JLG/JLG – autorretrato en diciembre
Sinopsis de la película
A los 65 años, Jean-Luc Godard decidió que había llegado la hora de hacer un autorretrato que fuera fiel a lo que pienso. En JLG/JLG plasma un día de su vida en el áspero diciembre de Rolle, un pueblecito suizo a orillas del lago Léman donde vive desde hace casi veinte años. Godard es el único artista realmente brechtiano del siglo XX, para quien las cosas, en lugar de avanzar, se mueven y cambian por medio de saltos y zigzags, choques y colapsos. Algunos pormenores del día según JLG/JLG: sentado ante un escritorio casi monástico, toma notas en un bloc bajo una luz lánguida, medita sobre el arte y la cultura (La cultura es la regla, el arte es la excepción: forma parte de la regla el querer matar a la excepción), vagabundea desabrigado a orillas del Léman mientras oye, entre otras cosas, la banda sonora de Johnny Guitar, donde Sterling Hayden sigue desangrándose de amor ante Joan Crawford, va escribiendo en hojas rayadas todos los títulos de las películas que no filmó. JLG/JLG no es una autobiografía, ni un diario íntimo: es un autorretrato. Es decir, una mirada que le permite ir más allá de la pintura para desestabilizar ese más acá que es el cine: para ver hasta dónde puede llegar con el cine. Y en un autorretrato nada progresa, un autorretrato es un corte, un estado, una porción de vida: la minúscula muestra de sangre que se coloca entre dos láminas de vidrio para examinarla bajo el microscopio.
Detalles de la película
- Titulo Original: JLG/JLG - autoportrait de décembre
- Año: 1995
- Duración: 62
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Opinión de la crítica
7.3
23 valoraciones en total
Para recordar la infancia no hay nada mejor que colocar delante de los ojos un objeto, pongamos en mi caso el libro titulado : España es Así del falangista Agustín Serrano. Pantalones cortos, ventiscas de nieve, rezos de rosarios, pupitres iguales que los de los cuatrocientos golpes…, el pasado no muere nunca. Godard comienza su autorretrato con la foto de un niño del gueto de Varsovia, y eso es suficiente para hacerle reflexionar sobre sus primeros años privilegiados en una familia colaboracionista, haciendo un autoanálisis a través de los sonidos de sus películas más queridas. Es capaz de filmar su entorno, todo lo que le rodea, las naturalezas muertas de su propia casa, los libros, todo lo que tiene a su alcance para meditar , pensar, reflexionar, y siempre con la música de fondo de Johnny Guitar de Nicolás Ray y otras bocanadas de cintas importantes para él. Reina la soledad, todo es sombrío, filmamos el exterior la frontera entre la tierra y el agua, nos deja sorprendidos con la leyenda del estéreo. Entran unos inspectores del CNC, miden las estanterías para saber cuánto hay de cine alemán o de cine italiano, y al lado una mujer joven limpiando el polvo…Querer la muerte de la excepción, organizar la muerte del arte de vivir…Leer a la sirvienta el final de Adrienne Mesurat de Julien Green. Los grandes sinvergüenzas solo podrán venir de las grandes naciones democráticas, Alexis de Tocquevile… Europa tiene recuerdos, América camisetas. Leemos unos versos de P.J. Toulet, y ya estamos en disposición de ir a ver Film Socialisme.
El cine de Godard no es cine, Desde el primero de sus films A bout de souffle , aunque disfrazado de film, nunca lo fue. No tiene nada que ver con los films de lo que se llamó Nouvelle vague , no era un cineasta más, ni siquiera el mejor, JLG era simplemente, un hombre que pensaba con la imagen. Sin poder remediar la cita y la referencia, JLG es el más Hedeggeriano , quizás el único, que plasma en la imagen la filosofía del Sein y el Dasein. Las imágenes son las cosas y las palabras la pregunta acerca el Ser. Hay quien piensa que es un inaguantable pedante, pero este retrato muestra la esencia de este hombre ni mejor que otro hombre ni peor . Pero sus preguntas son radicales y sin respuesta.
Este autorretrato sentimental nos muestra que los años no pasan en balde. Anne-Marie Miéville tampoco colaboraba ya con él. Así que fue un año de meditación y repaso del pasado a groso modo. Este documental es melancólico, triste, agónico. En un momento decide celebrar su velatorio antes de la muerte. Jugamos entre la regla y la excepción a su gusto. Imágenes bellas de invierno, con nieve. Menos mal que también le vemos jugando al tenis vigorosamente.
Siento empezar esta reseña contradiciendo a uno de mis pensadores mas admirados, pero en contra de lo que Guy Debord decía, Godard no es un pringui. Concedamos validez a la hipótesis situacionista que databa el óbito del Cine a mediados de los 50, bien, pero convengamos que este señor, Jean Luc Godard, lo resucitó para destruirlo de nuevo e ir mas allá poco después. Y esto le adscribiría involuntariamente al postsituacionismo, aunque a él probablemente se la sudaría bastante.
Porque aquí donde le veis, el amigo, se marcó 2 obras maestras incontestables y una maravilla en sus 3 primeros films, en el lapso de 3 años. ¨Oye, y Kubrick también, pero a su ritmo¨, si, claro, descuida. Porque hizo virguerías formales al servicio de la polisemia del fondo, con una inventiva visual cuidadosamente descuidada jamás vista antes. ¨Ah, pues como Hitchcock, ¿verdad?¨, por supuesto, ni que decirlo hay. Porque convirtió el travelling en un arma política de fuerza y belleza inusitada. ¨Ah, mira, al igual que Tarkovsky, ¿eh?¨, vete a la mierda. Porque se echó al monte y rodó lo que le salió de los santos cojones sin contar con el público, el cual, como sabemos por Ortega y Gasset, es masa y, por tanto, algo gilipollas. ¨Oye, clavao a Coppola, ¿que no?¨, al final esto va a ser Puerto hurraco. (*)
En este autorretrato nos tememos lo peor, pues si ya en su 2ª película (Una Mujer Es Una Mujer) Godard se autoreferenciaba unas cuantas veces con total descaro, cabe pensar que aquí lo mismo nos abre la peli con un plano fijo de el mismo frente a un espejo chupandose la virilidad. Que al final no, pero anda bastante cerca, pues su voz entrecortada fuera de plano es propia del usuario común de linea erótica o la que poníamos cualquiera de nosotros al llamar a una ex borrachos a altas horas de la madrugada. Luego poco o nada desvela de la cosa cinematográfica (para eso ya está One Parallel Movie, totalmente ilustrativa a este respecto y ejemplar como documental), pero sí que deja entrever cosas importantes para él a través de affiches, objetos y pensamientos en alto, resultando comprensible (aunque toda una sorpresa) su admiración por 2 prohombres como Korzybski y Wittgenstein, amos y señores de la semántica y la semiótica. Claro que, repasando su etapa abstracta y la subsiguiente lucha (pérdida antes de llevarse a cabo) contra la incomprensión general mantenida, como que ya cambia la cosa bastante…