Herencia
Sinopsis de la película
Dos extranjeros se encuentran en un restaurante en Buenos Aires. Olinda es una inmigrante italiana que llegó a Argentina después de la Segunda Guerra Mundial buscando un amor que nunca encontró. Con el tiempo compró un restaurante. Peter es un joven de solo 24 años que viaja buscando un amor perdido en su adolescencia. Ambos se conocen en el restaurante y, poco a poco, este mágico encuentro será para Peter una guía que le ayudará a encontrarse a sí mismo y, a la vez, devolverá a Olinda la posibilidad olvidada de elegir en la vida.
Detalles de la película
- Titulo Original: Herencia
- Año: 2002
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
6.8
51 valoraciones en total
No tengo mucho más para agregar sobre las bondades de este film a las críticas que ya existen, salvo que la actuación de Rita Cortese es excelente, creo que es una de las mejores actrices argentinas. Ya la había visto en televisión y siempre ha destacado por su forma de expresar, su convicción y su nervio. Aquí, además de su carácter transmite infinidad de sentimientos que son la base y razón de ser de esta obra. Lo que para otros actores es como imposible a ella le sale naturalmente. Por eso creo que ha tenido una oportunidad a su altura al ser elegida para el papel de Olinda.
Julieta Díaz por su lado tiene un papel bastante más colorido y logrado que el de Derecho de Familia, otra película en la que ha participado pero me había quedado una imagen de ella bastante desdibujada. Y el resto de papeles están muy bien.
La Dirección también destaca, es una hermosa y profunda Opera Prima que me ha sorprendido gratamente. Espero nuevas noticias de esta Directora.
Tras la II Guerra Mundial Olinda (Rita Cortese) abandona su Italia natal para ir en busca de un amor de juventud que perdiera hace años. Intento fallido que desemboca en una nueva vida regentando un (permítanme el giro) pequeño boliche con su nombre en un barrio indeterminado de Buenos Aires, que esta vez no suena a Gardel, sino a tarantella.
Peter (Adrián Witzke) alemán de 24 años, también en busca de un amor- al que no ve desde hace más de un año- deja sus raíces germanas para embarcarse en un viaje a la Argentina en el que espera encontrarse de nuevo con su sempiterna Belén.
Sus vidas ,repletas de lugares comunes, se encuentran en un punto en el que ninguno de los dos es dueño de sus actos y donde sólo un amor certero podrá apartarles del túnel que se abre ante ellos.
Con esas premisas la directora y escritora de Herencia , Paula Hernández, lleva a cabo su primer largometraje en un cine muy próximo a Eduardo Mignogna, ( El faro del sur , El viento ) con quien trabajó de ayudante de dirección.
Película entrañable, sincera, majestuosa en sentimientos y generosa en intimidades, que habla de los puentes que hay que tender en la vida y que irremediablemente harán que ésta ya no vuelva a ser lo mismo.
Excelente calidad y ritmo narrativo de una historia que muestra sin dobleces ni histrionismos lo que es la soledad, la nostalgia de los orígenes perdidos, los amores inconclusos y cómo la coraza que nos hemos ido poniendo cada vez que no hemos cumplido una ilusión, al final, acaba por doler.
Herencia no es solamente el título de la ópera prima de esta joven argentina, herencia es el legado impreso que llevan los protagonistas y que por mucho que traten, no se desprende de ellos, herencia es la marca que les hace vivir el presente, añorando su pasado y temiendo a su incierto futuro.
Herencia es lo que les mueve y lo que les guía. Herencia es garantía de futuro y aval de sueños conseguidos. Parafraseando a Machado: Hoy es siempre todavía. Toda la vida es ahora. Eso es Herencia .
Esta es una película de detalles, de cosas pequeñas (que le llaman algunos a este tipo de historias), en la que disfrutar con miradas, silencios, reacciones sentimentales de los personajes… todo eso te puede atrapar y realmente emocionar, o quizá dejar indiferente y aburrir, admito el riesgo.
