Good Morning, Babilonia
Sinopsis de la película
Italia, principios del siglo XX. Tras la quiebra de la cantera familiar, dos hermanos emigran a América en busca de fortuna y encuentran trabajo en Hollywood, construyendo decorados para el famoso cineasta D. W. Griffith. Además, se casan con dos bellas actrices. Pero cuando estalla la Primera Guerra Mundial (1914-1918), lucharán en bandos opuestos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Good Morning, Babylon
- Año: 1986
- Duración: 115
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Opinión de la crítica
Película
6.3
35 valoraciones en total
David. W. Griffith, encarnado aquí por Charles Dance, se dispone a realizar la película más ambiciosa y grande hasta la fecha, Intolerancia y la historia está contada por dos hermanos emigrantes que participan construyendo decorados en ese rodaje.
Maravilloso homenaje a una época del cine ya pasada, de grandes y pioneros proyectos en ocasiones titánicos, como el que nos ocupa, y que se recrea en este cinéfilo Buenos días, Babilonia con la que los Taviani homenajean al Hollywood clásico y por extensión a todas las gentes que participan en el proceso de creación de una película.
Los hermanos Paolo y Vittorio Taviani (Bajo el Signo del Escorpión, Aloosanfan, La Noche de San Lorenzo) ambientaron lo que debía de ser un proyecto ambicioso pero sin llegar a connotacones grandilocuentes, la historia de otros dos hermanos, Nicola (Vincent Spano) y Andrea (Joaquim de Almeida) que han heredado de su padre (Omero Antonutti) el oficio de restaurador de fachadas de catedrales. En su viaje a los Estados Unidos, en busca de un porvenir mejor y tal vez fama y fortuna como intentaron conseguir miles de inmigrantes transalpinos en el primer decenio del siglo XX, consiguieron emplearse como decoradores en la ambciosa producción que David W. Griffith (Charles Dance) edificó en la monumental Intolerancia (1916), confiado en la labor de sus contractafdos tras haber quedado atrapado en la seductora producción italiana Cabiria (1915).
Los Taviani rinden un peculiar como sentido homenaje a los verdaderos constructores del cine espectáculo en esos alocados inicios previos todavía muy lejanos a los años dorados de Hollywood. No se trata de su mejor película y en su conjunto puede resultar un tanto tediosa y esforzada como declaración de intenciones. Pero vale la pena el sentido que le dan en esa etapa de la historia del cine, desconocida por muchos.
No se puede negar nunca un punto de interés a cualquier película de los hermanos Taviani, y menos cuando en su guión participa el gran Tonino Guerra. Hechas las justas precisiones agregar que, según mi punto de vista, esta escapada de dos engreídos artesanos y hermanos a la tierra prometida, peca de querer abarcar demasiado. Queda así desdibujado el objetivo principal: el tratamiento del arte en la vieja Europa versus Estados Unidos y la conexión final entre los artistas ( ..que en Italia construimos catedrales ) y la industria pujante del cine, encarnada en el director, padre de tantas cosas, D. W. Griffith.
En el largo camino de ida y vuelta (Europa-E.E.U.U., E.E.U.U.-Europa) los simbolismos de los Taviani sirven, esta vez, para complicarnos y embarullar el desarrollo de la historia, aunque las pocas apariciones de Omero Antonnutti desbrocen y ayuden a encontrar atajos.
Una sensación de déjà vu te acompaña a lo largo del metraje y salvo algunos detalles de mágica y romántica fantasía, poco más que agradecer a la inventiva de Paolo y Vittorio.
El final se me antoja precipitado y bastante forzado. En una película poco ajustada es sólo una pieza más fuera de lugar. Pero ¡ojo! siempre hay que ver lo que hagan los creadores de Padre Patón y La Noche de San Lorenzo, porque tal vez no estés en absoluto de acuerdo conmigo.
La nueva Babilonia llamaron al Hollywood naciente que recrea la película. Una semirareza que exhibe talento y belleza plástica. Plena de giros argumentales inesperados, pierde fuelle en un último tramo que lucha por extraer lirismo también del dolor. Encuentra su punto fuerte en el poderío de la imagen y en la convicción de sus intérpretes, entre los que destaca el imponente padre y patrón que Omero Antonutti vuelve a componer para los Taviani. Artesanal y visualista.
Paolo y Vittorio Taviani son unos directores que me suelen gustar, ya que su cine suele retratar a unos personajes que viven situaciones de superación ante una sociedad que los aplasta de manera implacable.
No obstante, en esta ocasión su historia no ha llegado a cuajar del todo en mi. Pensaba que su Good morning, Babilonia me iba a entusiasmar por la historia que narra, esos personajes inmigrantes que intentan hacerse un hueco en América, y acaban en un Hollywood que daba sus primeros pasos.
La historia es interesante, pero en cierto modo resulta un poco pesada y cuenta con momentos que cuesta llevarla hacia delante. No sé muy bien cual es el motivo, pero el film no consigue conectar fácilmente, y aunque hay momentos interesantes y emotivos, en su totalidad no me ha enganchado del todo.
Estéticamente la película está muy bien. Esa recreación de principios del siglo XX es fantástica. Todo el diseño de vestuario y la dirección artística es basatante interesante.
Con respecto a las interpretaciones he de decir que no me han parecido nada sobresalientes. No son malas ni mucho menos, pero tampoco me han transmitido mucho. Creo que en cierto modo esto es debido a que el guión tiene escenas que están narradas de forma un poco vertiginosas, haciendo que haya algunos cortes que resultan un poco bruscos. Tal vez no sea un fallo de guión, y sí de montaje.
En fin, Good morning, Babilonia es una película que decepciona en cierto modo ya que el cine de estos magistrales directores cuenta con otros films mejor dirigidos. En esta ocasión, creo que se retrata un poco en los dos protagonistas la sombra de estos directores. ¿Realmente son ellos los personajes, o es simplemente una casualidad que simula un reflejo de ellos mismos?