José y Pilar
Sinopsis de la película
Historia de la relación entre el Premio Nobel de literatura José Saramago (1922-2010) y su esposa, la periodista española Pilar del Río. Retrata su vida cotidiana en Lanzarote y Lisboa, en su casa y en sus viajes por todo el mundo, durante los últimos cuatro años de vida del escritor portugués.
Detalles de la película
- Titulo Original: José e Pilar
- Año: 2010
- Duración: 125
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Opinión de la crítica
Película
7.5
69 valoraciones en total
En mi corta vida he seguido con fervor la obra de Saramago, así que era para mi obligación verla y como casi siempre me pasa, creo que la novela con la que consiguió el Nobel fue, sin ser mala, su peor y más perezosa novela. Con infinidad de apuntes biográficos sobre la vida de Saramago la película no tiene más pretensión que enfrentar con un logrado lenguaje visual, de altas dosis poéticas la vida cotidiana de doña Pilar y don José en un tiempo crepuscular donde Saramago es la persona más joven que haya visto en el cuerpo de un anciano. Un hombre dedicado a la magia de vivir su idilio junto a la mujer más maravillosa, que retrata los infinitos viajes que hicieron juntos alrededor del mundo y es un vital testimonio de la sed de vivir de esto lindo ser. Y doña Pilar, quiero que sepas que te amo, porque se les ve besarse y amarse y el amor se hace real y libre.
Aunque de boquilla aseguremos que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, a la mujer de un genio, por simplista comparación, es fácil ponerla a caer de un burro, en este caso, además, por omnipresencia documentada.
Todo lo que se ha dicho negativamente del docu puede ser cierto: Saramago aparece en su faceta más promocional, Pilar es egocéntrica y controladora, Pilar parece el único norte de Saramago, la peli no muestra procesos puramente creativos o inspiradores y el nobel parece en exceso reservado y no desgrana su ideario.
Cómo de grande tiene que ser un trabajo para que, incluso con dichas carencias, se logre un documental fascinante. El lujo de contemplar a un genio en su día a día, sin dar por hecho que al ofrecernos la panorámica de una vida haya que desnudarlo todo, agradeciendo el grado de generosidad que cada cual ofrezca. Mágico tener acceso a unas imágenes tan personales de cualquier c0c0 maravillos0, con toques originales en hipnóticos montajes recordándome a Arrebato . Es una oportunidad de osados colarse para filmar la intimidad de este gran hombre y su no pequeña mujer. Porque íntimo no es sólo desvelar la maquinaria de una mente privilegiada, íntimidad es una mirada, un gesto, el tono con el que conversa con su chica , el cansancio de los viajes, el esfuerzo de un enfermo que por agenda exhibe sus hendiduras, y la necesidad de distanciarse de aquello a lo que quiere estar también agradecido.
Como cuando al acabar una obra de teatro, sosteniendo enfermo un hilo de voz, le nace corresponder al momento que ha disfrutado, y con mucha fuerza susurra:
Si toda la gente buena, si toda la gente amante de la belleza, si toda la gente amante de lo justo y de lo honesto, pudiera reunir esfuerzos y oponerse contra la barbarie del mundo, el mundo sería capaz de dignificar al hombre. El mundo, quizá, pudiera tener un futuro.
Existe un adagio en comunicación que aboga por dar pista a quien quieres que se estrelle. Y esto es lo que sucede con el documental que, aún gozando de momentos muy logrados, la cansina sobrepresencia de la esposa del genio consigue humanizar demasiado al escritor, haciéndole perder la mística que debe acompañar a todo creador y que la esposa, al menos durante el filme, no fue quien de custodiar.
Pilar del Río, lozana esposa del anciano escritor, parece llegar a la cinematografía dispuesta a quedarse y jugar al mismo juego que la Thyssen en Lugano y la Castaño en Iria Flavia. Amenaza además Pilar con quitarle a Yar Yar Binks el puesto de personaje más reprobado del cine.
Desde luego, la periodista carece de la dulzura, la seducción y la inteligencia de la Felicidad Blanc de El Desencanto. Se trata de un personaje que estorba en la pantalla al verdadero protagonista, prisionero de la mediocridad intelectual de la periodista. Por el contrario, sí fue una agradable sorpresa conocer a Violante, la hija de Saramago, recia, con un discurso bien articulado, destilando inteligencia y madurez. Por el contrario, Del Río mete a su alter ego en un histrionismo acaparador francamente insoportable, con un hambre agotador por llamar la atención del espectador para hacerle entender lo afortunado que es el Nobel portugués por tener una esposa como ella.
