Infierno en el pacífico
Sinopsis de la película
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), los dos únicos supervivientes de una batalla naval, un soldado norteamericano y un oficial japonés, se ven obligados a convivir en una isla desierta del Océano Pacífico.
Detalles de la película
- Titulo Original: Hell in the Pacific
- Año: 1968
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
Película
7
32 valoraciones en total
Es una de las mejores apoteosis interpretativas desde hace muchos, muchos años.
La genialidad concebida en una pantalla con una fotografía descomunal, con unos silencios y unos espacios tomados desde ángulos soberbios.
La desesperación, el miedo, los sentimientos humanos se van desgranando con furia en ocasiones y con una mesura muy inteligente en otras.
Se marca un antes y un después para mi solamente comparable con Senderos de Gloria y la estremecedora y sentimental escena final.
Si, son finales muy diferentes pero se parecen en la sensación tan grande que te dejan.
El que quiera saber lo que significa la palabra cine, y actor tiene que verla.
Boorman es un genio. Lo saben en el Pacífico, en los montes Apalaches, en la corte del Rey Arturo y en el Ulster. En pocas ocasiones (no recuerdo ninguna pero alguna habrá) la camaradería y la guerra han sido mostradas de una forma tan brillante, humana y simple como en esta película.
Los dos actores estaban en su edad dorada. Las interpretaciones que nos brindan son de quitarse el sombrero. El ritmo que tiene Infierno en el pacífico es trepidante, a pesar de relatarnos las peripecias de los dos únicos náufragos que hay en la isla. Parece una adaptación libre de Robinson Crusoe pero con Viernes reconvertido en un japo con muy mala leche que te putea a conciencia. Las relaciones entre los dos soldados comienzan como deben y terminan como esperamos, pero todo envuelto en una belleza frustrante, la de la incomunicación oral y la del recelo mutuo.
El final es abrupto y conciso pero no exagerado. Queda bastante bien bajo mi punto de vista. Por cierto, la meada que le dedica Lee Marvin a Toshiro Mifune es de las que hacen época. Una película magistralmente realizada y un tiempo bien gastado.
La segunda cinta de Boorman introdujo la que iba a ser una constante en su cine: sentido del ritmo, excelente fotografía, escenarios naturales, riesgo con cada nuevo proyecto, y también una tendencia a lo reivindicativo y pretencioso que no siempre le salió bien.
En esta ocasión Boorman contó de nuevo con su amigo Lee Marvin (el hombre que le abrió las puertas de Hollywood) para contar el drama de dos soldados de bandos (y culturas) opuestos obligados a convivir en una isla desierta.
Es innegable la originalidad y las posibilidades del planteamiento, y a mi juicio Boorman pasa la prueba con un resultado más que digno.
Infierno en el Pacifico ha ganado muchos enteros desde que se estrenó. Posee una plasticidad admirable (buenos encuadres y fotografía en general, obra de Conrad Hall, que supo extraer toda la hermosura de las Islas Palau) y, pese a tener bajones de ritmo, contar con una estructura lineal y clara, de gran amenidad, y apoyada en las sólidas interpretaciones de Mifune y Marvin consiguen hacer el resto, configurando un relato delicioso que posee escenas que se gravan en la retina a fuego (la carga bajo la lluvia, por ejemplo).
Hay que añadir el que final (impuesto por los productores) es abrupto, torpe y desmejora el conjunto. Ya se puede ver el final original pensado por el director, igual de devastador pero menos efectista.
Ya me gustaría que las películas de hoy día fuesen la mitad de buenas que ésta.
John Boorman lo ha vuelto a hacer. Después de dejar boquiabierto a más de uno con A quemarropa , el bueno de Boorman nos ofrece tan solo un año después otro pequeño clásico. Infierno en el Pacífico narra el encuentro entre dos combatientes en una isla desierta: un americano y un japonés. El problema es que en ese momento sus países se encuentran inmersos en plena Segunda Guerra Mundial y, obviamente, el odio que se tienen el uno al otro no conoce límites. Sin embargo, conscientes de su situación, y pese a no comprender ninguno de los dos el idioma del otro, entre ambos comenzará a crearse una especie de vínculo cooperativo que dejará sus grandes diferencias al margen, al menos por el momento.
Excelente guión de Alexander Jacobs y Eric Bercovici (basado en una historia de Reuben Bercovitch, quien también ejerce como productor) que toma la incomunicación como leit motiv de la historia. El hecho de que cada uno de los implicados hable en su idioma, y que no entienda absolutamente nada de lo que dice el otro dota a la película de un realismo y una coherencia apabullantes. Todavía me estoy preguntando cómo tuvieron los responsables las narices de llevar a la pantalla algo así, teniendo en cuenta lo arriesgado que era. Conscientes de esa dificultad, no dudaron en hacerse con los servicios de dos grandes actores como Lee Marvin y Toshiro Mufune, extraordinarios a lo largo de todo el metraje.
Así pues, tenemos una película en la que sólo salen dos actores y en la que cada uno de ellos habla en su idioma (sin subtítulos, por supuesto). Hay que tenerlos bien puestos y, lo que es más difícil, lograr con estos elementos una obra maestra intemporal.
Con solo dos personajes y casi ningún dialogo, John Boorman nos sumerge en una apasionante historia de náufragos al estilo Robinson Crusoe pero ambientada en la segunda guerra mundial.
Un aterrizaje forzoso lleva a un piloto norte americano (Lee Marvin) y a otro japones (Toshiro Mifune), oficiales de su respectivos bandos y enemigos de guerra, a coincidir en una desierta y perdida isla del pacifico. Deberán dejar de lado su situación bélica y sus prejuicios para poder sobrevivir a las duras condiciones de la desolada isla.
Una interesante cinta en la que veremos dos, en teoría, enemigos que tendrán que olvidar sus diferencias políticas para un fin común, la supervivencia. Tendrán que hacer frente a las inclemencias del tiempo y a la búsqueda de recursos para sobrevivir. La relación entre el japonés y el americano ira mejorando conforme avanza el metraje a pesar de sus diferencias personales y culturales.
Obviamente no es una película de diálogos ni de personajes, es una historia para los amantes de las aventuras y la supervivencia. En cuanto a los actores ¿Qué mas se puede pedir?, ver al genial Lee Marvin de películas como Doce del patíbulo o El hombre que mató a Liberty Valance junto al eternamente recordado actor fetiche de Akira Kurosawa Toshiro Mifune, es simplemente una gozada, para que necesitamos mas personajes…
Por suerte los años no han hecho mella en ésta, en parte, película olvidada de Boorman. Sigue teniendo el mismo atractivo de hace 40 años.Una agradable película de las que se echan en falta hoy en día con un claro mensaje antibelicista. Muy recomendable.