Henri
Sinopsis de la película
Henri es un inmigrante italiano taciturno y propietario de un restaurante en Bélgica, que parece haber bajado los brazos en la vida y solo encuentra confort y alegría entre las palomas mensajeras o con sus compañeros de bebida. Rosette es una joven mentalmente discapacitada que le ayuda como camarera. Con una relación improbable y tierna se van acercando poco a poco estos dos seres marginales y solitarios.
Detalles de la película
- Titulo Original: Henri
- Año: 2013
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
6
21 valoraciones en total
Tras sorprender con su debut en la dirección -la estupenda Quand la mer monte -, la destacada actriz francesa Yolande Moreau vuelve a la dirección con Henri , una interesante propuesta donde demuestra una gran capacidad de observación y una estimable habilidad para crear imágenes curiosas, poderosas y perdurables, que sirven para compensar la cierta monotonía en que cae en ocasiones al contar la historia de dos patitos feos que se encuentran y reconocen mutuamente en esa condición de seres solitarios y en los límites de la marginación social: una chica con retraso mental y un reciente viudo semialcoholizado que no sabe muy bien qué hacer con su nueva e inesperada vida.
Nota: 6,5
Acostumbrados al cine independiente del modelo Sundance se agradece que Henri encaje en otro bloque más cercano a la forma de entender la comedia -íntima- del cine europeo. No me malentendáis: el film de Yolande Moreau (actriz ganadora de dos César, que debuta aquí como realizadora en solitario) tampoco sorprende en absoluto. Tiene las cosas muy claras pero es su total falta de ambición la que hace que la cosa funcione aún en dosis justísimas. Porque la historia de las almas perdidas que se encuentran y se completan la hemos visto no sé si miles, pero sí cientos de veces. El hombre que se refugia en lo primero que llega, la muchacha perdida, atrapada, que descubre un mundo que se le abre a los ojos. La novedad, llamémoslo así para buscar términos que podamos acotar, es que no hay sentido de la afectación. No hay un drama morboso detrás de lo que viven los personajes, no hay un dedo en la llaga, que nos intente emocionar forzosamente. Es todo lo contrario a aquello que el cine independiente (del formato Sundance) busca. Y esto es, al mismo tiempo, positivo y negativo.
Negativo porque no transmitir esas sensaciones puede llevar al equívoco de que la película es fallida, que no funciona. También, porque quizá un poco de cadencia ayudaría a que cierto público conectase mejor con la propuesta. Pero -y aquí entro yo, con reservas- es positivo porque al no forzar las cosas permite que sea el espectador el que juzgue. No faltan secuencias con alguna canción indie de fondo, claro, o los planos a contraluz que tan bonitos quedan en Instagram y derivados. Pero a pesar de todo hay secuencias en las que se respira verdad (ese funeral con final en karaoke, esa borrachera entre amigos), los actores principales no lo hacen mal, incluso, Así que la cosa se queda en tierra de nadie pero sin molestar, sin generar un rechazo, sin lograr una conexión total precisamente por no buscarlo. Y en esa ausencia halla su punto intermedio: hay directores que arriesgan y ganan, o lo pierden todo. Cuando no hay riesgo, pero se mantiene una línea regular, tampoco se falla. Henri no es mucha cosa, en definitiva, pero lo poco que consigue no se le puede restar. Pasable.