Harry, un amigo que os quiere
Sinopsis de la película
Las vacaciones de Michel y Claire prometen ser duras. Sus tres hijas pequeñas, alborotadas por el intenso calor, acaparan gran parte de su energía. Además, su casa de verano está en obras desde hace cinco años y es una fuente permanente de problemas. En estas circunstancias, no es de extrañar que la pareja tenga los nervios de punta. Sin previo aviso llega, como caído del cielo, Harry, un amigo dispuesto a todo con tal de lograr la felicidad de Michel.
Detalles de la película
- Titulo Original: Harry, un ami qui vous veut du bien
- Año: 2000
- Duración: 117
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Opinión de la crítica
Película
6.6
64 valoraciones en total
Película de suspense incómodo y a la vez burlón, mezclado con lo más cotidiano y costumbrista: inquietantes planos aéreos, perturbadores planos del exterior de la casa, se mezclan con las niñas que dan la tabarra o conversaciones de andar por casa, creando una especie de contraste que funciona muy bien.
Sergi López, multipremiado por este papel, está extraordinario en su dual papel de Harry, tan amable como terrible.
Lo peor: el sosito francés de turno (Laurent Lucas) que protagoniza la peli.
Mathilde Seigner, la cuñada de Polanski, interpreta a la mujer de este último con gran humanidad, naturalidad y soltura.
Una película sobre el lastre que pueden suponer los seres queridos, cuyo exterminio puede ser horrible pero también liberador.
Recomiendo verla en V.O. (en momentos puntuales a Sergi se le escapa el castellano)
Como saber conjugar el símbolo con la historia más epidérmica, eso que Moll finalmente terminó por no saber fusionar. Lo cierto es que Harry termina por ser el alter ego de Michel, un alter ego destructivo, liberador en el peor de los sentidos y un envase sutil no del todo logrado sobre los deseos homosexuales mal definidos: un baño pintado de rosa, un vaquero amanerado y un par de huevos afrodisíacos.
La historia peca constantemente de querer ser sutil, pero presentando un envase que busca el enganche del espectador de las formas más epidérmicas posibles. Es un thriller francés que si bien no llega a ser insípido jamás termina por hacer coherente su propuesta en términos de lógica argumental. La reacción de los padres roza lo irrisorio, la actitud de la familia central no cuaja en lo que a sentido común respecta y en última instancia la presentación de la idea principal, anclada en una relación patológicamente frustrada, no llega a formar un todo consistente. El síntoma está bien claro: Moll tenía una idea en la cabeza, falló al plasmarla en términos netamente argumentales, dejando lagunas importantes que hicieron desinflar la trama a extremos alarmantes.
El gusto final es de un sin sabor singular: un inicio que promete, un nudo que se desinfla a falta de ideas argumentales y un final que busca desesperadamente unir el concepto, formarlo desde un todo integral que jamás siquiera roza.
Señor, escuche un momento, sujete esta bandeja, si es tan amable de abirla… a continuación le explicaremos en qué consiste su contenido, como puede comprobar, hay distintos apartados, hemos dividido su cerebro, para que usted pueda reconstruirlo del modo que crea más adecuado.
Por favor, preste atención, las siguientes indicaciones le resultarán de vital importancia:
Aquí tiene la ración de sentido común, con ella puede controlar las acciones cotidianas de un modo ordenado.
En este apartado se encuentran la memoria, la que le ayudará a recordar su pasado.
Por otra parte tiene los impulsos, permiten reacciones no controladas, con ellos puede escudar la incoherencia de sus actos.
La creatividad, para dar rienda suelta a su imaginación y poder conseguir la plenitud interior.
Las emociones, esta ración va ligada a los más bajos y oscuros instintos, un equilibro necesario, usted decide qué cantidad tomar de esto, piénselo bien, es un arma contradictoria.
En este recipiente podrá disponer del resto de condiciones cerebrales que hemos considerado de baja importancia.
Le dejaré solo, esta debe ser una libre elección, no debemos alterar su conducta.
