Godless (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Miniserie de TV (2017). 7 episodios. Frank Griffin, un despiadado bandido que está aterrorizando una amplia zona del oeste americano de 1880, va a la caza del joven Roy Goode, un antiguo protegido suyo reconvertido en su mayor enemigo. Roy, huyendo de Frank y su temida banda, se esconde en un rancho de La Belle, Nuevo México, una ciudad compuesta mayormente por mujeres viudas tras el derrumbamiento de la mina donde trabajaban los hombres.
Detalles de la película
- Titulo Original: Godless
- Año: 2017
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
Película
7.5
57 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Adam David Thompson
- Audrey Moore
- Bill Jones
- Brian Lee Franklin
- Donald Cerrone
- Evan Bryn Graves
- Jack OConnell
- Jeff Daniels
- Jeremy Bobb
- Joe Pingue
- Joleen Baughman
- Justin Welborn
- Kayli Carter
- Keith Jardine
- Kim Coates
- Luke Robertson
- Matthew Dennis Lewis
- Merritt Wever
- Michael Earl Reid
- Michelle Dockery
- Rachel de la Torre
- Rio Alexander
- Russell Dennis Lewis
- Sam Waterston
- Samuel Marty
- Scoot McNairy
- Tantoo Cardinal
- Tess Frazer
- Thomas Brodie-Sangster
- Travis Hammer
Seré breve, porque las sensaciones que deja Godless se resumen rápidamente. Si esta crítica ha de servir para convencer a los lectores de si vale la pena ver o no la miniserie, ya podéis dejar de leer aquí: vedla, es imprescindible.Ha llegado a Netflix sin hacer apenas ruido y en dos días va a estar en boca de todos, porque no puede ser de otra manera. Si la crítica debe servir para dejar un poco claras virtudes y defectos (no he encontrado ninguno, ya os lo adelanto) del producto, allá vamos.
Godless es una miniserie creada con pasión. Hecha con ganas de contar una historia y de contarla bien, y eso es algo que se nota y que se agradece. Creo que nunca antes había visto un producto que se tomara tan en serio la presentación y profundidad de cada personaje, y eso dice mucho de un producto de siete capítulos. Avanza pausadamente aunque con ritmo, y lo hace sin descuidar ninguna faceta del argumento. En este sentido está dirigida con mimo, y los protagonistas gozan de una vida y un encanto digno de los clásicos. Y aunque lo parezca, que ya lo veo, para mí no es una exageración: estamos delante de algo muy bueno.
Y por lo que entra por los ojos…increíble. La fotografía de Godless es de diez, los paisajes están capturados para que no te pierdas detalle, muchas veces con planos generales que te dejan con la boca abierta. Y no falla tampoco cuando llega la acción: los momentos que requieren mano firme detrás de las cámaras también están rodados de forma impecable.
Poco más que añadir por mi parte. La acabo de ver y no dudaré en revisitarla pronto, porque me parece una joya de las que se encuentran pocas. Si te gustan las buenas historias, seas fan o no del oeste, déjate sorprender por esta serie.
Las historias sobre un pistolero que se arrepiente de su oscuro pasado son abundantes en el western, pero las mejores, en mi opinión, fueron Horizontes lejanos (1952) y Raíces profundas (1953). La primera más esperanzadora y la segunda más amarga, con dos protagonistas sensacionales: James Stewart y Alan Ladd. También eran inolvidables sus dos carismáticos villanos: Arthur Kennedy y Jack Palance. Las dos películas han sido muy imitadas, pero los modelos siguen brillando.
La serie Godless tiene sus virtudes, pero considero que no las suficientes para tener la misma puntuación que estos dos clásicos. Su protagonista, otro pistolero de oscuro pasado, palidece al lado de los antes mencionados.
Tenía un planteamiento interesante, la de un pueblo marcado por la tragedia, que había perdido a casi todos sus hombres en un accidente minero, y donde las mujeres sobrevivían como podían. Para colmo, un forajido con tendencia a la masacre se convertía en una amenaza para sus escasos habitantes.