Pero el momento más patético de Pilar del Río acontece cuando la televisión portuguesa le hace una entrevista, naturalmente en portugués. La periodista, que presume -y vive- de ser la traductora al español de la obra del único Premio Nobel de las letras portuguesas, no es capaz más que de responder en español dejando caer entre su discurso algunas palabras en portugués –como jornalista en lugar de periodista-, lo que evidencia que Pilar del Río, en realidad, no sabe hablar el idioma portugués. Como comprenderán, sentí mucha vergüenza ajena.
En definitiva, se trata de un filme que le ha hecho un muy flaco favor a la periodista, que en lugar de ensalzar las incuestionables virtudes literarias de José Saramago, ha conseguido destacar por evidenciar las escaseces intelectuales de su esposa.
En mi supina ignorancia, descubro, como lector a Saramago a los 51 años. Le conocía como hombre publico, como ateo convencido y como premio Nobel pero no le había leído. El viaje del elefante, libro que esta escribiendo en este documental fue todo un hallazgo de un escritor de una lucidez apabullante cargado de una fina ironía y un humor como solo alguien que ama profundamente la vida y se duele de ella puede tener.
Estas dos horas de documental, genero ninguneado en este país y del que no tenemos nada que envidiar al resto del mundo con magníficos realizadores, me abren las puertas a un maestro en sus últimos días, trabajador incansable que se deja llevar por los cuidados de una Pilar del Rio de cuya capacidad organizativa sobre la vida laboral sabemos mucho y poco de su capacidad sobre esa otra vida afectiva que consuela y nos da una ilusión de seguridad, de no estar solos, mas importante que una agenda bien organizada. Debemos creer la palabra del maestro cuando repite su nombre: Pilar, Pilar y lamentamos que el último abrazo sea en uno de tantos aeropuertos que no conducen a ningún lugar al que queramos ir.
Realizado con solvencia, con un metraje quizás excesivo, pretendidamente informal y espontaneo, siempre vemos al maestro trajeado y a Pilar arreglada y uno tiene la sensación de que el viejo escritor se hace a un lado porque sabe que de estas cosas de la vida sabe mas Pilar y el solo es José alguien que escribe novelas sobre la autentica vida.
jcelziete.blogspot.com
Sinceramente, he dudado durante unos segundos de si los críticos profesionales cuyas palabras aparecen en esta página y yo estamos hablando sobre la misma película, porque lo que yo he visto es un documental anodino, una gran decepción. Un documental que desaprovecha una ocasión idónea de desentrañar a un Premio Nobel.
Y creo que la mejor palabra para definir las carencias de este film es desenfocado, porque aunque es cierto que las cosas que uno esperaba ver están en su metraje (la vertiente intelectual-política del personaje, el proceso de creación…), el problema es que están en un apartado segundo plano. ¿Y qué es entonces lo que centra el interés del realizador? Pilar. Sí: Pilar, Pilar, Pilar…. Esta película es un documento excepcional si lo que pretendes es asistir a la minuciosa exposición de una personalidad egocéntrica, falsa y excesiva en cada una de sus manifestaciones. La señora que protagoniza esta película no deja espacio para que contemplemos el genio Saramago. Y a tenor de lo observado es justo y lógico que así sea, pues parece que eso es lo que ocurrió en la realidad: el escritor consintió que una mediocre y cansina mujer controlara hasta el último de sus suspiros.
Llevan razón quienes digan que en este documental hay reflexión sobre la muerte, sobre el proceso de creación y sobre la labor del intelectual. Sin duda que aparecen tales temas, pero ¿cómo lo hacen? Las pocas reflexiones de Saramago sobre la muerte son repeticiones de la misma idea: no le tiene miedo y no cree en Dios. Nada sobre el valor de su literatura para la posteridad, por ejemplo. También se habla sobre el proceso de creación, pero sólo en relación a la cotidianeidad que su mujer le impone. Es decir, no asistimos a comentarios del escritor sobre la literatura, sino a comentarios de su mujer sobre si esa tarde puede escribir o si tendrá que acudir a tal o cual compromiso. Por último, sobre la labor del intelectual, lo único que se nos muestra sobre ello es que ser escritor de éxito conlleva hacer numerosos viajes. Vaya maravilla de descubrimiento. 2 horas de película dedicadas a viajes insustanciales. Es normal que así sea, pues esa es la única consecuencia de ser escritor que afecta directamente a la señora Pilar (pues hace que viaje a menudo), y no olvidemos que ella es la protagonista. Ah, también hay un poco sobre posicionamientos políticos. Pero sí, es ella la que se posiciona y habla y habla y habla (excepto 1 minuto en que Saramago da su opinión sobre Hillary Clinton).
[Final de la crítica en Spoiler]