Haz lo que debas
Sinopsis de la película
En Bedford Stuyvesant, uno de los barrios más humildes de Brooklyn, viven varias familias de raza negra, algunos hispanos, una pareja de comerciantes vietnamitas y una familia italoamericana que tiene una pizzería. Mookie, un chico que trabaja de repartidor de pizzas, conoce bien a los vecinos y es testigo privilegiado no sólo de la vida cotidiana del barrio, sino también de las tensiones y del racismo de algunos de sus habitantes.
Detalles de la película
- Titulo Original: Do the Right Thing
- Año: 1989
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
7.3
97 valoraciones en total
Una cosa que hay que agradecerle de siempre a Spike Lee es que es un director negro bastante autocrítico con la gente de su propio color en la sociedad EE.UU. y que siempre suele exponer bien a las claras los defectos, y los vicios en que incurren los afroamericanos, entre otros el victimismo, el racismo hacia los que no son de su raza y la costumbre de muchos de ellos de vivir de forma irresponsable, hasta tal grado que pueden pasarse toda la vida sentados en una acera viendo como en frente suya llegan una pareja de emigrantes de otra parte del mundo, montan un pequeño negocio y prosperan mientras ellos lo único que hacen es darle al bla, bla, bla, quejarse o lamentarse. También aquí, aprovecha Spike Lee para manifestar este tipo de actitudes entre la gente de su color.
La película es de coste barato, independiente y centrada en la denuncia de la intolerancia, el racismo y los brotes de violencia que de ahí se derivan, idiosincrasia de la que los afroamericanos no se escapan para nada.
Por otra parte, la cinta está referenciada en todo momento por las figuras de los dos grandes líderes negro estadounidenses del s. XX, asesinados ambos, Martin Luther King y Malcolm X, el primero como ejemplar defensor a ultranza de la no-violencia y el segundo como ejemplar defensor de la violencia siempre y cuanto sea en defensa propia, la cual en esta circunstancia no gustaba de llamarla violencia sino simplemente INTELIGENCIA.
Fej Delvahe
El calor se pega a la piel y la suela de tus nuevas Air Jordan parece que se derrite y se pega al asfalto, saludos a un colega, te mueves con la seguridad que da el sentirte con tu gente, con tus hermanos .
Dentro de esa gran olla a presión que se cuece con el calor de un verano tórrido se encuentran todos los ingredientes que fomentan el ODIO, Pobreza, pasotismo ante la vida que crees que te ha tocado y la estúpida resignación de creer que esto es todo lo que hay, además de creer que la culpa siempre la tiene el otro . Añade violencia, incomprensión hacia tus vecinos (que están seguramente igual de jodidos que tu) y obtendrás el punto justo en el que todo estalla y sueltas todo lo que se andaba cociendo en tu propia olla (conocida también como cabeza).
No es cuestión de racismo (quería escribir esta critica sin usar esa palabra) la culpa la tiene el ODIO y la ESTUPIDEZ.
Hace mucho calor, las gotas de sudor resbalan por sus frentes, la ropa se les pega al cuerpo, sientes como la tensión va creciendo en el barrio, la rabia se palpa en el ambiente. Algo va a pasar. No, no es La jauría humana de Arthur Penn, ni hay Marlon Brandos o Robert Redfords. Tampoco es la sureña América de los sesenta. Estás en Brooklyn, son los ochenta, el rap del loro de Radio Raheem suena por todas partes y un joven Spike Lee va de un lado a otro con una caja de pizza. Aquí conviven chinos, italianos, negros y latinos y se pasean muchos polis con ganas de sacar la porra. Todos se odian, todos están cabreados y en los días de calor ya se sabe que la mala sangre hierve. Esto es Haz lo que debas y la bomba está a punto de estallar en la pizzeria de Sal.
John Turturro está igual de genial que siempre, Danny Aiello realiza uno de sus mejores trabajos, nominación al Óscar incluida y el polémico director, actor y guionista de la cinta firma su pasaporte a la fama retratando de una original manera nunca antes vista el mundo que mejor conoce: las calles, el racismo y el día a día de las clases sociales olvidadas que intentan salir adelante como pueden en medio de un mundo de violencia, injusticia y discriminación del que parece que no hay salida. Aunque estos sean temas muy duros, Haz lo que debas no es en absoluto un drama social. Su enfoque podría estar más cerca de la comedia, pero solo en el tono, no en el fondo. Ésta es una de sus virtudes, su dramatismo disfrazado de comedia, que junto a la forma de dirigir de Spike Lee, con sus largas conversaciones a ritmo de jazz y la influencia de Scorsese, crean una película fuera de todo convencionalismo y establece las bases de lo que será en el futuro el cine de un director que puede quemar la sangre a más de uno (a mí alguna vez) pero que desde luego posee un estilo único y reconocible que alcanzaría su cénit en 2002 con una obra maestra absoluta titulada La última noche .
