Hotel Beau Séjour (Serie de TV)

3 comentarios en «Hotel Beau Séjour (Serie de TV)»

1. Ágil, actores acertados, trama con tensión en todos los capítulos y el ambiente grisaceo de la zona flamenca de Bélgica, hacen de esta serie un buen entretenimiento para los amantes de la intriga con toques sobrenaturales, que resultan la parte más original de esta serie sobre asesinatos.

2. -Beau Selor es una serie belga (en flamenco) de bajo presupuesto pero bastante resultona. Parece que las producciones belgas están saliendo bastante bien. Son destacables dentro de Europa.
   
   -La trama me recuerda a la película El Sexto Sentido. Se trata de una chica que es asesinada en un hotel y tiene que descubrir que le ha sucedido y quién la ha matado. Para resolver el caso contará con la ayuda de algunas personas que son capaces de comunicarse con ella aún estando muerta.
   
   Soy elbuscadordeseries.wordpress.com

3. 157/14(20/09/19) Me he acercado a esta prometedora serie belga (rodada en lengua flamenca) porque este país me ha regalado dos producciones muy atractivas en el último trienio, Enemigo público y Tabula rasa, y por la buena puntuación en Filmaffinity, pero no me ha saciado mis expectativas, va perdiendo fuelle a medida que avanzan sus diez episodios. Creada por Bert Van Dael, Sanne Nuyens y Benjamin Sprengers, y dirigada por Nathalie Basteyns y Kaat Beels, en lo que es irregular cruce entre noir son influencias nórdicas (compone una tensa atmósfera oscura y fría, con parajes gélidos) y el género sobrenatural. Filmada en el verdadero Hotel Beau Séjour ( NiceStay ) en Dilsen-Stokkem. El padre de la co-creadora de la serie Nathalie Basteyns se hospedó en el hotel 10 años antes de la creación del espectáculo, y causó una gran impresión en él. Basteyns y Kaat Beels concibieron la idea para la serie inmediatamente después de esto, cuando los asesinatos infantiles del asesino en serie Marc Dutroux aún estaban frescos en la mente de las personas, eligiendo agregar un elemento sobrenatural a la historia para diferenciarla de otros dramas neo-noir similares que actualmente se emiten. La serie parece una mezcla de ideas de films como Ghost (1990), más El sexto sentido, más The Lovely Bones (2009). La serie en sus primeros capítulos siembra elementos sugerentes que te hacen querer saber más, pero conforme discurren los episodios la serie se hunde en tópicos mil veces vistos, un clásico Whodunit sobre como una comunidad aparentemente idílica guarda en la trastienda muchos secretos a punto de estallar, ya visto en muchas series anteriores como Twin Peaks, True Detective, The Killing o Broadchurch, sin que ella en esto novedad alguna, a ello se añade un final bastante mejorable, donde se quedan final muchas cuestiones sin respuesta, sobre todo en lo referente a la coherencia del recurso fantástico, bastante arbitrario. Lynn Van Royen que da vida a la adolescente protagonista Kato, tenía 28 años y estaba embarazada de su segundo hijo durante el rodaje. Los creadores y productores esperan hacer de la serie una antología, con un personaje muerto diferente en cada temporada.
   
   En Lanklaar, localidad de Dilsen-Stokkem (Limburgo), cerca de la frontera entre Bélgica y los Países Bajos, la adolescente Belga Kato Hoeven (Lynn Van Royen) se despierta en el pequeño Hotel Beau Séjour para encontrar un cadáver ensangrentado en la bañera, el suyo. Ella no tiene recuerdos del día antes de su muerte o por qué estaba allí. Pronto descubre que cinco personas pueden verla y comunicarse con ella mientras trata desesperadamente de descubrir quién fue el responsable de su asesinato y por qué la mataron. Ella no recuerda haber roto con su novio Leon (Maarten Nulens), quien es una prometedora estrella de motocross, pero luego viene la patada: algunas personas pueden verla. Su madre, Kristel (Inge Paulussen), no puede verla. Sin embargo, Luc (Kris Cuppens), su padre, puede verla. Además, Sophia (Charlotte Timmers), su aparentemente media hermana, puede verla, así como Charlie (Joren Seldeslachts). Alguien que aparentemente conoce a Kato pero no diría que es un amigo. Esto crea un misterio muy interesante en el que Kato probablemente no solo tendrá que resolver su propio asesinato, sino que probablemente comenzaremos a aprender lentamente cómo se sienten todos acerca de ella.
   
   La serie falla en la coherencia del mundo paralelo en que se mueve Kato. Ella está muerta, es un fantasma suigeneris, pues no puede atravesar puertas o paredes y se mueve o andando o en moto. Le pueden ver, oír y tocar cinco personas, su padre alcohólico (KrisCuppens), un policía corrupto (Johan van Assche), su media hermana Sofía (Charlotte Timmers), celosa de ella, y dos jóvenes de su edad, Charlie (Joren Seldeslachts), que acaba de salir de un psiquiátrico, y el traficante de droga e Inès (Joke Emmers). Incluso ante ellos puede interactuar con objetos, se materializa ante ellos, puede sufrir dolor o quedarse dormida, incluso puede fornicar, pero aparte de este quinteto, nadie más puede no solo no verla, si no que no ve como ella manipula objetos, o se monta en su moto, esto genera una sensación chirriante, y es que parece haber dos dimensiones paralelas funcionando al tiempo, esto confunde y te aleja al no conectar con unas reglas torticeras. Es un fantasma con capacidades extrañas, pues como se entiende que nadie vea que ella mueve objetos? Cómo puede un fantasma sufrir una paliza? Como puede tener relaciones sexuales? Porque estas cinco personas la pueden ver? Y las respuestas al final son entre nada y poco verosímiles.
   
   La particularidad de este polar belga es que es la muerta la que investiga su propio asesinato, la que asiste a su propia autopsia, la que recopila pistas, la que sigue a potenciales implicados, donde en un clásico juego de cluedo van cayendo uno tras otro los principales sospechosos, donde se da cuenta que todo el mundo guarda secretos, donde la verdad es compleja y esquiva, donde muchas pistas son callejones sin salida, con giros sorpresa (que de tanto girar pierden fuerza). Sobre todo es el retrato de una sociedad rebosante de falsas apariencias, donde tras una fachada de impostada felicidad se esconde un submundo de drogas, adulterios, corrupción policial, malos tratos psicológicos, fiestas clandestinas, embarazos no deseados, y por supuesto más asesinatos, todo ello entrelazado de modo un tanto tosco, pues parece emerger un microcosmos donde todo el mundo es malo, no hay equilibrio.