Gente poco corriente (Fierce People)
Sinopsis de la película
Cuando Finn, un joven de 16 años, es detenido mientras compra cocaína para su madre Liz, que es toxicómana, se vienen abajo sus planes de pasar el verano fuera de Nueva York con su padre, un antropólogo que está estudiando a la tribu Ishkanani en la selva. En un intento de enderezar tanto su vida como la de su hijo, Liz se muda con él a la casa de campo de su rico protector y amante, el señor Osborne. Finn se adapta inmediatamente al ambiente de los adinerados socios del club de campo, empieza a salir con Maya y se hace amigo de su hermano Bryce, ambos nietos de Osborne. Liz, decidida a enmendar sus errores, empieza a asistir a reuniones de Alcohólicos Anónimos y se convierte en una madre cariñosa que se esfuerza por recuperar el amor y la confianza de su hijo. Desgraciadamente, Finn aprenderá muy pronto que la riqueza y sus nuevas amistades tienen un precio…
Detalles de la película
- Titulo Original: Fierce People aka
- Año: 2005
- Duración: 107
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Opinión de la crítica
5.4
60 valoraciones en total
No he visto la película de Robert Redford, de la cual parece ser que es un remake, pero esta historia, de la madre drogadicta y alcohólica que se gana la vida de masajista, con hijo comprensivo y liberal, que se trasladan a un ambiente de lujo y opulencia invitados por un achacoso en la ficcion, pero por lo demas muy saludable Donald Sutherland y las tonterías, supuestamente epatantes y transgesoras, que vemos les suceden durante el proceso, me dejan absolutamente frio, puede que en los 80 esta historia interesara a alguien, pero hoy en día ha sido tratada de forma más profunda y sobre todo, más entretenida, por un sinfín de producciones. Lo único que merece la pena es la siempre esplendida Diane Lane, que cada día está más guapa. Griffin Duna, pese a pertenecer a la familia Coppola, parece ser que no tiene los genes de estos a la hora de hacer películas, a su filmografía me remito.
Acudo al prestreno de la película Gente poco corriente , un film de origen novelístico y de corte clásico e irregular factura, pese a que las interpretaciones no son malas.
La película tiene, cual plaga que se extiende entre la mayor parte de la cartelera, un exceso de metraje y un conjunto de tramas accesorias escasamente desarrolladas. La historia, de haberse centrado en su argumento principal, hubiera ganado muchos enteros, especialmente por el toque antropológico que posee y que distinguiría el guión de otras obras previas que han tratado temáticas parecidas.
Sin embargo, el guión y la dirección, al intentar tratar demasiadas cosas a la vez, acaban por descuidar los ritmos, los tiempos y, sobretodo, las líneas argumentales, perdiendo la solidez y el equilibrio que podría haber tenido en un inicio en una historia cuyo argumento principal, por conocido, no resulta menos interesante.
Toda una lástima, la verdad.
Más detalles: http://himajina.blogspot.com/2008/08/gente-poco-corriente.html
Interés cero es el título de un proyecto de novela que tengo en mente. Va de un apuesto chico que se enfrenta al desafío de escribir la crítica de una película que acaba de ver que tiene protagonistas de renombre, una dirección profesional, una gran fotografía y una buena ambientación de la degeneración moral de la gente de la alta sociedad, pero al que la trama general y las diversas subtramas no consiguen enganchar lo más mínimo. Lo curioso es que el muchacho (insisto, apuesto) tiene que reconocer que, sobre el papel, hay abundantes historias en la peli y están suficientemente cargadas de sucesos como para resultar entretenidas e interesantes… pero por alguna razón todas le resbalan.
Puede que el desinterés que siente nuestro guapo protagonista provenga precisamente de la no existencia de un objetivo claro en la película, de no saber qué es exactamente lo que pretende contar y de, si es que realmente quiere contar algo, ¿por qué necesita de noventa eternos minutos para hacerlo? Numerosos acontecimientos (que no llegan a la categoría de ‘subtrama’) pululan durante la primera hora de película apareciendo de manera difusa y evaporándose del mismo modo sembrando la confusión de si había motivos para su inclusión en la obra, de qué es lo que representan y de si hay que retenerlos en memoria porque resultan clave para más adelante. ¿Retrato costumbrista de una sociedad amoral y aburrida de tener tanto dinero? Puede ser, pero coño, seguramente hay formas de contarlo menos insípidas. Sumar muchos acontecimientos de escaso interés no proporciona un argumento interesante.