Haz lo que debas es metafórica, profunda, joven, enérgica, corrosiva, rebelde… es como un chaval que busca provocar, rompiendo con todo lo anterior y estableciendo reglas propias. Tiene fallos, es inmaduro, pero tiene fuerza y talento. Por todo esto y más, nos encontramos ante una de las películas más interesantes e innovadoras de los últimos treinta años, que nos enseñó a algunos a no pisar jamás unas Air Jordan .
Spike Lee dio la campanada con esta comedia dramática ambientada en un barrio multirracial de Brooklyn. El grueso de la acción se desarrolla en una calle en la que destacan tres negocios: una radio local llevada por un locutor charlatán que pincha buena música negra (Samuel L. Jackson), una tienda de ultramarinos regentada por un matrimonio coreano y la pizzería de Sal (Danny Aiello, que borda el papel), el único negocio de blancos de la zona en la que también trabajan sus dos hijos (uno de ellos fantásticamente interpretado por John Turturro) y Mookie (Spike Lee), que es el protagonista e hilo conductor de la película.
La primera parte del film, en la cual la comedia predomina claramente, está dedicada al estudio y retrato de los personajes, la mayoría de ellos entrañables y bien trabajados, entre los cuales se dan unos diálogos ingeniosos y realistas. También se ofrece una simpática imagen de la cotidianeidad de un barrio afroamericano de Nueva York en un día de verano aparentemente normal. Sin embargo, hacia la mitad de la película, y a medida que va avanzando la historia, el drama va tomando protagonismo.
La película, una de las primeras de Lee, tuvo un gran éxito y sentó las bases del cine que posteriormente realizaría su autor: crítica social, diálogos inteligentes, personajes arquetípicos bien construidos… También supuso un revulsivo dentro de la sociedad norteamericana dado su mensaje directo y radical sobre las tensiones raciales en su país, tema recurrente en la obra del director, íntimamente ligado a distintos movimientos afroamericanos y a las manifestaciones culturales de esta comunidad como, por ejemplo, el hip hop, que tiene una clara representación en esta obra.
Public Enemy son los auténticos protagonistas de la banda sonora del filme, impregnada constantemente por sus temas más clásicos, además de ser nombrados multitud de veces por varios personajes. Aparte del rap, ocasionalmente se puede escuchar un saxo que empapa de jazz algunas de las escenas más bohemias, y es que hay mucha cultura urbana en Haz lo que debas, desde los títulos de crédito del principio, en los que aparece una chica bailando a ritmo de hip hop, hasta ese final combativo que cierra la película con citas de Martin Luther King y Malcom X, pasando por ese fuerte sentimiento de barrio que inunda toda la cinta y que Spike Lee consigue reflejar de manera magistral. En definitiva, una obra de referencia de un cineasta imprescindible.
Hay mil formas de hacer una película. Cada director tiene su forma, y algunos hasta su estilo particular. No todos tienen esto último. Spike Lee si posee un estilo, un estilo guerrillero y furioso para su cine.
Hay mil forma de rodar una conversación entre dos personas, aunque el 95% de las veces la vemos siempre igual, plano de Manolo diciendo algo, cortamos a plano de Pepe que contesta, y mantenemos en plano de Pepe para ver su reacción a lo que vuelve a decir Manolo. Spike lee, cámara en mano, rueda a Manolo hablando, y con un movimiento de la cámara pasa a Pepe que contesta, y volvemos con este movimiento de cámara (barrido) hacía Manolo. Spike Lee da mayor dinamismo, más velocidad, aunque los planos de los personajes duren el mismo tiempo, el efecto es diferente. Si a esto Manolo y Pepe parecen enfadados, la sensación es de peligro. Luego acentuamos este peligro con una composición del plano inclinado, torcido, para que parezca que de un momento a otro Manolo va a destrozar el radiocasete que lleva Pepe y este va a intentar estrangular a Manolo. También tenemos sensación de realismo y cercanía.
Hay mil formas de rodar como dos personas se encuentran, y uno de ellos lanza un pequeño monólogo sobre el amor y el odio . Hay quien pondría un espejo y así el personaje de Menganito al hablar al espejo se habla así mismo. Spike Lee, cámara en mano nuevamente, es mas descarado, más rápido y menos sutil: cámara en mano que sigue al personaje de Jaimito desde atrás, se encuentra con Menganito, y rápidamente, la cámara se coloca delante de Menganito, que al empezar a hablar mira directamente a cámara.
Tampoco, y obviando mil detalles más de dirección, se puede olvidar el que yo llamo momento Spike Lee . Diferentes personas, mirando a cámara dan su opinión sobre otras razas, culturas o nacionalidades.
Así Spike Lee le da alma a su película, un alma sucia, ágil y dinámica. Un Alma cabreada con el mundo que le rodea. Spike Lee lanza puñaladas en todas direcciones, y todos reciben.
Conclusión, película con alma sucia, con ganas de denuncia pero no ofreciendo mensaje masticado para el espectador.
Posible indigestión si…A) No se entiende los matices y pequeños juegos del guión. B) Uno espera que los personajes acaben prendiendo fuego al barrio en el minuto 10.