Katty Tippel
Sinopsis de la película
Finales del siglo XIX. Katty, huyendo de la pobreza, abandona su pueblo y se traslada a Ámsterdam, donde ejerce la prostitución para mejorar el nivel de vida de su familia. En la capital conocerá el poder de corrupción del dinero y el sórdido mundo de la explotación sexual.
Detalles de la película
- Titulo Original: Keetje Tippel aka
- Año: 1975
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
6.8
42 valoraciones en total
Gran película de Paul Verhoeven.
De su etapa holandesa, con grandes películas como Delicias Turcas y el Cuarto hombre, que no han envejecido para nada.
Basada en las memorias de Neel Doff , la cinta nos cuenta la historia de Katty, una hermosa muchacha, que junto con su familia tratan de llevar su pobreza extrema, en la Holanda victoriana del siglo XIX.
Nos muestra una sociedad totalmente desigual, con ricos que viven de fiestas y derroches, y un pueblo que mendiga por un pedazo de pan.
Verhoeven, mezcla un cine clásico con el cine transgresor, logrando que nos interesemos en la historia y quedemos fascinados por la misma.
Tanto la fotografía como las actuaciones son excelentes, sobre todo la de Monique Van de Ven, la dulce pero temperamental Katty.
Una pena que esta gran actriz, con un ángel increíble, no allá desarrollado una carrera más prolífera.
Por todo lo dicho, una película por demás recomendable.
Lo mejor: un Verhoeven en estado de gracia.
Lo peor: lamentablemente hay gente que todavía discute a este gran director.
La escena: la perdida de virginidad de la protagonista, una escena terrible
En la Holanda victoriana del siglo XIX, Verhoeven nos sumerge en un mundo depravado y podrido, donde si la dignidad y la compasión escasean, la comida tampoco es que abunde, no… y claro, cuando se juntan el hambre y las ganas de comer… algunos al menos lo tienen claro.
Tenemos por un lado a una familia-carga bastante amoral y ruin, que no tiene reparos en forzar o conducir a sus hijas a la prostitución, o a los pequeños en sabe dios que, con tal de un par de monedas, filosofía ejemplificada por una madre un tanto egoísta y desnaturalizada.
Luego tenemos a la clase alta, que son todos unos aprovechados, pervertidos, golfos y cierra-bares, que no dudan en mirar por encima del hombro y dejar patente su superioridad monetaria, porque de lo que es clase y humanidad no andan muy sobrados (como no podía ser de otra forma).
Y si diferenciamos ya por sexos, pues los hombres somos unos cerdos y las mujeres casi que peor (las de la fábrica, las dos del bar, el burdel, etc) así que a excepción del candor y dignidad de Keetje, el altruismo de André o la humanidad del pintor poca luz o esperanza arrojan los personajes de Katty Tippel, virtud esta que aprecio y mucho en los personajes y la manera de contar las cosas de Verhoeven.
Si, el dinero vuelve idiotas a las personas, pero tanto el exceso como la carencia del mismo.
En esta cenicienta moderna, no me acaba de quedar claro si el dinero está en la calle, y solo hay que rebajarse para cogerlo como dice la canción o si la débil y esporádica dignidad de Keetje debe imponerse al todo vale… lo que supongo que es un acierto mas del gran director que es Paul Verhoeven.
P.D: Rutger Hauer, y sobre todo Monique Van de Ven no solo están genial sino que reafirman lo que vi en Delicias Turcas, grandes interpretaciones y naturalidad.
Tercer largometraje de PAUL VERHOEVEN.
Realizada al más puro estilo Verhoeven, es esta cinta en la que Verhoeven confirma sus manías filmicas y los puntos de reflexión sobre los que articulará su obra posterior.
Si en DELICIAS TURCAS dejaba claro que el egoísmo y el sexo van unidos, no sin pasiones ciertamente nobles en muchos de los casos, es en KATTY TIPPEL donde el director holandés y su fiel colaborador GERARD SOETEMAN desmontan cualquier atisbo de utópico romanticismo: no hay cabida para las emociones artísticas, elaboradas y moralistas…sólamente la supervivencia y los instintos básicos operan en una sociedad corrupta y ávida de víctimas en el transcurso de la historia.
Si bien la primera incursión de Verhoeven en el drama histórico resulta harto interesante, por ese retrato arribista de la protagonista y el desesperanzado trazo de su entorno, no llega a cautivar como otros títulos del director.
Los motivos no son técnicos, donde la dirección artística, la fotografía y las interpretaciones brillan en todo su esplendor.
Sin duda, podemos afirmar que el problema estriba en su guión, dañado por altibajos en la adaptación de las memorias de Neel Doff. Aunque es intensamente sexual y entretenido, parece quedar en la superficialidad, obviando cierta profundización en las motivaciones de los personajes y buscando en ciertos tramos de la narración explicaciones aceleradas, a través de algunas secuencias innecesarias.
Con todo, es un film nada complaciente sobre la escalada de una joven campesina en la sociedad de la capital, haciendo uso de todos los recursos a su alcance…
Las escenas escatológicas y sexuales son menores que en otros títulos del holandés. Sin embargo, aparecen en momentos discutibles, funcionando así como el sello de un realizador provocador donde los haya.
