Guerra (War)
Sinopsis de la película
En un campo de prisioneros checheno, un grupo de secuestrados es obligado a realizar trabajos forzosos. La comunidad internacional se escuda en la política de no ceder ante los terroristas y obstaculiza la posibilidad de pago de un rescate. La solución para traerlos de nuevo a casa pasa, pues, por infiltrarse en la zona de guerra, idea compleja y más que peligrosa. El conflicto armado entre Rusia y Chechenia como escenario para un film que cuenta con secuencias de batalla cuya espectacularidad no impide que rebosen realismo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Voyna (The War)
- Año: 2002
- Duración: 120
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Opinión de la crítica
6.5
51 valoraciones en total
La Segunda Guerra Chechena (que tuvo su inicio en el año 1999) ha dado películas más que interesantes en la filmografía rusa (totalmente ignoradas en el resto de Europa) y sin duda una de ellas es la que firma Balabanov, Война (Guerra, 2002). La película rodada precisamente en un momento de la guerra terriblemente álgido, con lo que podemos decir que la película narra momentos totalmente coetáneos. No en vano, en los carteles publicitarios de la película se podía leer el siguiente slogan : Esto no es Brat 2, esto es la guerra. Directo y al grano (Balabanov fue el director de la dupla Brat).
El argumento de la película es sencillo: Un soldado ruso, interpretado por Aleksey Chadov (quien realizó su primera interpretación como profesional en esta película) nos cuenta a manera de flashback las peripecias que le han sucedido. Raptado por unos bandidos cechenos en mitad del conflicto bélico, se encuentra con una pareja británica, interpretado por Ian Kelly y Ingeborga Dapkunaite , que han sido también secuestrados. Posteriormente los dos hombres serán liberados (el británico a cambio de que consiga el dinero para rescatar a su mujer) y el personaje que interpreta Ian Kelly buscará de nuevo a su mujer de todas las maneras posibles. La película tuvo su origen en unos noticiarios que el propio Balabanov miró por la televisión en el 1998. Ese inicio naturalista de puede comprobar también, tanto en los escenarios donde se rodó la película (algunos en la propia Chechenia) como en el reparto, en el que se incluyen actores chechenos. De hecho, el agujero donde se encierra a los protagonistas es real, y muchos de los actores se negaron en un primer momento a rodar en semejantes condiciones. Todo en búsqueda de un mayor realismo.
Como siempre, la mirada de Balabanov no deja títere con cabeza, y no nos presenta a buenos y a malos (aunque podríamos debatir sobre si el modo de vida que nos presenta de los chechenos es menos civilizado-aunque ajustado a la realidad de todos modos) sino que como le espeta al periodista inglés, el protagonista principal, curtido después de dos años de servicio militar, en la guerra hay que disparar primero antes de que te disparen a ti. Una regla tan cruel como obvia para las propias reglas que nos presenta el filme. La película puede resumirse básicamente en la máxima anteriormente comentada, la supervivencia se paga cara en la película, que nos presenta escenas crueles de una forma tan naturalista como la vida misma que se desarrolla apaciblemente en la aldea donde son confinados los protagonistas.
El toque Balabanov también se nota evidentemente en la factura de la película y en la puesta en escena. Como ya sucedía en una de las obras más icónicas del cineasta, como es Брат (Brat, 1998) donde el cineasta nos presentaba una Moscú decadente utilizando escenas de transición con música rock (que evidentemente tienen elemento simbólico). Esta música, instrumental la mayoría de ocasiones, nos simboliza por si sola la propia deshumanización que sufren tanto los protagonistas como los lugares por donde transcurren (la llegada del soldado después de la Guerra). Por otra parte, las secuencias de acción (que se concentran en la segunda mitad del filme) están bien rodadas, y saben mostrar la tensión de la guerra, que puede tener un desenlace fatal en cualquier momento. Pàra ello Balabanov no opta por grandes travellings ni complicadas tomas, pero tampoco muestra una carencia de medios. Sabe colocar la cámara para que la acción sea clara y seamos testigos de lo que está sucediendo en todo momento.
Si hay que poner un pero sería en el personaje de Sergey Bodrov Jr. (uno de los actores más míticos de la Rusia contemporánea, puede que en parte por su extraña muerte). No sólo porque la interpretación del actor es inusualmente mala (no se sabe si por el tono paródico que intenta imprimir o porque simplemente parece encontrarse totalmente descolocado en el papel) sino también porque no aporta demasiado en la trama, más allá de un cameo que le da más caché a la cinta.
Aleksey Balabanov es un potente realizador ruso que poco a poco empieza a mostrar sus cartas en occidente a través de su paso en festivales, donde ya es un habitual tras arrasar con Brat en 1997. Desde entonces, cada nueva obra firmada con su cámara ha estado rodeada de expectación, siendo quizá War uno de sus films más ambiciosos. Antes de demostrar su habilidad para el thriller con la notable Dead Mans Bluff , regaló este film bélico que se encuadra en un género casi muerto en la actualidad, como viene a ser el cine de guerra con intenciones antibelicistas en primera instancia, pero cuidando siempre los detalles para hacerla al mismo tiempo mordaz y cínica, revistiéndola con una capa de humor negrísimo a la hora de perfilar a los personajes.
War inicia con un tramo en el que vemos a varias personas capturadas por el ejército chechenio, entre los que se encuentran un par de actores británicos y un muchacho ruso licenciado en informática que, debido a esto, se convierte en un improvisado técnico de su más duro enemigo. Cuando al líder chechenio, Aslan, se le ocurre pedir un rescate, libera al chaval -que sabe inglés y por tanto funciona a modo de intérprete- y al actor, dándoles un plazo para conseguir a dinero si no quieren que el resto de prisioneros sufran las consecuencias. Pasado este tramo, vemos un completo cambio en los personajes, la búsqueda de esa cantidad monetaria y la posterior necesidad de venganza, dejando en entredicho el poder de la guerras obre la psique humana.