Destacaban la música, la fotografía, los escenarios naturales y un estupendo Jeff Daniels que animaba la función cada vez que intervenía.
Como defectos yo mencionaría su tono previsible, la acumulación de personajes secundarios que no se desarrollaban y sobre todo su incapacidad para crear secuencias emotivas.
Pese a que es un género que cada vez se prodiga menos, lo cierto es que en los últimos años nos han llegado algunos de gran calidad. Con esta Godless Netflix se anota otro tanto tras la sobresaliente Mindhunter y la notable segunda temporada de Stranger Things.
Con la venganza como telón de fondo, Godless nos presenta una trama muy elaborada con un guión sobresaliente. Todo ello acompañado de una muy buena fotografía y un elenco superlativo donde brillan por encima del resto un Scoot McNairy que sigue de dulce y un inconmensurable Jeff Daniels que vuelve a bordar otro registro.
En cuanto a la trama en si, Godless incluye todos esos elementos que caracterizan el buen Western, el sheriff venido a menos al que tildan de cobarde, el letal pistolero que busca la redención, la viuda y ese antagonista vil, malvado y sin escrúpulos.
La serie no decae en ningún momento y todos los personajes tienen su momento de desarrollo, todo es interesante y coherente y en ningún momento cae en el aburrimiento.
Para los amantes del Western es de obligado visionado, se os hará corta.
Otra serie de calidad de Netflix, como la genial y por momentos lecteriana Mindhunter, esa píldora de entretenimiento que es Stranger Things, la violenta The Punisher o la espectacular (y caballito de batalla de la casa) Daredevil, Godless viene a ocupar el lugar que faltaba: Western, y vaya si lo hace.
Lo mejor es que es una serie coral y todos los protagonistas están muy pero muy bien, destacando Jeff Daniels, que dota a su personaje de muchos matices, un placer/terror verlo en pantalla.
La fotografía es, a mi entender, lo que eleva a la serie por encima del promedio, algunas panorámicas son bellisimas y me gusto la forma en la que retrataron la relación hombre/animal.Todo esta rodado con mucha fluidez.
Una (¿mini?) serie de calidad (otra mas) de los amigos de Netflix, que desarrollan una historia de personajes en el lejano oeste, con la capacidad suficiente como para tomar los tópicos del genero mas interesantes y eliminar los que ya, a esta altura generan chirrido. Su principal virtud es que convierte al far west en el new west. Siete capítulos que pasan mas rápido que el tren de las 3:10 a Yuma.
Si te gusta el Western, ni lo dudes. Si te gustan las historias de calidad, actuadas y dirigidas por gente que sabe lo que hace, tampoco te la pierdas.
190/03(07/09/18) Muy sobrevalorada serie creada por Scott Frank (guionista de Minority Report o Logan) para el canal Netflix, un western de siete episodios con ansias de originalidad por su vertiente feminista, pero que esto se nota impostado y poco creíble, en un relato refrito de muchas ideas ya vistas y mucho mejor expuestas (se ven trazas de Shane, Solo ante el peligro, Grupo Salvaje,…), pero narradas de forma rancia, discurriendo en varias subtramas casi todas simplistas, solo me interesa cuando está en pantalla el magnético Jeff Daniels, resto de (muchísimos y excesivos) personajes y actuaciones no me motivan, estos roles meros esbozos a medio delinear, estas taras se acentúan con un ritmo lánguido, con redundancias, remasticados, para una historia que habría dado como mucho para un largometraje, y es que se notro con muchos minutos de relleno innecesario. Sobre el papel resulta llamativo su núcleo central, con un pueblo (La Belle) marcado por una tragedia que lo dejó sin hombres y con decenas de viudas, tras la muerte de casi todos en un accidente en la mina que daba trabajo, pero la exposición de esta sociedad de mujeres me queda poco verosímil, hay otra subtrama en la que un peligroso forajido es acogido por una granjera mientras se recupera de unas heridas, esto claramente influenciado del film de George Stevens Raíces profundas (1953), en este caso no me creo a esta mujer viviendo sola con una vieja y un niño en medio de la nada, me es chirriante. Este forajido es perseguido por su antiguo mentor, un endiosado semi-predicador líder de una banda de maleantes, es en este bloque donde se dan los buenos momentos. Pero a medida que avanza la narración todo se estanca, con argumentos que van hacia ningún lado, donde la emoción me es nula, con más pedantería que calidad, hasta desembocar en un episodio final que roza el ridículo más absoluto (spoiler). En el lado bueno está su ambientación de enorme valía en sus localizaciones, su majestuosa cinematografía, o su música.