Minutos después…
¿Qué hago? ¿qué demonios hago? Hay que ver lo raro que habla este hombre, no me he enterado de nada, si pudiese dejar de poner esta cara de ser alelado y complaciente… tal vez mi mujer estaría más orgullosa de mi…
¿Quiero ser alguien tranquilo, o por el contrario me interesa más estar siempre por encima de los demás? ¿por qué no habrá un recipiente de inteligencia?
Demasiadas decisiones, mejor me lo como todo y a ver qué pasa… prefiero que sobre que quedarme corto… siempre me dijo mi madre que no me dejara comida en el plato…
Horas después…
– Señor…
– Por favor, puede tutearme
– Michel, hemos cometido un pequeño error, como sabe estamos enmendando errores con todos los de su promoción de instituto… y… no sé cómo decirle esto…
– ¿Y? ¿qué ocurre? mire ¡me lo he comido todo! no he dejado nada…
– Michel, usted se ha comido una parte que no le corresponde, sus ideas han quedado mezcladas con las de su antiguo compañero Harry. Lo siento, ahora ambos pertenecen a una misma persona… no sabemos cuales pueden ser los efectos puesto que no conocemos qué partes han quedado contaminadas con el otro individuo…
– ¿Quién es Harry?
Familia, invitados, casa de campo a medio reformar, colección de conversaciones incómodas, huevos.
A partir de un encuentro fortuito, dos parejas pasan unos días juntos.
Quienes tenemos hijos pequeños compartimos el comportamiento zombiesco de Michel, fruto de pasarnos todo el día limpiando lo que ensucian, arreglando lo que destrozan, y levantándonos a cualquier hora para atender sus demandas. Michel es un hombre introspectivo al que la rutina familiar ha absorbido casi por completo. Agotado, es incapaz de levantar la cabeza y mirar más allá de sus problemas (es decir, los de su familia), porque ya tiene bastante, y evita las relaciones innecesarias.
Quienes sabemos lo que significa tener la cabeza en su sitio entendemos perfectamente a Claire, directa, con un carácter equilibrado entre la cordialidad y la sinceridad, con la paciencia justa con la gente que se mete donde no la llaman. De los protagonistas, ella es, social y emocionalmente, la más inteligente, es el personaje modelo de la normalidad que da el contrapunto a los demás.
Aquellos que al encontrarnos fuera de nuestro ambiente hemos intentado comportarnos de forma agradable y aún así hemos sido menospreciados, que en determinadas conversaciones hemos aceptado cumplir una función meramente decorativa, que queremos pensar siempre lo mejor de los demás, y que reconocemos nuestras limitaciones aunque no pensemos mucho en ellas, empatizaremos con Prune.
Quienes nos consideramos prácticos, tenemos las ideas claras, y alguna vez hemos sido intrusos en la vida de los otros (aunque solo tuviéramos la intención de ser buenos samaritanos y quisiéramos ayudarles), podemos sentirnos identificados con Harry. Harry tiene la admiración y la curiosidad (y la despreocupación) de un niño pequeño, pero con la diferencia de que no tiene que rendir cuentas a nadie y dispone de recursos para hacer lo que quiera. Posiblemente el mundo sería un lugar mucho más fácil si hubiera más Harrys (reflexionemos sobre ello).
A través de la interacción entre Michel, Claire, Prune y Harry van encadenándose una serie de situaciones incómodas hasta el punto de hacerte reír (nada que ver con las incomodidades de Haneke, por ejemplo) que van destapando una película inquietante que ofrece mucho más de lo que parece.
La frase: «La plenitud solo se consigue con la desproporción.»
El personaje: Harry, sin duda.
La escena para el recuerdo: el trayecto en coche de Harry y Enric.
http://www.cinequanon.cat
Me hizo recordar otra película francesa El Hombre Perfecto que vi hace unos años y me gustó mucho, pese a que el cine francés no podría calificarlo como uno de mis favoritos.
En Harry… , la película de la que hago comentario, encontré esa atmósfera espesa, siniestramente turbia, que esconde más que muestra. En todo momento sabes que algo no va bien, pero es imposible que descubras hacia donde conduce el laberinto.
Brillante interpretación de Sergi López, rodeando cada escena de perversos matices, desde esa pasividad caustica que fluye suave, embriagando todo cuanto envuelve.
Recomendable.