Guerra do Paraguay
Sinopsis de la película
El más reciente largometraje de Luiz Rosemberg Filho propone un encuentro entre la guerra y el arte a partir de la historia de un soldado que vuelve de la Guerra de la Triple Alianza y se encuentra con un grupo de circo. Rodada en blanco y negro, Guerra do Paraguay es radical en su experimentalismo teatral y locuaz, haciendo uso constante de la palabra y citas de pensadores como Brecht, Moliere y Nietzsche para reflexionar sobre la brutalidad de los conflictos armados.
Detalles de la película
- Titulo Original: Guerra do Paraguay
- Año: 2016
- Duración: 75
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Luiz Rosemberg Filho es un cineasta desconocido, a tal punto que en la página IMDB su último trabajo aparece fechado en 2001, y en FilmAffinity al día de hoy la única película que aparece en la base de datos es esta. Es desconocido, pero no debería ser así, con más de setenta años a cuestas, desarrolló gran parte de su carrera durante la Dictadura militar de su país (1964-1985), por lo cual recibió censura por su carácter crítico.
Varias de sus obras por esas fechas fueron consideradas por muchos años como desaparecidas, por ejemplo O jardim das espumas (El jardín de las espumas, 1970) o Imagens (Imágenes, 1972), sin embargo han sido redescubiertas salvando el acervo de un realizador de gran corazón, que demuestra en su palabra un amor inconmensurable por el cine, y lo mejor, aún con un gran espíritu crítico.
En Guerra do Paraguay (o Guerra de la Triple Alianza) aborda este conflicto bélico desarrollado entre 1864 y 1870, pero este contexto es solo una excusa para mostrar una obra antibélica (de verdad), llena de diálogos sobresalientes, llenos de reflexión y con alguna dosis de sarcasmo. Sin ningún problema el argumento del filme se puede extrapolar a cualquier otra guerra, del pasado, presente o futuro.
La película cuenta con apenas un puñado de actores, dos hermanas (Patricia Niedrmeier y Ana Abbott) jalan pesadamente una destartalada carreta, un soldado (Chico Diaz) camina con un tambor celebrando y cantando en favor de la victoria brasileña en el conflicto. Este se encuentra con otro hombre (Alexandre Dacosta) desfigurado por una bala, antes de toparse con las mujeres, encuentro donde se desarrollará la mayor parte de la trama.
En la interacción entre estos dos personajes (el soldado y la mujer interpretada por Niedrmeier), se teje una gran cantidad de diálogos absorbentes, el hombre tosco, torpe y sediento de guerra, es confrontado por la mujer, sumida en la pobreza pero con ideas muy claras: el conflicto es algo vacuo, sin mucho sentido.
Rosemberg utiliza largos planos secuencias, recurso que es utilizado debido al poco presupuesto, a sabiendas también de que se filma apenas en seis o siete días, lo que deja claras muestras de la enorme maestría de este realizador. Los personajes trasladan a la perfección sus pensamientos y emociones, una interpretación magnífica de todo el elenco. La fotografía en blanco y negro de Vinicius Brum es abrumadora, de gran impacto y belleza dentro de la sencillez y fealdad que se observa.
Otro elemento imprescindible para el excelente funcionamiento de la obra es el uso del sonido, la música a cargo de Marcito Vianna se compone únicamente de tambores. Durante la sublime secuencia final donde por cierto, lo mencionado previamente de la contextualización de esta obra a cualquier conflicto, se pasa a otro tipo de música donde se logra una ejecución perfecta. Además está el viento incesante, que da una sensación de catástrofe y la chirriante carreta.
Espectacular película, sublime.