La tramposa serie intenta hacer un homenaje a las mujeres que tuvieron su importancia en colonizar y agrandar USA, de cómo sufrieron y padecieron en territorio hostil, ante las inclemencias de la naturaleza, los bandidos, el aislamiento en medio de la nada, desaprensivos cazafortunas. Y digo tramposa por este influjo feminista es algo realmente al fondo del marco, pues quien mueve toda la historia son los personajes varones, Frank Griffin buscando a Roy Goode, el sheriff Bill McNue y el Marshall John Cook buscando a la banda de Frank, realmente los personajes de mujeres son elementos pasivos en el desarrollo de la historia, esta sensación acartonada queda aumentada por el hecho de que la mujer para erigirse debe transmutarse en figura armada. Es un relato que orgánicamente me es demasiado previsible, los personajes y evolución de la narración transita por terreno ya muy trillado, nada sorprende, si acaso que tengamos que comulgar (al menos yo) con un mundo que no me creo, y es que está bien el feminismo, la loa a la mujer, pero es que aquí nos presenta un microcosmos donde la mujer es el macho alfa, donde nunca la vemos sufrir maltrato del hombre, viven a sus anchas liberadas de ataduras del hombre, pues yo digo que esta no es forma de ensalzar a la mujer, inventándose un mundo improbable (siendo benévolo). Está bien la loa al amor puro (incluso al trasgresor del lesbianismo, o al interracial), a la amistad, a luchar contra los prejuicios sociales, al espíritu de supervivencia, a la nobleza de sentimientos, a la valentía en las peores de las vicisitudes, pero no en un contexto manufacturado a medida.
Ejemplo de la parsimonia con que la serie se toma el ritmo cansino en que discurre el metraje es que nos tenemos que tragar diez minutos de Roy domando a un caballo, cuando esto no tiene importancia orgánica alguna, un mero apósito de relleno, y es que tengo la sensación era que tenían el encargo de hacer siete episodios y como los guionistas no tenían como dar sustancia, pues estiraban sin sentido muchas situaciones. Hay subtramas que empiezan y parecen ir a algún lado, y al final se quedan in media res, ejemplo todo lo referente a la compañía Quicksilver que cual depredadores compran la mina prometiendo revitalizar el pueblo y esto se queda en un esbozo, o cuando nos presentan el pueblo de afroamericanos cercano a La Belle que será crucial y acaba en una escena un tanto inverosímil, o el romance interracial, o el romance de la alemana con el agente de Pinkerton, o el parche del personaje encarnado por el gran Sam Wanamaker, si se hubiera suprimido la trama solo hubiera ganado en ritmo, y más ideas sueltas sin dirección alguna, se suma (más bien resta aún más) un rush final que no hay por dónde cogerlo, un caos sin pies ni cabeza, hecho a toda pastilla, como si de pronto se dieran cuenta que había que acabar (spoiler).
El motivo por el que es medio llevadera la serie es por cada aparición del brillante Jeff Daniels, carismático, majestuosos, regio, bíblico, se oratoria resulta magnética, hipnótica, embrujadora, un encantador de serpientes radiante, un actor que con temple y mesura apabulla, con una energía y carácter que desborda la pantalla, del resto del nutrido reparto solo Scott McNairy y Sam Wanameker se elevan por lo alto de la inanidad, siendo benévolo no nombraré a los demás, que van de lo histriónico (Merritt Wever como pistolera lesbiana), lo inodoro (Michelle Dockery con cara de estreñida permanente), a lo patético (Jack O’Connell), si he dado nombres, pero entre paréntesis (puaj!).