Hand Phone
Sinopsis de la película
Un ambicioso representante de estrellas de cine llamado Oh Seung-min pierde su teléfono móvil, que es encontrado más tarde por el joven y misterioso Jung. En el teléfono hay un video casero que comprometería la carrera de una actriz en ascenso, a la que Seung-min representaba, así como a su reputación como representante. Pero Jung no está dispuesto a devolvérselo tan fácilmente, sin jugar antes a un peligroso y violento juego que les pondrá a ambos al filo de la legalidad y la inmoralidad. Una persecución en la que ninguno dará el brazo a torcer.
Detalles de la película
- Titulo Original: Haen-deu-pon (Hand Phone)
- Año: 2009
- Duración: 132
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Opinión de la crítica
5.9
21 valoraciones en total
Tras la irregular Paradise Murdered, Kim Han-min nos trae una película de premisa demasiado simple pero eficaz. Pocos son capaces de sacar tanto -y durante tanto tiempo- de un robo de móvil, y presentar esto como un reclamo para la película cuando al final acaba siendo lo menos importante.
En Hand Phone, como ocurriera en tantos otros thrillers asiáticos, uno no acaba de delimitar quién es el bueno y quién es el malo. Sí, la película presenta los acontecimientos desde el punto de vista de un personaje, pero uno acaba empatizando con todos los implicados y entendiendo muchas de las razones que les llevan a sus actos. En este juego relativamente sádico hay tiempo para el thriller convencional pero también para el humor, aunque Kim Han-min se decanta por el primer género descaradamente en una recta final bastante interesante.
Lo peor, probablemente su duración. Si bien es digno de admirar todo el jugo que se le saca a una película con una premisa tan plana tampoco me pareció necesario exceder las dos horas de duración. Vale que por Oriente se impone un ritmo muy distinto, y que probablemente muchas de las películas que tanto resuenan así lo necesitan, pero no sentí en ninguna de ellas que se estuviera estirando tanto el chicle como en Hand Phone.
Es una alternativa interesante al resto de thrillers orientales y en particular coreanos, pero tampoco acaba de aportar nada que ya hubiéramos sentido previamente. Eso sí, es bastante divertida.
Trepidante thriller asiático del debutante Kim Han-min, que como es tristemente habitual en nuestro país, su distribución ha sido prácticamente nula.
Hand Phone es otra muestra más de cómo el cine convencional alcanza otra dimensión cuando se trata de producciones asiáticas. El filme es todo un ejercicio de tensión, con un ritmo muy bien sostenido durante las casi más de dos horas de metraje, que mantiene pegado a la butaca al espectador. La moral asiática, tan distinta al conservadurismo de Hollywood, se permite muchas libertades a la hora de rodar algunas escenas que podrían considerarse excesivamente violentas, pero es por esa libertad la que hace que el producto final tenga más fuerza.
Gracias a este estilo que parece exclusivo de los directores asiáticos (y más concretamente, de los oriundos de Hong Kong y Corea del Sur), la palabra thriller alcanza su máxima expresión en Hand Phone. No es raro que los occidentales, acostumbrados a thrillers que como mucho no pasan la restricción de para mayores de 13 años, nos escandalicemos cuando vemos una obra como la de Kim Han-min, principalmente en el tramo de su resolución final, y ya no hablemos si nos ponen delante una obra tan extrema como Encontré al diablo (2010).
Hand Phone tiene un trasfondo que nos podría recordar a algún capítulo de la estupenda serie Black Mirror, ya que el leit motiv del filme es un móvil que contiene un vídeo subido de tono que podría destruir tanto a la persona propietaria del móvil (Eom Tae-woong) como a la chica que sale en él, si ese vídeo subiera a internet y se convirtiera en viral en pocos minutos. El problema viene cuando el móvil desaparece y cae en manos de un desconocido (Park Yong-woo) que lo utiliza para hacerle la vida imposible a su propietario. Así, se inicia un peligroso juego entre los dos, basado en la coacción y la amenaza, que acabará con los nervios y la cordura de ambos.
La premisa es tan clara como superficial y lineal el guion, pero la principal virtud de Kim Han-min radica en su capacidad para mantener un ritmo frenético durante todo el metraje, ofreciendo un entretenimiento genuino y muy disfrutable. Lástima de nuevo porque este tipo de cine no tenga una mayor difusión, debido principalmente a la moral imperante y, como razón de mayor peso, el no poder proyectarlo para todos los públicos con la discriminación de la taquilla que eso conlleva.
Muy recomendable.