Germania
Sinopsis de la película
Germania es la historia del último día de una familia de alemanes del Volga en una pequeña aldea. La Madre, y sus dos hijos adolescentes, Miguel y Alejandra, realizan un duelo íntimo esperando la partida. Pero las razones de su huida son misteriosas. Su granja fue devastada por una peste, mientras los aldeanos piensan que se trata de un castigo divino y evitan acercarse a ellos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Germania
- Año: 2012
- Duración: 75
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Opinión de la crítica
Película
5.4
74 valoraciones en total
La película Fantasía de Walt Disney es una película contemplativa, la cual resume arte por los cuatro costados. En el caso que nos ocupa del supuesto director de cine que opta por lo más fácil y seudoartístico del género cinematográfico, el cine contemplativo, observamos que la falta de talento y la pedantería son el origen de este aburridísimo y simplón film que no nos dice nada de nada. El nóvel proyecto de director destinado a la nada se dijo: como no se me ocurre nada haré la nada para ganar múltiples y culturosos premios cinematográficos , sin detenerse a pensar en la corrupción que significa el obtener subsidios para realizar una obra sin talento ni ideas. Para parecer más críptico optó por el laconismo: no voy a gastar un peso en actores de verdad, llamaré a actores no profesionales, probablemente los encontraré en una familia de alemanes de Entre Ríos, me aprovecharé de mis orígenes alemanes y los haré trabajar para mí arreglándos por monedas, ya que me devoraría los créditos el usar actores conocidos . Para engañar al nulo público que vería su película (que por supuesto él ya descontaba que no la vería casi nadie), y tal vez para lograr algún premio europeo de supuestos entendidos que aman estos ineptos y aburridos films contemplativos sin el menor mérito artístico, planeó contar con alemanes de verdad cuyo laconismo inexpresivo se confunde con algo interesante pero que sólo significa que ha realizado la mejor película de zombies de la historia, pues sus actores estan tan muertos y fríos como los habitantes de cualquier cementerio, con sus bocas continuamente rectas y paralizadas. Por supuesto la nada que cuenta debía ser confusa, es decir una nulidad adulterada por el presumido concepto de que si el vacío es confuso éste adquiere una desconcertante significación. Para el inadvertido espectador de esta bazofia criminal les advierto que los aproximadamente setenta y cinco minutos que dura los hará dormir en la oscuridad de las escasas salas en que quizás se proyecte. Como conclusión un consejó para el ¿director? de este engendro sin vida: Schonfeld, volvé al Volga y dedicate a otro oficio, que como director de cine has pergeñado tu primer y último fracaso.
Con una estética virtuosa en el manejo de la luz y la composición del plano, la ópera prima de Maximiliano Schonfeld registra el desarraigo de un pequeño grupo familiar de ascendencia alemana que vive en una cerrada comunidad de la provincia de Entre Ríos.
En el bucólico entorno de una aldea entrerriana, entre cantos corales religiosos y suaves puestas de sol, la ópera prima del joven director Maximiliano Schonfeld puede entenderse como una breve, atípica y bella alegoría con resonancias apocalípticas. Relato íntimo de un microcosmos rural, Germania también puede leerse como un ensayo acerca de la extinción de formas de vida tradicionales en el interior argentino, donde los campesinos emigran y dejan sus raíces ante la promesa de cultivar soja (mirada puntual, actual y sociológica) pero sin dejar de ser un siempre inquietante relato saturado de otros significantes universales.
El film narra cómo cada miembro de una familia integrada por una madre viuda con dos hijos adolescentes transitan las vísperas que preceden una partida obligada, a causa de la quiebra de su granja, donde los animales están muriendo por la degradación del ambiente (se habla de un virus o del exceso de cloro en el agua).
Cada uno vive de forma diferente el duelo que implica dejar sus afectos esenciales. Por un lado está el punto de vista de los dos jóvenes hermanos Lucas y Brenda, generacionalmente más desapegados a las rígidas costumbres, que manifiestan su apertura en el uso del lenguaje que, en el caso de la madre (Margarita), jamás se sale de su dialecto proveniente de los inmigrantes del Volga finisecular.
Dentro de su minimalismo, el film sostiene una ambigua atmósfera tan suave como intrigante. No es una película de mera contemplación, sino que acumula interrogantes sobre vínculos esenciales como el amor, la soledad, las raíces y el desarraigo.
Con una impronta visual muy personal, se suministra información muy retaceada, para dejar que los personajes desde su silencio y el constante juego de miradas construyan la trama. Así abundan largas panorámicas mudas y primeros planos sin demasiadas palabras pero cargados de tensión donde late la endogamia, la represión y la búsqueda religiosa o sexual.
La obra tiene un registro entre la ficción y la mirada documental. El director avanza su relato confiando en sus imágenes, eligiendo qué partes mostrar para solamente sugerir el espacio de construcción del todo.
La película capta aspectos interesantes de la cotidianidad de la aldea alemana: las muchachas en el tractor o desplazándose entre los fardos, los jóvenes jugando entre los cultivos como si fuese un mar, el baile en el pueblo, las partidas de truco, los picaditos de fútbol, el interior de los criaderos de aves vistos desde una perspectiva desnaturalizada.
Sin caer en preciosismos, la fotografía contiene muchas imágenes para el recuerdo con planos que aprovechan a fondo la profundidad de campo y contienen casi siempre el desarrollo total de una escena.
El director consigue un complejo equilibrio entre lo explícito y lo implícito, entre la información que continuamente la película agrega desde los diálogos y aquello que se desarrolla bajo la superficie, lo verdaderamente importante, esa tragedia en sordina que sufren los protagonistas, y que contrasta con el hábitat idílico que los rodea.
El espacio físico y la intimidad de los personajes interactúan multiplicando los significados de la película, realzados por un uso virtuoso del sonido y de la luz. Mucho del clima original de Germania se debe a su particular montaje sonoro: los momentos musicales conectan acciones y también se superponen sobre la banda sonora original de lo que se muestra, como en el baile de pueblo donde pasa de escucharse una polca tradicional a misteriosos acordes electrónicos de reverberancias cósmicas.
En cuanto a la reprimida tensión sexual que atraviesa todas las relaciones (donde el incesto es una posibilidad siempre sugerida) también se apoya en climas generados por la música en off, de inquietantes cuerdas, que reflejan la turbación de los protagonistas.
En un marco muy poco recorrido por el cine nacional, casi siempre focalizado en centros urbanos, el filme es también una experiencia estética de otro orden para el espectador urbano, no solamente porque hace de la ambigüedad un planteo narrativo, sino por lograr que la captación del espacio se convierta en una verdadera poética.
Argumento predecible, actores malos, tramas incoherentes, escenarios baratos, diálogos ridículos… hay muchas películas con grandes defectos que no merece la pena ver en el cine ni en casa. Aunque con estas películas, en ocasiones se produce un efecto curioso: muchos filmes catalogados como tremendamente malos se han convertido en objeto de culto, debido a lo gracioso que resulta observar todos los fallos que contienen. Sea cual sea el motivo, de esta película esperaba mas, lamentablemente es para dormirse del aburrimiento.