Había una vez un hombre (Terje Vigen)
Sinopsis de la película
La película se basa en las 52 estrofas del poema épico del mismo nombre (1882), que narra la dramática historia del marinero Terje Vigen, que durante las guerras Napoleónicas (1807-1814), iba en barca desde Mandal a Dinamarca para llevarle cebada a su hambrienta familia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Terje Vigen (A Man There Was)
- Año: 1917
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
Película
7.1
66 valoraciones en total
208/08(04/06/21) Notable drama sueco dirigido por el Tótem del cine mudo escandinavo Victor Sjöström, adaptando un poema homónimo patriótico de 1862 del dramaturgo noruego Henrik Ibsen, siendo en su momento todo un hito cinematográfico al ser la producción más cara de la nación nórdica, con un presupuesto de 60.000 SEK, que sobre todo llama la atención por el rodaje en exteriores costeros, y por sus escenas de acción sobre botes y barcos en medio de oleajes, donde se da un ritmo y vigor espectacular para sobre todo su tiempo, con una labor de edición formidable que emparenta con la de Griffith en El Nacimiento de una Nación. Ello para un relato conmovedor que nos habla del dolor de la pérdida, de la angustia vital, de las ansias de venganza, y de la redención. Posee además una novedosa estructura narrativa de flashback, así como son atractivos los intertítulos donde más que narrar los hechos son extractos del poema.
En la breve escena de apertura, el viejo Terje Vigen (Victor Sjöström), de cabello gris, contempla un mar tormentoso en una pequeña isla de Noruega. Le sigue un largo flashback que muestra su vida pasada primero con su esposa e hija, en 1809, durante las Guerras Napoleónicas, la ciudad se muere de hambre debido al bloqueo británico. Terje decide remar hasta Dinamarca para llevar comida a su familia. En el camino de regreso, es capturado por un despiadado capitán inglés y enviado a la cárcel en Inglaterra. La última parte comienza con la misma escena que la inicial.
Es (bajo el filtro de los más más de 100 años desde su estreno) el uso alegórico y funcional para la acción de la naturaleza marina, filmándose en localizaciones reales, donde la bravura del mar chocando contra la escarpada costa en varios tramos se convierte en una metáfora del alma convulsa del protagonista, con planos de gran espíritu lírico-visual, donde l hombre se enfrenta a la Naturaleza representada en el Gran Azul (aquí no tanto). Así como es maravilloso el manejo de la cámara en las secuencias sobre barcos, con la misma atada a los botes y barco trasladando el peligro del mar, ello gracias a la maestría en su uso del cinematógrafo Julius Jaenzon, además el DP compone cuadros de una belleza sibarita con contraluces de un enorme valor pictórico, jugando con la intimidad del hogar con gran sentido emocional cuando vemos a Terje con su hijita. Siendo original para su tiempo como la cámara deja de ser un ente estático y cambia entre primeros planos medios y generales, haciendo al cien crecer con estos elementos.
Sjöström dentro de lo que es una historia sencilla lineal, es capaz de cubrirla de varias capas, con recursos ingenioso como los flash-back, con tomas vertiginosas como la de la subida al yardarm de Terje para desplegar las velas. Viniéndose arriba en las escenas de acción, como es el vibrante tramo en que Terje intenta burlar el bloqueo inglés, con la cámara haciéndonos sentir sobre las olas en sus oscilaciones, con un montaje espléndido (sobre todo con el filtro del tiempo) transversal, generando tensión y emoción, con diferentes angulaciones, alternando entre perseguido (que vemos como le bombardean y cercan los cañonazos) y perseguidores con gran estilo para provocar sensaciones, hasta el sangrante rush final que sentimos la congoja y el sufrimiento de Terjen. En el último tramo asistimos a la melancolía consumiendo al protagonista, esas evocadoras miradas desde las rocas al horizonte del mar. Hasta que llega el clímax, donde otra vez la acción se combina con el dramatismo de forma incisiva, con un intento de rescate que tiene un giro perverso, donde entran en solfa toda una tormenta de sentimientos encontrados, donde el director demuestra gran dominio del medio para economizar los molestos intertítulos y con un flash-back nos coloca en el ojo del huracán de lo que sentirá Terje.
Victor Sjöström asumió el papel de protagonista (tras despedir al originalmente fichado), y lo0 hace de modo excelente, sin caer en el histrionismo pasado de vueltas del cine silente, saber ser sutil en sus gestos y mirada, como despierto y ágil en las varias escenas de acción. Lleva el peso de todo el metraje con gran carisma, haciendo creíble al Terje mayor, se nota ajado y cansado, muy bueno.
En la tercera década del cine, esta película supone un gran avance en el aspecto fotográfico, tanto en la composición del cuadro como en el uso de la iluminación y de las distintas tonalidades, que, contribuyendo a reforzar el dramatismo, dotan a cada escena de una gran belleza.
Algunos años después, Murnau daría un paso más con la exquisita fotografía de Amanecer , película que también tiene en común el uso del mar como elemento dramático.
Lo más curioso, para mí, es que los interludios, no describen la película, si no que directamente ponen los versos del poema del cual se basa la película. Con lo que la da un toque muy poético y entrañable.
La historia sencillita aunque hay momentos que dices: ay! De sorpresa o que no te lo esperas. Hay mucha ternura también, que lo meten en un hombre dibujado de una forma muy ruda.
Me ha gustado, pero aún así, no le doy mucho más puntos porque tampoco me acaba de llegar del todo.