Intemperie
Sinopsis de la película
Un niño que ha escapado de su pueblo escucha los gritos de los hombres que le buscan. Lo que queda ante él es una llanura infinita y árida que deberá atravesar si quiere alejarse definitivamente del infierno del que huye. Ante el acecho de sus perseguidores al servicio del capataz del pueblo, sus pasos se cruzarán con los de un pastor que le ofrece protección y, a partir de ese momento, ya nada será igual para ninguno de los dos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Intemperie
- Año: 2019
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
Película
6.8
34 valoraciones en total
El director andaluz Benito Zambrano tras las películas de Solas , La voz dormida o Habana Blues entre otras, ahora nos deleita con Intemperie .
Si hace unas semanas dije que La trinchera infinita junto a Mientras dure la guerra o Dolor y gloria tenía todas las papeletas para ser las mejores españolas del año, ahora tengo que rectificar y añadir esta a la lista, por lo que prefiero no decir las mejores hasta que termine de ver algunas que tengo todavía pendientes por visionar.
Una fragancia a lo western de una España analfabeta rural de los años 40, con esas relaciones de poder o de explotación por parte de terratenientes hacia campesinos, además de unas grandes hambrunas.
En definitiva, violenta y dura en algunos momentos, pero sin duda totalmente recomendable.
Wéstern a la española por tierras ardientes y desérticas del sur, allá por donde rodaban hace años las diligencias, cabalgaban los sedientos vaqueros y se ahorcaba en la mitad de la nada, de la rama de un árbol seco a los ladrones de caballos. En esta ocasión son nativos quienes han desplazado a los mascadores yanquis de tabaco y los que de pozo en pozo luchan por sobrevivir bajo un sol que derrite casi todo, salvo la maldad.
Benito Zambrano aprovecha la novela de Jesús Carrasco para trasladarnos en imágenes las peripecias de un niño que huye de las garras de un capataz poco acostumbrado a perder y es ayudado por un pastor que traslada unas cuantas ovejas hacia la montaña. A mediados de los años cuarenta del siglo pasado, cuando la miseria no solo se traducía en hambre, también en abuso, indignidad e ignorancia, los perdedores de la guerra, que eran casi todos, deambulaban como hijos de Caín: famélicos, muertos de miedo y vendiendo sus almas por un plato de lentejas, o la promesa de él. Algunos, los vencedores, practicaban el matonismo como herramienta de poder e incluso como actividad placentera, porque por lo general los que ejercen de torturadores disfrutan con su trabajo. Por más que algunos críticos de cine se empeñen en calificar de maniqueas a películas que ponen cara a la monstruosidad, lo cierto es que hay seres humanos que nos hubieran hecho un gran favor auto-abortándose y otros ayudarían mucho si no se murieran nunca. Y a mi me gusta saber que existen unos y otros para procurar esquivar a los primeros y guardar como oro en paño la ejemplar generosidad de los segundos.
El thriller polvoriento del lebrijano no se entretiene en recovecos innecesarios, algunos por tanto le acusarán de ser demasiado evidente y directo, pero lo cierto es que huele a cine del que nos gustaba cuando éramos niños y yo eso lo anoto en el haber, aunque algunos lo asienten en el debe.
Intemperie, la cuarta película del poco prolífico Benito Zambrano, está basada en la novela homónima de Jesús Carrasco.
Novela , que ha sido todo un fenómeno en los últimos años, con 82.000 ejemplares vendidos en España, publicada en 30 países, traducida a 15 idiomas y best seller en Holanda e Italia.
Quien suscribe estas lineas no ha leído la novela, por lo que mi crítica no será tan voraz, como la de aquellos que por haberla leído, tenderá a compararla, con lo que en su cabeza se habían imaginado.
Cuenta la historia de un niño que huye de su pueblo, y de los que le persiguen con intención de llegar a la ciudad, en esta huida conocerá a un pastor que le ofrecerá la protección que el muchacho necesita.
Desconocemos porque huye, durante casi todo el metraje de la película, pero asumimos que tiene que ser algo muy grave, para preferir sufrir las dificultades que le surgen con esa huida a volver a su pueblo
Con su huida el niño emprende un viaje iniciático, de conversión de niño a adulto, un aprendizaje de vida, un viaje sin retorno.
El pastor es un personaje solitario, que se convertirá en un referente paterno para el niño.
El pastor le enseñará a vivir con dignidad, a respetar a los muertos, a no odiar, con frases como «tienes toda la vida por delante, no la malgastes odiando».
La podemos etiquetar de Western Ibérico, o simplemente clasificarla de Western, una película con buenos y malos, completamente arquetípicos el pastor muy bueno, y como contrapunto maniqueo, el capataz que persigue al protagonista.
