel. La trama es bastante real y agarra fuertemente el interés del espectador, montada sobre la habitual y acostumbrada corrupción policial por la que es conocida una ciudad como Los Ángeles de California. Un filme de muy buena factura: en su inicio, a lo largo de todo su desarrollo y con un excelente final. Sobre todo la media hora final es de infarto, de memoria artística singular.
Fej Delvahe