Las mujeres de la película derrochan expresividad, naturalidad, carácter y ternura, cautivando magistralmente. Además, la música juega un papel fundamental y se usa de manera original y alternativa.
Según va avanzando la historia, se van descubriendo detalles que van enganchando, y viviendo situaciones pequeñas pero llenas de verdad y, en ocasiones, de dramatismo.
El poder de las raíces y de la infancia, la importancia de estar atento a las segundas oportunidades que la vida nos puede dar (por muy mayor que se sea o que se crea ser), la necesidad de escapar que nos invade a veces, o la de sentirse arropado en un lugar en que eres extraño… son sentimientos fuertes comunicados con brillantez por estos personajes tan tan humanos y cautivadores.
¡Enhorabuena, Paula Hernández!
Cine de sentimientos escondidos, de amistad a flor de piel oculta tras una coraza tan frágil como un plato, de amores perdidos, encontrados y vueltos a perder, la película de Hernández se paladea como las berenjenas, sin salsas que escondan su sabor. Cocinada con esmero y cariño, aliñada con las magníficas interpretaciones de la pareja protagonista, y aunque sepamos desde el principio lo que nos van a servir, el estómago y el corazón agradecen, tras tanta fast food como tenemos normalmente en el menú, algo de comida casera, sencilla. No es, ciertamente, un plato perfecto, ni siquiera tan sabroso como quisiera la directora (los ingredientes no terminan de casar, por alguna razón), pero deja un buen sabor de boca.
Herencia, es una comedia dramática sobre dos inmigrantes europeos que llegan a Buenos Aires en dos épocas muy diferentes.
Olinda (Rita Cortese) es una inmigrante italiana que llegó a la Argentina tras la Segunda Guerra Mundial. Aunque nunca pudo encontrar al hombre cuyos pasos seguía, decidió adoptar a Buenos Aires como su ciudad. En uno de sus barrios, abrió una restaurant donde su cocina artesanal convoca todos los mediodías a empleados, obreros y estudiantes de la zona. La difícil situación económica y la competencia de los locales de comida rápida han llevado a su pequeño emprendimiento al borde de la quiebra. Si todavía no cerró trato con el agente inmobiliario que está interesado en abrir allí un local de videos juegos, se debe al cariño que le tienen su vecino Federico (Martín Adjemián), su ayudante de cocina Angel (Héctor Anglada) y su pintoresca clientela.
Peter (Adrián Witzke) es un joven alemán de 24 años que llega a Buenos Aires buscando a Belén, una argentina que conoció años atrás en Europa. Su ingenuidad y falta de experiencia le son de poca utilidad en una ciudad desconocida. Tras ser robado en su hotel, su destino se cruza con el de Olinda. Conmovida por una historia similar a la suya, ella le ofrece comida y alojamiento por el tiempo que le lleve encontrar a su antigua novia. Poco a poco, Peter irá ganándose el corazón de Olinda. En este intercambio de experiencias, ambos encontrarán la posibilidad de rehacer sus vidas, encontrando su lugar en el país.
Resulta interesante relacionar a Herencia con otras producciones argentinas conocidas últimamente. Tomemos, por ejemplo, a Bolivia (Adrián Caetano, 2001). Este último también plantea a un inmigrante como personaje protagónico. La inserción del protagonista de Bolivia en ese mundo es casi imposible: su carácter de inmigrante latinoamericano aumenta su marginalidad y exclusión. En cambio, Peter y Olivia vienen de Europa y esta condición parece otorgarles derecho de pertenencia a este país. Si Bolivia de alguna manera es una película que sirve para comprender muchos comportamientos típicos de nuestra sociedad (aunque su propuesta estética se aleje mucho a lo cotidiano), Herencia participa de una corriente costumbrista que idealiza los conflictos y sus soluciones (al estilo Gasoleros).
Por otra parte, Herencia comparte con Un dia de suerte (Sandra Gugliotta, 2002) el tema del viaje migratorio como posibilidad de salida frente a una determinada crisis.