Investigación criminal
Sinopsis de la película
Un agente de policía resulta herido cuando trata de arrestar a un ladrón de coches. La indignación del capitán de policía que recibe la noticia es monumental, no está dispuesto a consentir que quede impune alguien que ha atacado a un agente de la ley. Así pues, no parará hasta conseguir dar con el culpable.
Detalles de la película
- Titulo Original: Vice Squad
- Año: 1953
- Duración: 87
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Opinión de la crítica
Película
6.5
86 valoraciones en total
Bastante desconocida y muy apreciable, Vice Squad es un policial negro de intrincado guión, con una historia central y algunas secundarias que se desarrollan en paralelo y que muestran un día en el quehacer investigador de Edward G. Robinson, protagonista y gran baza del filme (aunque lo único que hace es currar, lo que le quita un pelín de profundidad al personaje), donde se rodea de prácticamente un who is who de secundarios del género: Edward Binns, Barry Kelley, Lee Van Cleef, Adam Williams, Jay Adler,…Ágil, con un estilo cuasi-documental por momentos, con buen uso de la ciudad de Los Angeles como un personaje más. Cine de bajo presupuesto pero de muy buena factura (aunque sé que el noir me pierde), dirigido por Arnold Laven, un tipo muy poco habitual y que desarrolló la mayor parte de su carrera en televisión en años posteriores. Lo dicho, cinta muy disfrutable, para los amantes del género…y para los demás.
El arte de la narración.
Esto es lo que los de antes, cualquiera casi, dominaba tan bien y hacía que el espectador desde que comenzara el primer fotograma hasta el último, no pudiera abandonar su sitio, simplemente porque los narradores le habían atrapado en sus redes y él, aunque quisiera, no podía escapar. Sabían enganchar y punto.
Una investigación policial se abre con el asesinato de un policía.
Edward G. Robinson da vida al inspector encargado del caso y nosotros los espectadores, seguiremos minuto a minuto el trabajo a realizar. Claro que, el dinero de los contribuyentes antes no se desperdiciaba así como así y nuestro pobre inspector, además de ese caso, tendrá que bregar con muchos otros. Pero la experiencia es un grado y nuestro policía, un hombre de grandes recursos.
Un guion ingeniosísimo, complicado pero increíblemente bien atado y explicado, enlaza la trama principal con las subtramas, con gran naturalidad y que en ningún momento se revela forzado, donde no se olvidan de meter nada.
Intriga criminal, trabajo de investigación, historias interesantes, cierto suspense e incluso una subtrama llena de humor desternillante, donde no sientes que sobra nada ni que falta nada.
Todo ello llevado con un ritmo vigoroso, esta cinta de 87 minutos, pasa en un suspiro.
Claro que Edward tiene algo que ver en ello. Casi todo el peso de la película lo lleva él y yo no puedo dejar de admirar cómo puede sobrellevar con esa cara de tranquilidad y esa excelente intuición esa sobrecarga de trabajo. Yo, dimito. Os juro que dimito.
Pues esto es lo que tienen estas películas. Poco presupuesto, imposible grandes alardes pero, coño, ! cómo te lo pasas!.
Un agente de la ley es tiroteado cuando detenía a un ladrón de coches. El caso le llega al capitán Barney quien dedicará su esfuerzo a que un testigo que lo vió todo les de las pistas necesarias para detener a los pistoleros.
¡Cómo la gozo con estas películas! Así es -bueno, era- el cine norteamericano. Llegaba un director desconocido, de esos que nunca aparecen en los libros de cine, y realizaba una película estupenda en un pim, pam, pum. En Investigación criminal el espectador se sienta cómodamente en su sofá y a gozarla del primero al último fotograma con un guión complejo pero muy bien hilvanado, una magnífica puesta en escena, una excelente fotografía en blanco y negro y un Edward G. Robinson que se come la pantalla por los cuatro costados.
Terminada la película uno se va contento y feliz a la cama por la película que ha visto, pero, sobre todo, se va feliz porque sabe que más tarde o más temprano seguirá encontrando películas excepcionales de directores norteamericanos desconocidos que no salen en los libros de cine ni en las más reputadas revistas cinematográficas francesas. Ni falta que les hace.
Por cierto, mi admirado John Ford tiene una película de argumento similar a ésta titulada Un crimen por hora . Ford se la tomó a cachondeo y le salió una patochada. Laven se la tomó en serio y nos obsequió con esta gran película.