La obra de Balavanov (como demostraría recientemente con la poderosa Cargo 200 ) es dura, seca, cortante. Se moja y va al límite, como el mejor Haneke, pero lo reviste todo desde la explosión más visual siguiendo los códigos del cómic, presentando cierta violencia híper-realista (como Tarantino en su reciente Malditos bastardos ). War no es una excepción: acudimos a una espiral de asesinatos, cuerpos mutilados, personajes desquiciados y, al ser un film bélico, secuencias de acción potentes. No busca la espectacularidad sino la eficiencia y por eso funciona tan bien, siendo consciente de sus posibilidades y no excediéndose ni cayendo en errores que la podrían hacer redundante.
No puede decirse que este film (que cuenta, al margen, con un sobresaliente reparto en estado de gracia) sea el mejor de su realizador, pero sin duda es uno de los films bélicos más sorprendentes y frescos de la década, aportando pinceladas de humor negro y acción desatada como rara vez se había visto hasta la fecha, únicamente igualado en mala leche y resultados por films como la última obra del director de Pulp Fiction o No Man’s Land, esta última un poco superior a la presente.
Guerra es toda una súper producción de Aleksei Balabanov. Dos años después de la espectacular Brat 2, el célebre director volvió a la carga para retratar la guerra en Chechenia, temática que influyó mucho su filmografía más reconocida.
La trama de esta película es bastante larga y consta de tres partes muy distinguibles. En la primera conocemos a nuestros protagonistas, un soldado ruso llamado Iván y una pareja de actores ingleses que son secuestrados por un señor de la guerra checheno con la esperanza de cobrar un rescate. En la segunda parte Iván y John, uno de los actores, uno de los ingleses, son liberados en señal de buena fe y para instar a sus respectivos gobiernos a que paguen los rescates. Pero al llegar a Inglaterra John se ve enfrentado a la indiferencia de las autoridades e Iván es incapaz de reacomodarse a la vida civil, carcomido por el hastío y la ira. En la tercera parte John busca a Iván, todos sus intentos de conseguir ayuda por los canales oficiales fallaron y ahora no le queda otra alternativa que volver a buscar a su antiguo captor para liberar a su prometida.
Aleksei Balabanov es un director muy particular, los que lo conozcan saben que no se puede dar nada por supuesto a la hora de ver sus películas, sobre todo en lo que a guión se refiere. En ese sentido, esta es una de sus producciones más convencionales. Esto no quiere decir que carezca totalmente del estilo del director ni que su historia no incluya los crueles detalles por los que es tan conocido, pero lo cierto es que Guerra está entre las películas más potables y entretenidas del realizador.
Aunque los primeros momentos de la película son un poco lentos, en la segunda mitad el ritmo repunta y se mantiene hasta el final. Esto es, en parte, gracias a las escenas de acción, que están muy bien filmadas. A demás de las escenas de acción también debo elogiar el impecable apartado técnico, como dije al principio de la reseña esta es toda una súper producción.
En conclusión, Guerra es un block buster made in Balabanov, una película de acción que es capaz de comunicar de la misma manera que las otras películas del director sin sacrificar su valor de entretenimiento. La recomiendo para todo el que quiera ver una película bélica y ya esté cansado de Spilberg.
Esta Guerra resulta una visión más realista y más cercana a lo que nos tienen acostumbrados los largometrajes típicos de Hollywood. Es una película sin fantasmadas (sólo hay un segundo en el que dudo si lo que vemos podría pasar realmente, aunque tratándose de Rusia tampoco me extrañaría que fuera así).
Contada – inevitablemente – desde el punto de vista ruso, es la historia de un chico (Iván) al que obligan a ir a la guerra, y cómo lucha para sobrevivir, para rescatar a otros prisioneros al lado de un actor inglés algo más que aburguesado. Es muy llamativo el contraste entre Iván (que sabe cómo son las cosas en el mundo real, que sabe que en una guerra hay que matar si quieres sobrevivir, que se endureció porque no tenía otro remedio) y John (que no para de hablar de los derechos humanos a un grupo de guerrilleros, que se llena la boca con altruismos y deberes para al final actuar como le place cuando llega el momento), hay un momento en particular en que el vestuario hizo aún más evidente sus diferencias (magnífico trabajo de vestuario, por cierto, no me suelo fijar en esas cosas pero en el fotograma que tengo en mente es para aplaudirles): uno va cómodo, con ropa práctica para su misión, y el otro parece un pescador, o un turista, más entretenido con sus juguetes nuevos que preocupado por lo que tienen que hacer.
La caracterización de John es extraordinaria para remarcar la hipocresía del mundo civilizado (donde no hay guerras, donde se escriben libros para pasar el tiempo y derramar una sola gota de sangre resulta inmoral, mientras los altos mandos deciden el destino del mundo a base de guerras, y las amas de casa piden sangre sin querer mancharse las manos).
Aunque gran parte de la película esté centrada en los rusos y los ingleses, y aunque haya un ambiente generalizado que parece indicar que los chechenos son malos , hay algo que dice el cabecilla de ellos que le da la vuelta a todo, que convierte la misión y la razón de que pase todo en un absurdo: ¿Sabes por qué lucháis mal? Porque no estáis luchando por vuestra tierra.
Y es que Balabanov habla de la guerra con una visión más sincera que la mayoría.