Jesús
Sinopsis de la película
Yura es un niño cuya familia deja Tokio para irse a vivir con su abuela a una nevada zona rural. Allí ha de integrarse en su nuevo colegio, un centro cristiano. Al principio le sorprende que a él y a sus compañeros de clase se les llame a rezar, pero poco a poco se adapta a su nuevo entorno. Un día, en medio de la oración, ve cómo se le aparece un pequeño Jesús. Cada deseo que Yura pide a Jesús se convierte en realidad y comienza a tener fe en el poder del Señor.
Detalles de la película
- Titulo Original: Boku Wa Iesu-Sama Ga Kirai
- Año: 2018
- Duración: 77
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Opinión de la crítica
Película
6.1
78 valoraciones en total
Deliciosa película japonesa que se degusta poco a poco, como un pequeño manjar.
Es una cinta muy curiosa por el argumento en sí, sobre todo si consideramos que la historia tiene lugar en Japón, lugar donde los centros cristianos no son los más numerosos.
Una preciosa historia de amistad y fe, con muchas notas de fino humor (el Jesús pequeñito es un hallazgo) y sencillos pero claros diálogos, a la par que llena de dolor y tristeza. Un hecho grave pondrá a prueba las creencias del protagonista y deberá ser fuerte para sobrellevarlo.
Todo sin caer en la lágrima fácil, no siendo sensiblera en ningún momento y sí emotiva.Estupendas interpretaciones de los dos niños y una tenue fotografía que es perfecta para mostrar los profundos y heridos sentimientos que se exponen.
Un filme que es cierto que tiene un ritmo un tanto romo, pero siempre es interesante y al final deja un muy buen sabor de boca.
http://filmsencajatonta.blogspot.com
Se estrena comercialmente esta semana en cines españoles el largometraje debut del realizador japonés Hiroshi Okuyama, obra que precisamente había tenido su estreno mundial en el Festival de Cine de San Sebastián hace casi un año atrás, donde compitió en la sección Nuevos directores, llevándose el premio a Mejor película en dicho apartado.
Cuando su compatriota Yoichiro Takahashi se convirtió en el primer (y hasta el año pasado único) japonés en ganar este premio, en el año 1998 por Mizu no naka no hachigatsu (Peces en agosto), Okuyama contaba con únicamente dos años de nacido, veinte años después se convertiría en el más joven director en llevarse este galardón.
Y es que además de estos detalles, Boku Wa Iesu-Sama Ga Kirai, que será distribuida con el título Jesus, no deja de tener más particularidades. La obra en cuestión tiene un argumento bastante sencillo, Yura (Yura Sato) es el protagonista, un niño en edad escolar que se traslada junto a su familia desde Tokio a una zona rural, donde comenzará a asistir a un colegio católico, del cual no pareciera entender mayor cosa.
Como es de prever la situación del niño es en un inicio complicada, un contexto geográfico e ideológico que le es completamente ajeno, la falta de interacción con los compañeros y el sentimiento de no encajar le está rondando. Hay una situación familiar que precisamente es lo que produce el traslado de hogar, pero este pareciera ser un problema de grandes que no afecta el desenvolvimiento de Yura, quién tiene en este nuevo lugar sus propios problemas.
Se parte de una historia realtivamente sencilla, pero donde despierta la chispa de genialidad de Okuyama es en el giro narrativo que logra consolidar, donde se produce un juego de fantasía con el aspecto religioso de mucho interés. ¿Cómo se sentiría un ferviente católico con la aparición de ese pequeño Jesús en pantalla? ¿Cuál será la medida de fe que se le otorgue a este? ¿O será una simple burla?
Lo que es cierto es que este es un recurso que está sutilmente bien utilizado, que sin ir muy a fondo es evidente que es propio de la imaginación de Yura, y que a su vez se sirve de casualidades tan propias de la ficción para ir consolidando su imagen y su sentido dentro de la propuesta argumental, cumpliendo con creces y jugando con un humor fino que va de la mano con lo que vemos en pantalla, sin dejar de lado el aspecto trágico, especialmente sobre el cierre.
Hay ciertas referencias en este argumento que refieren directamente a la vida del director, incluido esa hermosa dedicatoria al final de la película. Podemos ver a este realizador con un potencial bastante bueno, además de su corta edad y de ser director, también funge como guionista, montajista y director de fotografía, de hecho en el Festival Internacional de Dublín en marzo de este año se llevó el reconocimiento en este último apartado.
Tampoco hay que olvidar que Jesus es su tesis de graduación de la Universidad Aoyama Gakuin de Tokio, que el largometraje lo realizó a inicios del 2018 y pudo tenerlo listo para el festival de San Sebastián en setiembre, tras la enorme recepción de su filme en la Donostia el año anterior, no tuvo más que palabras de agradecimiento. Una pequeña joya.