Otro personaje de la historia, es el paisaje árido y seco que les rodea, que da título a la película y que marcara en cierto modo las acciones de los protagonistas.
Con grande interpretaciónes de actores que nunca defraudan como Luis Tosar, Luis Callejo y Vicente Romero, y con la joven promesa Jaime López, que ya despuntó hace unos años en la película Techo y Comida.
En definitiva un muy buen comienzo para esta 64 Seminci, de la que Intemperie, ha sido su película inaugural.
El esperado regreso al cine después de que rodara La voz dormida hace ocho años y dos veces ganador del Goya Benito Zambrano nos sumerge en una especie de apasionante western en la España rural y pobre de los años cuarenta.
Basada en la novela de Jesús Carrasco nos cuenta la huida de un niño de un cortijo ante el maltrato continuo por parte de su capataz, en su escapada por los áridos y desérticos paisajes de la Andalucía profunda conocerá a un pastor que conoce la zona que le brindara su ayuda.
Luis Tosar como siempre esta impecable en su papel de una persona ruda que ha visto de todo y que no soporta las injusticias que someten ciertas personas con poder sobre otras humildes. En los papeles de malos están sembrados Luis Callejo y Vicente Romero. Y el desafortunado niño es Jaime Lopez (visto en techo y comida ).
Rodada en Orce (Granada) no puede decirse que vaya de lo que ocurrió posteriormente en la guerra civil sino que profundiza mas en la miseria de la época y como sobrevivir ante las injusticias que se cometían sin ningún pudor
Una gran película que hemos podido disfrutar como inauguración en la Seminci. Festival de cine de Valladolid 2019.
Destino Arrakis.com
INTEMPERIE. Benito Zambrano.
Intemperie, la novela de Jesús Carrasco, es una obra con voluntad de estilo. Esa voz tan personal del novelista, quiere transmutar el silencio de una época aplastada por la violencia y la humillación, por el sojuzgamiento de los privilegiados sobre los jornaleros, sobre la gente del campo, sobre el común de los mortales. En el caso del niño protagonista la violencia será también sexual. Por eso huye de un capataz violento, servil al poder, representante de esa Nueva España que había llenado de sangre los pueblos y represaliado a todos los que habían reclamado sus derechos en los años treinta.
Estamos, por tanto, en la primera posguerra, en el campo, en alguna comarca del interior de España, en una tierra árida, seca, donde la supervivencia es, si cabe, más difícil. Los personajes apenas son nombrados y hablan lo justo. Y sobre todo ocultan sus sentimientos y sus ideas.
Sobre este tejido narrativo, se ha adaptado la novela al cine. No era fácil. Conviene advertir que estamos ante una película de productor, no de autor, como aclara el mismo Benito Zambrano (Solas). Un proyecto de una productora, con un guion casi cerrado, que el director ha metabolizado, según sus propias palabras.
Por tanto, como es pertinente, quienes hayan leído la novela, deben orillarla. Porque lo que vemos filmado es el argumento de la novela, llevado a un lenguaje de western hispano, por denominarlo de alguna manera. Un lenguaje reconocible por el espectador: empezando por el paisaje desértico de la comarca de Huéscar (provincia de Granada), por la historia de una huida y de una persecución implacable, donde la presencia de autoridades (la Guardia Civil, por ejemplo) es obviada. En ese paisaje lunar que parece llevarnos a otro mundo, se produce un duelo que se sale de las reglas del mundo real. Típico del western es, también, la relación de afecto y protección que irá surgiendo entre el niño huido y un pastor solitario -casi un eremita trashumante-, en el trascurso de la historia.
La película se sostiene sobre la construcción de los personajes y sobre los actores que los encarnan. Luis Tosar, Luis Callejo, Jaime López (el niño), todo el elenco, hacen composiciones solventes, creíbles. El otro elemento es la acción: toda la tensión acumulada en la huida se libera en tres momentos del film, incluido el desenlace.
Existía el peligro de que la adaptación (no la novela) cayera en cierto tremendismo. Esa tendencia inventada por la dictadura para denigrar a la gente del pueblo por su primitivismo atávico. No es el caso. El niño huye en busca de su libertad y de su dignidad, y el pastor es un huido de la sociedad, alguien refugiado en el desierto para no tener que soportar el yugo de los poderosos. Y con una sabiduría vital a cuestas: no cargarse de odio a pesar de las humillaciones y de la dureza de la opresión.
El afecto (y protección) que surge entre el niño y el pastor es uno de los aciertos de la película. Aquí están los mejores momentos.