Tiene que pasar más de una hora para que haya un acontecimiento suficientemente llamativo como para pensar que se puede convertir en el eje del argumento… Pero claro, ya es tarde para captar mi interés… digo… el interés del protagonista de mi novela y, además, en la media hora que queda no es posible desarrollar esa trama en algo productivo. Peor aún, da la sensación de querer meter en esa media hora final una minipelícula que termina cristalizando en un minibatiburrillo de sucesos supuestamente trascendentes (asesinatos, cuernos, intentos de asesinato…) que pasan completamente desapercibidos porque ya no queda tiempo para desarrollarlos.
Por si algún despistado aún no lo ha adivinado, la película que inspira mi novela es El secreto de los Abbott. No, es broma… aunque la verdad es que si tuviese que poner una nota y escribir una crítica de El secreto de los Abbott, creo que plagiaría la de esta desafortunada e intrascendente Gente poco corriente. No vuelvo a verla así saquen la versión en DVD con escenas cortadas de Diane Lane en pelotas. Bueno, vale, o de Kristen Stewart más ligera (aún) de ropa.
Recordad, Interés cero, pronto a la venta en todas las librerías.
La película se vuelve un tanto insustancial hacia el final, que deja bastante que desear.
Lo que comienza pudiendo ser una gran película se va desinflando a medida que avanza.
La historia esta bien, pero por encima de todo destacan las actuaciones de los dos jovenes protagonistas, con un preciosísima Kristen Stewart antes de que perdiera la cabeza por vampiros supermediáticos.
No es una mala elección pero no pasa nada si te la pierdes.
PD: Gracias Barrettt por la corrección.
Hay algo de parodia en esta película, en tanto en cuanto revisa el clásico dirigido por Robert Redford en 1980, Gente Corriente , para empezar, por el protagonista, Donald Sutherland, que está en ambas películas, siguiendo por el título de ambas, para acabar con lo que es más importante: una mirada a la sociedad norteamericana contemporánea. Si en los años ochenta la crueldad impregnaba a los estadounidenses, que siguen agobiados por aparentar, triunfar e ir más allá en sus vidas, en el siglo XXI esto ya es directamente la jungla: ya solo vale decir maricón el último y sálvese quien pueda. Por eso la brillante novela de Dick Wittenborn traza una excelente comparativa sociológica entre una tribu de sudamérica y las más cerradas (y altas) capas de la sociedad norteamericana, en la que el dinero y el poder son las únicas máximas, siendo capaces sus miembros de cualquier cosa con tal de conservar su estatus. En el film, una masajista -por llamarle de alguna forma…- cocainómana decide irse con su hijo adolescente a casa de uno de sus mejores amigos , que resulta ser un supermultimillonario. Bastante desubicados en su nuevo entorno, comenzarán a sugir roces, filias y fobias entre el chavalote y los vástagos de la élite dominante norteamericana, con el consiguiente riesgo para el recién llegado. El mayor problema que tiene esta cinta voluntariosa, pero insuficiente, es el guión: ya se ha demostrado en numerosas ocasiones que un novelista no tiene ni la técnica, ni el dominio del lenguaje cinematográfico que tiene un guionista, y otra vez se cae en el mismo problema: el guión intenta ser una traslación de buena parte de la novela, cayendo en la indefinición de las tramas, oscilando entre los personajes sin concretar quiénes son los auténticos protagonistas, amén de intentar hacer una inútil apología de la libertad individual, desdibujada por un excesivo metraje y unos diálogos bastante poco convincentes. Claro, tampoco podíamos esperar más de un escritor cuya única vinculación con el audiovisual es hacer guiones cómicos del Saturday Night Live y publicar su novela/guión en 2005 (que es la fecha auténtica del film, o sea que ha tardado 3 añitos en tener distribución internacional…). Del que si se podía esperar mucho más es de Griffin Dunne, el director del film -e inolvidable actor de películas como Un hombre lobo americano en Londres o Jo, que noche -, evidentemente, no es John Ford, pero si que ha sabido hacer comedias de gran producción con cierta soltura, como Adictos al amor o Prácticamente Magia . Por eso resulta algo decepcionante que no haya sabido imprimir ritmo a este guión, que de otra manera, podría haber resultado de lo más interesante -incluyendo los cambios de tono con secuencias algo surrealistas-. Es lo que sucede cuando se pierde el norte a la hora de contar una historia sólidamente, porque para ver lo podrida que está la alta sociedad norteamericana, ya tenemos mil películas mucho más sugerentes.