Hana
Sinopsis de la película
En el siglo XVIII, los samuráis que llevaban a cabo actos de venganza eran compensados económicamente por los clanes a los que pertenecían. Un joven samurái que llega a Edo (actual Tokio) con el propósito de vengar a su difunto padre busca a su enemigo por toda la ciudad. El problema es que, además no saber manejar la espada, no tiene realmente ganas de ejecutar su misión. Alojado en una vivienda pobre, pero rica en relaciones humanas, aprende a apreciar de la vida y empieza a cuestionarse el sentido de la venganza.
Detalles de la película
- Titulo Original: Hana yori mo naho (Hana) aka
- Año: 2006
- Duración: 127
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Opinión de la crítica
6.1
46 valoraciones en total
Si alguien quiere rebajar las pretensiones épicas de los íntegros samuráis para situarlos en un contexto humano y no de leyenda, debe ver la película de Hirokazu Kore-eda, el director japonés que nos sedujo con la hiperrealista Nadie Sabe.
En los comienzos del siglo XVI un joven busca al enemigo de su padre, ya muerto, para cumplir con lo establecido: reponer el honor de los suyos. De esta manera podrá descansar tranquilo y dedicarse a lo que le gusta: enseñar, leer, hacer teatro, amar, pasear….en definitiva, vivir.
Pero Sozaemon (que así se llama nuestro héroe) está marcado por algunos estigmas que harán peligrar la tradición. ¿Cómo ser un samurái si desconoces el arte de las armas? ¿Se puede ser un legendario luchador cuando amas la paz, el sosiego, la poesía y eres amigo de los niños?
Hirokazu hace una traslación del absurdo de la violencia, aunque esté disfrazada de supuestos valores culturales, al Tokio (Edo) de hace trescientos años valiéndose de claves teatrales e inocentes comediantes.
Hana yori mo nahoes es una película que refleja al samurái visto como una forma de vida que ya no encaja con los tiempos que viven, una desmitificación agradable y simpática de la figura del samurai. Del mismo estilo que El ocaso del samurái, La espada oculta y La espada del samurái
El protagonista es un joven samurái, llamado Sozaemon,
que tiene que vengar la muerte de su padre, por culpa de una tonta discusión en una partida de Go. Así, llega hasta un barrio muy pobre de Edo.
Lejos de intentar cumplir con las órdenes de su clan lo mas rápido posible, Soza, tomándoselo con calma, va aprendiendo útiles y maravillosas lecciones de sus vecinos y nuevos amigos, poco a poco el dinero se le está acabando, el nivel de vida del joven se aproxima paulatinamente a la miseria más absoluta. Sin embargo para Soza que da clases de escritura y ábaco en una academia privada que ha abierto para salir adelante, los días tienen un pequeño aliciente, ver a Osae, una bella viuda que vive delante de él y de la que se esta enamorando.
Una película cargada de detalles que dibujan la sonrisa del espectador en muchas ocasiones.
Maravillosos los momentos relacionados con Mago, la representación de la venganza, y la relación del vengador con áquel al que debe matar para salvar el honor del clan.
Como curiosidad hay que decir que está historia se entremezcla con otra ya legendaria la de los 47 ronin o Chushingura:
Pues sí, últimamente estamos asistiendo aun resurgimiento del chambara, es decir, de ese cine de acción/aventuras japonés que tiene como protagonistas a samuráis o asimilados. Pero en esta nueva generación de chambara los héroes no son decididos y valientes ni tan buenos como en las películas que se hacían en los 50 y 60, y que sirvieron para reavivar el orgullo a los japoneses después de perder la Segunda Guerra Mundial. Esta nueva hornada nos trae samuráis mucho más patéticos e ineptos enfocados prácticamente todos en el final de la dictadura Tokugawa y el comienzo de la restauración Meiji.
No quisiera dejar pasar la oportunidad de recomendar las críticas de La Aventura de la Historia , en la cual últimamente se están criticando bastantes de éstas películas.
En lo que respecta a la película en si como se ha dicho en otras críticas se trata de una comedia un tanto amarga a ratos que no llega a conectar realmente ni a divertir excesivamente.
Se pare bastante a esa época que tuvo el cine español de hacer películas en plan comedia sobre la guerra civil. La verdad es que La vaquilla esta bien pero a partir de ahí hay muchas que parecen la repetición de la misma jugada porque no hay más ideas.
Pues eso.
Hana es diametralmente opuesta a Nobody knows . Por época y por género aunque las constantes de su director son indisociables la una de la otra, siguen allí la presencia constante de los niños como elemento fundamental de la vida en las sociedades, sean de la actualidad o del 1700, sigue ese ritmo contemplativo, esos reflejos pausados de las personalidades de los personajes… En cambio Hana es una película bastante por debajo de su precedente, uno puede pensar que siendo un potente drama Nobody knows tiene más para perdurar que una, en líneas generales, comedia como Hana . Pero tras visionar este último film de Koreeda la sensación es la de haber visto una película desigual, poderosa en su inicio presentando los personajes, el pueblo…, interesante en algunas de las variadas historias que cuenta y soporífera cuando pasada la hora y cuarto de metraje se sumerge en un extraño tiempo muerto dramático que choca directamente con toda la esencia anterior. Hay veces que funcionan cosas que parecen impensables cuando hay un genio detrás, Koreeda es un grandísimo realizador pero en su empeño, lógico por otra parte, de tal vez querer alejarse de lo que venía haciendo con algo tan diferente, ahondar en tierra de nadie, patine en varios momentos y el conjunto, algo alicaido finalmente, nos deje parcialmente defraudados.
Hana es el único título que me ha decepcionado del prestigioso Koreeda, uno de los más notables de la última generación de realizadores japoneses. Y ello, precisamente, porque esperaba más de su visión una vez conocida buena parte de su obra y habiendo encontrado aspectos bastante sugerentes, destacables, en toda ella.
La película me deja una sensación de vacío, de quedarse a medio camino de cuanto propone -empezando por el género en el que se inscribe- pues no acaba de ser comedia pero tampoco es un drama, es una película sobre la extinción de los samuráis aunque sólo muestra una pelea común, con una sola espada (y de madera) de por medio… Hasta las habituales historias o relaciones románticas parecen desdibujadas, imprecisas. Su desarrollo narrativo queda como suspendido, por venir , puesto que nunca se ve plenamente confirmado, pareciendo quedar más de un cabo por atar. Por otra parte, la amabilidad de su estilo y sus personajes también parece bastante impropia de aquella época histórica. El habitual ritmo pausado característico del cine nipón -y que en Koreeda adquiere caracteres casi de complaciente contemplación- tampoco parecía el más adecuado en semejante contexto. Demasiadas licencias para que pasen desapercibidas.
Eso sí, el envoltorio es más que adecuado para vender bien el producto. Excelente fotografía y decorados, así como buen estudio de personalidades con los actores secundarios, para mi gusto, mejores que los protagonistas. Dicho sea de paso, hasta la deliciosa Rie Miyazawa pierde buena parte de su encanto detrás de un inadecuado maquillaje blanco (no es geisha, vaya), que vela demasiado toda su bella, delicada carnalidad.
En fín, que obviando su quizá excesivo metraje, la película se deja ver sin mayores complicaciones. Su excelente director obtuvo con Hana su particular jidaigeki -espero que se haya sacado la espina para siempre- pero no tardaría en volver a recompensarnos con sus habituales, sensibles historias de refinado intimismo.