Keetje Tippel (Katty Tippel) es una película dirigida por Paul Verhoeven en 1975 basada en las memorias de la escritora neerlandesa Neel Doff. El metraje aborda fundamentalmente temas de supervivencia y superación, en las relaciones regidas por un status que marca las diferencias entre pobreza, necesidad y evolución tratándose de una realización que aborda admirablemente los temas desde la totalidad de la imagen, luz, color, y plano.
El conjunto queda fusionado en una espiral imparable surgida desde el tenebrismo extremo hasta alcanzar cotas de luminosidad impensables para los familiares de Katty Tippel (Monique van de Ven) pero no para ella, mostrando un espíritu libre y la suficiente fuerza interior como para enfrentarse a los retos que de forma agriamente realista nos presenta el director arrancando desde el oscurantismo más severo al rango social deseado por entre capas temporales de distinto rango entre las que han de caminar sus experiencias.
La luz se convierte en un factor imprescindible para iluminar el guión de Gerard Soeteman escrito sobre la obra Neel Doff. Lo que inicialmente parece un viaje a través de luminosos paisajes por los que transcurren las primeras imágenes, todo se convierte de forma abrumadoramente instantánea en un seguido de dramatizados contrastes luminosos reflejando desde la precariedad absoluta el camino que, a pesar del crudo entorno por el que ha de pasar la protagonista lucha sin cansancio por conseguir lo que persigue reforzado por el color utilizando gamas que van desde los tierra siena hasta los blancos luminosos con el destacado trabajo en la fotografía de Jan de Bont, marcando la evolución de la historia a través de una paleta de colores sabiamente administrados a lo largo de la película.
El acierto en la elección de los planos roza en ocasiones el expresionismo visceral donde nos muestra sobradamente una lectura del encuadre y su contenido cual conjunto armonizado con imagen, luz y color que no desentona en lo que se quiere narrar sino que refuerza asombrosamente lo que el director nos cuenta, influenciado quizá por las pinturas de los belgas James Ensor y Félicien Rops.
Cabe destacar el personaje de Hugo interpretado por Rutger Hauer quien tiempo después nos deleitaría con sus impresionantes trabajos en Blade Runner (1982), o El molino y la cruz (2011) entre otros títulos. Estamos pues ante una película de superación personal incuestionable en la que no deja de sorprendernos la abrumadora fidelidad con la que su director nos muestra una vida de lucha constante por conseguir lo que la protagonista persigue ampliamente demostrado en la trilogía autobiográfica de la escritora Neel Doff y la excelente interpretación de Monique van de Ven.
Tercer largometraje de Paul Verhoenen ( Delicias turcas , 1973), poco conocido, realizado en Holanda antes de trasladarse a Hollywood. Se rodó en exteriores de Amsterdam, Leiden y Utrecht y en estudio, con un presupuesto ajustado. Se basa en la novela Historia triste de una mujer alegre (Keetje) (1919), de Neel Doff, inspirada en hechos autobiográficos. Fue producido por Rob Houwer.
La acción comienza en el puerto de Stavoren en 1881 y se desarrolla en Amsterdam a lo largo de varios años de finales del XIX. Narra la historia de Katty Nippel (Monique van de Ven), segunda hija de una familia de 8 hermanos, emigrantes del campo a la capital, sumidos en la miseria a causa de los empleos precarios del padre, los salarios escasos y el paro. Katty es de temperamento fuerte, luchadora e independiente, soñadora e idealista y lectora infatigable de 20.000 leguas de viaje submarino . Encuentra trabajos duros y mal pagados, que le dan a conocer el mundo de la explotación laboral y de la violencia contra la mujer.
La película glosa la historia de una muchacha nacida en la miseria, de carácter rebelde e indomable, que se ve enfrentada a los abusos de los ricos y a la degradación de la familia por el paro y la ausencia de ayudas. Inducida por la madre y bajo su vigilancia, trabajará como buscona callejera, lo que le permite conocer a hombres influyentes, cuyas relaciones aprovecha para convertirse en amante de uno de ellos, Hugo (Rutger Hauer), y ascender en la escala social en busca del sueño de un matrimonio que le dé estabilidad. La trayectoria de Katty denuncia el desamparo de los pobres y los abusos que padecen. Los más débiles enferman, mueren o enloquecen. Se condenan los abusos físicos y la violencia sexual que, con impunidad, practican los ricos con las mujeres trabajadoras y con los menores pobres. Lamenta el espíritu de sumisión y alienación de la mujer trabajadora, que acepta su situación y rechaza la crítica y la lucha obrera. Es de gran interés el fresco que dibuja de la vida en Amsterdam a finales del XIX. El recurso al desnudo, parcial o total, masculino y femenino, se presenta con sobria frialdad. El desnudo femenino deviene un medio expresivo de la violencia de género de la que la mujer es víctima.
La música se basa en una bonita melodía de vals que se repite con variaciones. La fotografía crea composiciones de dibujo brillante y equilibrado, hace uso de planos picados y semipicados y mueve la cámara con precisión y suavidad. El guión divide la obra en cuadros juxtapuestos, bien elaborados, pero hilvanados con algunos saltos y cierta brusquedad. La interpretación de Rutger Hauer ( Blade Runner ) es convincente y la de Monique van de Ven desborda simpatía y naturalidad. La dirección crea una obra de denuncia contemporánea.
La película es una obra de época, bien ambientada, que contiene elementos de crítica social y de condena de la represión de los derechos de los trabajadores.