Había una vez dos héroes
Sinopsis de la película
En Toyland vive la pareja formada por Stannie Dum y Ollie Dee. Los dos se encuentran hospedados en la casa de Madre Peep y trabajan en una fábrica de juguetes. En dicho fantástico país el malvado y siniestro Silas Barnaby corteja a la hija de la anciana señora Peep, aunque ella se niega a acceder a sus deseos de matrimonio, puesto que su corazón está entregado a un joven de su entorno. Debido a esta negativa, Barnaby pone en práctica un método de presión…
Detalles de la película
- Titulo Original: Babes in Toyland aka
- Año: 1934
- Duración: 73
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Opinión de la crítica
Película
5.7
77 valoraciones en total
Stannie Dum (Stan Laurel ) y Ollie Dee (Oliver Hardy) están en la ciudad de Toyland, un lugar habitado por todos los personajes de los cuentos infantiles, además de tener un gran taller de juguetes. El villano del pueblo, Silas Barnaby (Henry Brandon), tiene el pagare hipotecario de la casa-zapato y pretende a través de un chantaje, casarse con la hija de la dueña. Stannie y Ollie no solamente se lo impedirán, sino que combatirán contra las fuerzas del mal de Silas.
El film es una simpática y sana comedia de un mundo imaginario de los juguetes. El film es en blanco y negro, pero con las nueva tecnología fue transferido a color y se puede apreciar la dirección artística que es de primera, se destacan las bellas escenografías, los llamativos vestuarios y los atractivos maquillajes.
Stan Laurel (1890-1965) y Oliver Hardy (1892-1957), mejor conocidos como el gordo y el flaco, son considerados como una de las mejores parejas cómicas del cine. Su tipo de comedia es basada en amarrar situaciones de momentos cómicos y exagerar las cosas con la violencia física.
La música de Victor Herbert (1859-1924) está muy a tono con el ambiente infantil del film y sus números musicales son frescos y relajantes.
Tercera película, basada en una opereta, en la que aparecieron Laurel y Hardy. Las dos primeras fueron Fra Diávolo basada en la composición de Daniel-Francoise Auber y enseguida Un par de gitanos inspirada en La chica bohemia de M. W. Balfe.
HABÍA UNA VEZ DOS HÉROES, es una adaptación bastante cercana de la opereta Babes in Toyland, escrita y compuesta, en 1903, por el irlandés-estadounidense Victor Herbert (1859-1924), de la que solo se han eliminado unas cuantas canciones y unas pocas situaciones, con el objeto de acercarla mucho más a los chicos y permitiendo a la vez que Laurel & Hardy lograsen un protagonismo quizás superior al que tuvieron en sus anteriores operetas.
Dirigida por Gus Meins y Charles Rogers, esta sería la primera película a color protagonizada por la pareja del gordo y el flaco, y sea el momento de decir que la totalidad de sus escenarios diseñados en un estudio, refulgen por su belleza y su fantasía. Es muy probable que, con los avances tecnológicos alcanzados en las últimas décadas, a algunos chicos ya no les resulte conmovedor o llamativo el aspecto visual del filme, pero quienes sepan ubicarse en su tiempo, sabrán apreciar el profundo esfuerzo y el inmenso atractivo que lograron en su momento los diseñadores de sets.
La labor de Laurel & Hardy, resulta también bastante agradable, no obstante que la historia no ofrece tantos gags como quisiéramos, pero en cambio, los veremos comprometidos con las inocentes víctimas del mal, solidarios (¡torpemente solidarios!) con la abuela Peep, y dispuestos a derrotar al ejército del mal y su oportunista líder Silas Barnaby (un estupendo Henry Brandon) empeñado en casarse a toda costa con la joven y bella pastorcita (Bo-Peep) un personaje al que ha representado con suficiente encanto la actriz Charlotte Henry.
Algunos personajes de cuentos tradicionales: Mamá ganso, Los tres cerditos, el gato Diddle- Diddle, y hasta una suerte de Mickey Mouse, rondarán por este cuento que nos habla de la lucha entre el bien y el mal, y de cómo, cuando se aunan fuerzas, es posible derrotar a los enemigos de la paz y la justicia.
Como suele ocurrirme con los musicales, sentí que sobraban esas dos o tres canciones que tantas veces le cortaron en sus exhibiciones en las salas, sobre todo esa última cantada por Tom-Tom, con la que hasta la pastorcita se quedó dormida. Pero, en general, el filme es muy agradable y se pasa volando, pudiendo sentir que estuvimos ante un entretenimiento bastante satisfactorio y sin duda uno de los más atractivos largometrajes interpretados por los inolvidables Laurel & Hardy.