Illégal
Sinopsis de la película
Tania, una mujer de 39 años de origen ruso, lucha para no ser expulsada de Bélgica, país donde vive y está integrada desde hace muchos años. Durante un control de documentos, es detenida y encarcelada en un centro de detención mientras que su hijo logra escaparse. Comienza entonces para ella una lucha para no perder su dignidad, su identidad, su humanidad y para encontrar a su hijo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Illégal
- Año: 2010
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
6.8
90 valoraciones en total
Así, en español, es la leyenda que está escrita en una de las paredes del centro de detención 111 B de una ciudad indeterminada de Bélgica. Y uno no puede evitar hacerse muchas preguntas: ¿de verdad que en un país tan pequeño como Bélgica hay como mínimo 111 centros de detención para inmigrantes? ¿De verdad que se les trata directamente como delincuentes? ¿De verdad que se vulneran tan alegremente sus más elementales derechos humanos? ¿De verdad que se les puede torturar impunemente por el mero hecho de ser ilegales? ¿De verdad que inmigrante ilegal es sinónimo de delincuente? ¿De verdad que se persigue más a los inmigrantes que a las mafias que se lucran con su penuria? ¿De verdad creemos que alguien abandona su país, a su familia y a sus amigos por placer y no por necesidad? ¿De verdad que eso ocurre hoy en día, siglo XXI, en nuestra civilizada Europa? ¿De verdad que no se nos cae la cara de vergüenza?
Ahora que los países mediterráneos de Europa se acercan irremisiblemente al tercer mundo, ahora que más de seis millones de personas comienzan o no ser ciudadanos en su propio país, ahora que los políticos nacionales se desentienden del porvenir sin futuro de muchos de sus conciudadanos, películas como esta son más necesarias que nunca. Película durísima sobre la emigración ilegal, sin buenrollismos ni pajas mentales. Ahora que estamos siendo despojados de nuestros derechos más elementales podemos empezar a comprender mejor historias como la de la protagonista de esta película, que huye de la realidad de su país de origen (nunca se nos llega a decir del todo cuales son las causas de forma explícita) para terminar siendo tratada en el país donde pretende exilarse, como un trozo de carne sin derechos ni dignidad alguna. Crudo film servido en frío, con contundencia, sin concesión alguna a la galería, la puta realidad sin anestesia de ningún tipo. Excelente fotografía de colores fríos, de grises y azules apagados. Con una interpretación despojada y minimalista de su actriz principal, la francesa Anne Coesens. El mundo grotesco, violento y asfixiante de los centros de retención de ilegales, es diseccionado de forma quirúrgica, quedándose el espectador alucinado de la miseria y violencia institucionalizada e impersonal que la vieja Europa ha estado ejerciendo sistemáticamente sobre ciertas personas desarraigadas y huidas de sus propios países. Ahora nos va a tocar a nosotros, a nuestros parados, a nuestros discapacitados, a nuestros mayores pensionistas. A todos aquellos de nosotros que no tengamos los medios, la formación, la oportunidad de huir hacia otro sitio. Brutal y espeluznante película belga, que despierta y zarandea los fantasmas de la precariedad, la necesidad y la deshumanización tanto de los de fuera como de los de dentro. Ahora que nos llega el gélido aliento de la irremediable certeza de millones de proyectos de vida congelados en su mejor añada. Ahora que nos tratan como ilusos y nos mienten como si fuéramos publico de rondalla. Ahora que nuestro país no puede mantenerse en pie con unos políticos que han tirado la razón por la ventana, como si fuera un trasto viejo, caduco y apolillado. Tipos que manejan el país a oscuras acompañándose de una sórdida homilía de desprecios sucesivos hacia la ciudadanía.
Qué pena que en España no se hagan películas sociales de denuncia con la mala hostia y la rabia que tiene esta película belga. Qué pena que los estómagos agradecidos de nuestro cine estén todo el día huyendo de la denuncia frontal, solo afilan las garras ante problemas lejanos, distantes o genéricos que no hacen pupa, cuando se trata de hablar sobre lo que está ocurriendo actualmente en Europa, disparan con balas de fogueo o simplemente no desenfundan.
Una aguda y muy trabajada observación social y humana hecha con un inteligente y atento distanciamiento implicado (valga el oxímoron), muy a la belga.
El resultado es una muy buena película sobre un tema tan cinematográficamente (que no socialmente) gastado, un sobrio y contenido relato que en ningún momento se desliza hacia un sentimentalismo en el que le hubiera sido tan fácil caer.
No deja esperanza – es una película de denuncia – pero uno sale satisfecho de, por lo menos, saberlo porque tanto el guión, como la interpretación, transmiten autenticidad.
Con Illégal, la inmigración sale a la luz en toda su crudeza y complejidad, de forma más interesante pero sobre todo más sobrecogedora respecto, por ejemplo, los documentales televisivos, las notas a pie de página de los periódicos o las voces de muchas noticias radiadas, cuya asepsia llega a convertir en rutinario un hecho que debería ser excepcional. Illégal es el antídoto perfecto contra la actitud pasiva, acomodaticia, burguesa e irresponsable del común social. El espectador, obligado a imaginarse qué haría yo en esa situación, se siente totalmente conmovido. Y al final se demuestra que la mejor ficción emana del día a día, de lo verídico, de lo que ocurre, aunque sea a escondidas o a nuestras espaldas. Eso da sentido a esa escena que es en el fondo la esencia de Illégal: Tanya, emigrante bielorusa en suelo belga, deforma las yemas de sus dedos con una plancha hirviendo con el fin de que su huella dactilar no pueda ser detectada en ningún control policial. Si existe un cine necesario o de visión obligada, Illégal se incluye en ese grupo. No se la pueden perder.
Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Con un ritmo interesante y una intriga violenta, Illégal profundiza y esquematiza la historia de una mujer que debe sobrevivir a su encierro, soportar las trabas que se le presentan y buscar la forma de huir para poder estar con los suyos. Illégal es un thriller migratorio que examina con lupa los sistemas establecidos para aquellos que anhelan el sueño de poder estabilizarse en un lugar fuera de su país, pero que lamentablemente deben recurrir a lo ilegal para conseguirlo. Es un examen y a la vez crítica psicológica y social que por medio de la protagonista somos capaces de descubrir.
El carácter de Tania, como mujer fuerte que no pierde su dignidad y su integridad, viene a estar definido o contrapuesto con su fragilidad a la vez y la sensación de vacío y soledad que literalmente obtiene al verse separada de su hijo. El film presenta la perseverancia como arma clave para el desarrollo del juego, el no rendirse, el de esperar, Olivier Masset-Depasse nos hace identificar con Tania, vivimos su entorno, sentimos su impotencia, cargamos con sus dudas y temores y sufrimos con lo que sufre, y hasta sonreimos cuando sonríe.
Una joyita recomendada a todo el mundo. Seguro y no les decepciona.