Io, Don Giovanni
Sinopsis de la película
Trata sobre los entresijos de la creación de la famosa ópera de Mozart. El film se centra en Lorenzo Da Ponte, el autor del libreto y la fuerza inspiradora de la obra del genio austríaco. Obtuvo muy buena acogida en el Festival de Toronto de 2009.
Detalles de la película
- Titulo Original: Io, Don Giovanni
- Año: 2009
- Duración: 122
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Opinión de la crítica
Película
5.6
80 valoraciones en total
Cuando leemos en La Divina Comedia, Las penas reservadas a los lujuriosos, siempre nos recuerda, rotula y asevera sobre la vida de los personajes mostrados en la película y alrededor del joven Lorenzo da Ponte —incluido él mismo—, que los primeros círculos —pecados menos graves— son aquellos en los que uno se ha dejado llevar por los instintos, en este caso, por la lujuria en todas sus versiones.
Así que nada que reprochar a una obra adaptada para el cine de esta envergadura, donde la luz de Vittorio Storaro, amén de los parámetros visuales de una puesta en escena acorde al ritmo y tono de la época, el cineasta español Carlos Saura se sale con la suya. Y es que el cine y la ópera siempre han sido buenos amigos, en el contexto de como fue Beatriz la musa de Dante.
Il dissoluto punito, ossia il Don Giovanni, es una ópera en dos actos con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto de Lorenzo da Ponte, compuesta entre marzo y octubre de 1787, en Viena y en Praga, y basada en el mito de Don Juan (el correspondiente italiano de Juan es Giovanni). La obra surgió como un encargo a raíz del éxito que tuvo en esta última ciudad el estreno de su anterior ópera, Las bodas de Fígaro.
Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic, Barranquilla, Colombia)
Carlos Saura demuestra dotes de cocinero en esta película: primero entresaca de Amadeus todo lo concerniente a la creación de la ópera Don Giovanni, le agrega los personajes del guionista Lorenzo Da Ponte y de Casanova y procede a revolver, en clave de parodia, la trama histórica. La mezcla la acondiciona en escenarios teatrales, creados exclusivamente en estudios como suele hacer sus películas y empieza el rodaje con los actores, algunos de los cuales parece haber reclutado del mundo del bel canto, quienes previamente han sido premunidos de un magnífico vestuario y maquillaje. Luego procede a hornear la acción a fuego lento y de la batea preparada por Vittorio Storaro, le añade una fotografía preciosista. Finalmente agrega la banda sonora y un toque auténtico de su estilo de edición.
Por supuesto que a nuestro cheff director no le interesan mucho los ingredientes extras sino comunicar el origen y sabor del principal, es decir la música de Wolfgang Amadeus Mozart, resultando un plato que deslumbra pero que huele a refrito. Sin embargo, es grato al paladar aunque su digestión sea algo pesada.
Se trata, saliéndonos de las comparaciones culinarias, de un estilizado estudio social de la época mediante una historia que relata el proceso de creación de una de las óperas más emblemáticas y geniales del compositor que involucró no solamente a su entorno familiar sino hasta a las autoridades monárquicas quienes promovían y autorizaban los trabajos. Lo destacable es el diseño de producción pues, en sustancia, la película no aporta mayores decibeles de intensidad dramática o cómica sobre Mozart y su música, más allá de las influencias que pudo tener de algunos de sus colaboradores ya mencionados, peor aún si se le compara con la obra maestra de Milos Forman.
Aunque estamos aquí lejos del Saura de sus mejores registros, es decir de sus logrados documentales musicales, este filme de época tiene personalidad en cuanto se combinan la belleza y la sensualidad de los personajes con el color, la música y el espectáculo.
Por muchos esfuerzos que hagan no es posible hacer una buena película usando las técnicas del teatro, lo más que se puede hacer es una grabación de una obra de teatro.
Para mí fue doloroso ver que la cosa se parecía más a un vídeo musical de un karaoke que a una película. Los actores haciendo playback durante las escenas de ópera daban bastante pena, por no decir lo mal que les sentaba el primer plano del que Saura tanto abusó para mostrarnos a sus poco inspirados actores. Los personajes son completamente planos, no hay ninguna introspección psicológica. Lo peor la caricatura que ha dejado de Mozart.
Los escenarios buenos si estaba haciendo una obra de teatro, no justificados para la película que parece que quería hacer. Sobre la iluminación, el abuso del claroscuro es flagrante… el sol entra por todas las ventanas de la casa, no existe norte ni sur, Saura es Dios y el decide donde se pone el sol, jejeje que artista!
Una película como Io, Don Giovanni debe ser recibida con entusiasmo cinéfilo. Pocas veces el universo de Mozart ha sido tan bien tratado.
La película de Saura ha superado con creces los residuos teatrales a los que parecía estar abocada, y el resultado ha sido magistral, magistral por haber generado una triple lectura meta fílmica a partir de unos materiales dudosos:
El proceso creativo entre ambas, ópera y película. La película en sí misma. La ópera dentro de la película.
Lo mejor: el vestuario y la belleza de los protagonistas, junto con las óperas. Es muy recomendable.
Destacable versión de Carlos Saura protagonizada por Lorenzo Balducci como Lorenzo da Ponte. Ambientada en 1763 este escritor que un principio es sacerdote, es exiliado a Viena y allí se lanza a una vida de libertinaje y desenfreno. Allí conocerá a personajes de la talla de Giacomo Casanova y Mozart. Pronto se convierte en libretista de este último dándole como inspiración al célebre compositor (debido a sus líos sentimentales) una de sus composiciones más atrevidas: Don Giovanni. Saura crea un escenario propio de este género de época que narra la composición paso a paso de una gran obra, intercalando esta característica con el amor inquebrantable y sincero de Da Ponte por Anna. La belleza de Emilia Verginelli dota a la cinta de una pureza y unos matices soberbios que envuelven toda la película en un halo de entretenimiento. Si algo tiene esta película es que no tiene nada de vulgaridad ni de oprobio, el maestro Saura enciende la chispa de la creación de una gran obra y la intercala con la vida real de las personas que la rodearon. El ritmo de la película es lento, pero es necesario, pues aquí no puede pasar por alto ningún detalle.
Lo mejor: el vestuario y la belleza de los protagonistas, junto con las óperas.
Lo peor: Nada.