He puntuado esta película con un seis, no porque me parezca mediocre y mucho menos aburrida, sinó porque es la nota media aproximada entre el 10 que le pondría en algunos aspectos y el 3 en otros. Película hecha con extrema sensibilidad, que cuenta una historia de fe y amistad. Llena de detalles muy acertados y de una naturalidad interpretativa en su tono preciso. La música excelente. Ahora bien, hay un personaje central, justamente el que encarna el elemento màgico, Jesús, que por alguna razón no acaba de funcionar, o dicho de otra manera, funciona bien en un principio, como traducción imaginaria y muy original de la idea que el niño se hace de Jesús, pero a partir de un determinado momento pierde consistencia o sentido. No solo en la mente del niño sinó narrativamente hablando, y eso último es lo peor. Te quedas con la sensación de que la historia podía haber dado más de si, y echas mucho en falta ese más de si, lo cual no deja de ser, paradójicamente, mérito de la película. El director promete.
El joven director japonés Hiroshi Okuyama nos presenta su ópera prima, una pequeña película intimista sobre el mundo de la religión. La cinta tuvo su presentación en nuestro país en el Festival de Cine de San Sebastián dentro de la sección Nuevos Directores y encima tuvo la suerte de ganar el premio principal.
Nos cuenta la historia de Yuri, un joven que abandona su idílica vida en Tokio y viaja a una fría y remota zona rural para vivir con su abuela. Tras el fallecimiento del abuelo. Yuri deberá adaptarse además a su nuevo colegio cristiano, con reglas y costumbres que le son completamente desconocidas.
Allí después de varios días de acondicionamiento conocerá al que será su mejor amigo, Okuma, con quién entablará una amistad que constituye el pilar central de la película en paralelo, con un pequeño Jesús (es lo más curioso de la cinta) que se le aparece en medio de una oración y comienza a concederle sus deseos, circunstancia que ayuda a que Yura asimile rápido la fe cristiana.
Se nota mucho que Okuyama había colaborado en muchas otras película como director de fotografía, por eso su sello queda grabado en casa escena, también es palpable la influencia de su experiencia realizando videos musicales en su manera de dirigir, cámara en hombro, sin raíles para los travellings y sosteniendo algunos planos al máximo sin cortes drásticos al acabar las secuencias.
La película funciona bastante bien en su conjunto y los dos niños protagonistas están más que correctos y se notan que están muy ilusionados con su participación en la película. El director sobre todo nos ha querido mostrar una reflexión en torno a la amistad, el crecimiento, la muerte y la fe cristiana.
Lo Mejor: La puesta en escena y la dirección
Lo peor: Pasará como casi siempre completamente desapercibida
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
Saliendo pies en polvorosa conforme salió el primer crédito del filme de Strickland, llegué con la lengua fuera a la sala 2 del Príncipe para ver una película de Nuevos Directores de la que contaba de muy buenas referencias de los compañeros que la vieron el día anterior: Jesus/Boku Wa Iesu-Sama Ga Kirai, del jovencísimo nipón Hiroshi Okuyama, que estuvo presente en la proyección para presentarla. El niño Yura tiene que adaptarse a una nevada población del Japón rural cuando su familia se mude aquí desde Tokio. Vivirán ahora con su abuela, y será inscrito no sólo en un nuevo colegio, sino en un colegio cristiano, siendo este el primer contacto de Yura con la religión y con Dios. Jesus, figura distante al principio, empezará a tener una presencia constante e inesperada en el día a día de Yura, que se anima cuando hace un buen amigo. Una película muy pequeña, tanto en producción como en metraje, pero tan grande por la dimensión de los sentimientos que despierta. Menos es más, y en este caso la película halla grandeza por la sencillez con la que afrenta su relato. Su enfoque es de una delicadeza y sensibilidad tan exquisita que sólo puede ser de una voz madura, sorprendente por la edad de Okuyama. Una carta de introducción portentosa de un cineasta que habrá que seguir de ahora en adelante, curtido en vídeos musicales. Que apuesta por una sorprendente solución visual para representar la presencia divina que nos coge por sorpresa y que no podemos evitar que nos divierta las primeras veces. Pero este humor no quita que tras un giro radical de la trama se torne muy dramática. Que capta en pantalla con autenticidad el drama de tanta gente que en sus sombras más oscuras se dirigen a Dios a por respuestas y él les da la espalda. Un filme elegante en su realización, con humor sutil que fluye por la simple composición de encuadres y la manera de combinarlos en montaje. Una película tan pequeña y extravagante en cierto aspecto visual que fácilmente no conectará con mucha gente que no encuentre tan poderoso su drama emocional. Un servidor, que duda cabe, salió de la sala fascinado. Una joyita.