Hamlet
Sinopsis de la película
Las ceremonias que celebran la coronación del Rey Claudio y su matrimonio con la madre de Hamlet dejan al joven príncipe indiferente. La inquietud de Hamlet no desaparece hasta que recibe la visita del fantasma de su padre. Al comprender la traición llevada a cabo por Claudio, Hamlet trazará un plan para vengar la muerte de su padre.
Detalles de la película
- Titulo Original: Gamlet (Hamlet)
- Año: 1964
- Duración: 140
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Opinión de la crítica
Película
8
52 valoraciones en total
En películas como ésta, el cine soviético exhibe el pleno rendimiento de sus posibilidades. La tragedia de Hamlet se concibe con parámetros de arte mayor, a la altura del texto de Shakespeare.
En todos los baremos aplicables revela una calidad casi solemne. El vestuario y la ambientación son imponentes, lo mismo que la iluminación y la fotografía: la elección del blanco y negro refuerza la austeridad de la estética. La puesta en escena es la obra de un experto hombre de teatro, el propio Kozintsev. La dosificada música de Shostakovich se integra plenamente en el contexto dramático.
Las interpretaciones, de estilo sobrio, rebosan solvencia. Hamlet aparece convincente en el lado difícil, la fingida locura.
Un detalle de distinción cinematográfica: el famoso monólogo del Ser-o-no-ser es declamado en off, con voz tenue, mientras el príncipe pasea callado entre las rocas de la playa, con íntima expresividad de sus primeros planos.
Tienen también plasticidad brillante los exteriores marinos del castillo, el aterrador fantasma paterno en armadura, los nocturnos con antorchas, el duelo penoso de Ofelia velada con una gasa negra, y tantas otras escenas…
Un pero: el carácter oficial de la producción imprime cierta rigidez academicista, más chocante hoy que en 1964.
No obstante, cuando la tendencia ahora es el recurso a lo trepidante, merece la pena ver el afán de esta escuela de llegar a la intensidad por la calidad artística.
Kozintsev, amante de los grandes clásicos, toma prestadas secuencias casi enteras de la versión de Laurence Olivier con el que Smoktunovsky tiene un viveza de porte similar, y las aprovecha para dar estas más de dos horas (en dos apetecibles entregas de poco más de 60 minutos) un ritmo frenético.
El cine soviético cuenta con dos cosas innegables: recursos (comparado con el resto de los mundiales salvo el hollywoodiense) y talento artístico.
¿Qué les falta? Pues talento para hacer llegar sus contenidos e ideales a la gente, que es otro tipo de talento del que se puede obtener de sus enseñanzas.
Magníficas interpretaciones (con Kozintsev siempre de tipo teatral), magnífico escenario (las escenas de la costa son espectaculares) y buen ritmo (teniendo en cuenta que la historia es de sobra conocida).
Podría haber innovado y no lo hace pero aún así más que visible.
Hasta ahora, no he visto otra adaptación de Hamlet a la pantalla grande, pero me parece que con ésta se ha conseguido algo realmente bueno, ya que es una sobria representación del libro de Shakespeare.
Soberbiamente dirigida por Kozintsev, además se ve que no se escatimó en gastos, es por eso que no esperaré mucho más para seguir viendo su legado, y lo próximo será el clásico de clásicos: Don Quijote de la Mancha.
PD.: increíble que ni siquiera alcance los 400 votos.
Shakespeare es, sin duda, uno de los mejores escritores de todos los tiempos. Puede argumentarse que Hamlet es una de sus mejores obras, y Gamlet ha sido reconocida por los estudiosos como el mejor de Hamlet llevado al cine.
Filmaffinity es el sitio de cine central para el habla castellana.
Con todos estos antecedentes no salgo de mi asombro al ver que, esta cinta tiene menos de 500 votos, cuando cualquier mamarracho de Angelina Jolie supera con holgura los 10,000 votos.
Este destrato a las obras culturales importantes de la Humanidad es, sin duda, un claro reflejo de la decadencia cultural de nuestra Sociedad.
Si pudiera olvidar una sola película para volver a disfrutarla como la primera vez elegiría Con la muerte en los talones, El planeta de los simios o Pat Garrett y Billy The Kid. Pero este Hamlet, puede que la mejor adaptación de Shakespeare, interesará tanto aficionados al cine como al autor inglés, un filón para el cine a pesar de que en el teatro isabelino dominaba el lenguaje, su larga duración, la escasez de decorado y la ausencia de actrices.
Shakespeare ha tenido buenas adaptaciones cinematográficas (no así Cervantes, quizá rescataría el Don Quijote del mismo Kozintsev) como Julio César de Mankiewicz y Otelo de Welles (en Cannes el mejor director de Otelo fue Yutkevich), incluso interesantes revisiones de El rey Lear (Ran de Kurosawa o Lanza rota de Dmytryk) y La Tempestad (Planeta prohibido de Wilcox o Cielo amarillo de Wellman) aunque algunas de sus obras más potentes como Tito Andrónico todavía no han tenido adaptaciones a la altura, probablemente, Hamlet y Macbeth han sido las más logradas: el Macbeth de Welles o Kurosawa (Trono de sangre) o el Hamlet de Olivier (aunque sea mejor Ricardo III).
Sin embargo hay dos películas que no se contentaron con hacer teatro filmado (evidente en Olivier) ni adaptaciones posmodernas sino auténtico cine con todos sus elementos reconocibles: dirección, decorados, vestuario, fotografía, música, etc.: Hamlet de Kozintsev y Macbeth de Polanski (con permiso de Campanadas a medianoche de Welles, 1965, que salvó al cine español del páramo shakespeariano ya que la versión más popular en España fue la misógina La fierecilla domada –Román, 1956- que incidía en pleno siglo XX en el modelo de mujer de la época isabelina: la esposa ideal, sumisa y obediente, aunque tampoco EE.UU. se quedó atrás con El gran McLintock de McLaglen, 1963). Macbeth (1971) de Polanski es una adaptación sin concesiones donde la tragedia no está predeterminada por el destino sino por las acciones humanas, libremente decantadas hacia el mal y nos deja dos planos de su pesimismo: el nuevo final como bucle irremediable de la violencia y el asesinato de los hijos de McDuff, mostrados con una crudeza sorprendente apenas dos años antes de las terribles circunstancias del asesinato de su mujer.
En el Hamlet de Kozintsev entra la luz en cada plano y se capta bien el espíritu de la obra original, la más compleja de Shakespeare, donde el bien y el mal, la realidad y la fantasía están más difuminados por la psicología de los personajes (Smoktunovsky está muy bien como Hamlet, cuerdo que se finge loco, loco que se finge cuerdo). Tiene secuencias muy logradas como las del cementerio, la edípica de Hamlet con su madre (en la segunda parte) y una de las mejores de la historia del cine que resume las cualidades del film (con la fotografía y la portentosa música de Shostakovich) que es la del encuentro de Hamlet con el fantasma de su padre, muy recomendable. El pero que se le puede poner es el idioma, el ruso pierde la sonoridad del inglés.