Garras humanas
Sinopsis de la película
Alonzo es una de las atracciones del circo gitano de Zanzi. Aunque es manco, arroja hábilmente con los pies cuchillos contra Nanon, la bella hija de Zanzi. A la joven no le gusta que los hombres la manoseen, en especial Malabar, el hombre forzudo. Por eso se siente muy a gusto con Alonzo, pero éste no es quien dice ser.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Unknown aka
- Año: 1927
- Duración: 65
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Opinión de la crítica
Película
7.7
63 valoraciones en total
Sin ninguna dudas Tod Browning es uno de los directores más polémicos y valientes de la historia del cine. No es tema de discusión que existieron otros directores con más técnica, talento y trayectoria. Pero seguramente no hubo ninguno con las agallas que tuvo Browning para mostrar todo lo de freak y bizarro que puede llegar a ser el ser humano. En Garras humanas la historia transcurre en un circo ( tema que al director lo obsesionaba) con todos los personajes que se podían encontrar en ese lugar y en esa época, como tullidos y deformes. Y acá plantea la relación que surge entre el manco de Alonzo y la bonita de Nanon, quién siente repulsión a que la toquen o la abracen. Como Alonzo está ímposibilitado para hacer lo que a ella tanto le repugna, la amistad se va haciendo cada vez más estrecha entre ambos y la joven confía en él como en ningún otro hombre. Pero Alonzo guarda un terrible secreto que nadie imagina. Y aquí esta el meollo de la cuestión. Hasta dónde se puede llegar por amor? Qué seríamos capaces de hacer para que nos amen? Estoy segura que en la mente de ninguno de los directores de la época, podían ni siquiera imaginar, tanta atrocidad, perversión y locura como en la de Tod Browning. Si viendo la película en la actualidad me resulta absolutamente transgresora, pienso que para el público de ese entonces debe haber sido muy difícil de tolerar. Cabe destacar que la actuación de Lon Chaney es tan sentida y entregada que resulta estremecedor su personaje de Alonzo. Estamos ante uno de los mejores actores de la historia. Después de 80 años de realizado éste film, les aseguro que es infinítamente más perturbador que cualquier otro hecho en la actualidad. Tod Browning en estado puro.
El diablo imita a Dios y escribe torcido con los renglones derechos.
Alonzo es todo un cuaderno de renglones torcidos. Sobre él se escribe la tonta historia de amor entre Malabar y Nanon, el Arlequín y la Colombina de esta tragedia dellarte. Alonzo, por supuesto, está loco, pero no profundamente loco. La locura de Alonzo no se encuentra en su mente, se encuentra en su piel, la empuja y la extiende, amenaza con romperla: es una locura de cine mudo. Lon Chaney -de profesión, inmortal- modela su rostro como si llevase puesta una máscara de plastilina. Es él y su desesperado objetivo de salirse de su propia cara quien centra el baile de toda la película. No es una historia cualquiera. Alonzo, enamorado hasta la locura de Nanon, ofrece en los altares de su idolatría el más atroz de los regalos…
Tod Browning, debía tener algo del diablo. Se sirve de un espléndido trabajo de dirección, un actor en su plenitud y una hermosa fotografía para relatar un cuento cirquense podrido de amor. Terriblemente moderno. La Santa Sangre de Jodorowsky viene de aquí.
Ochenta años después, resulta un misterio el porqué Garras Humanas sigue conservando su poder de producir escalofríos. Igual sucede con La parada de los monstruos . Serán los poderes del diablo, que no dejan pasar a ninguno de los demonios del tiempo.
Unos años antes de que Tod Browning nos mostrase sin pudor ni reparos la auténtica naturaleza del freak en una obra maestra insólita y maldita, ya existía un precedente.
En Garras humanas , Browning nos cuenta un aterrador y retorcido cuento donde los protagonistas están más deformes por dentro que por fuera.
La acción se sitúa en un circo de Madrid compuesto por gitanos. Aunque a primera vista los personajes son estereotipos de lado patrio más cañí, enseguida entendemos que Browning prefiere explorar sus deseos y temores. Adentrar al espectador dentro de los tortuosos y maquiavélicos pensamientos de ese triángulo amoroso compuesto por Alonzo, Malabar y Nanon.
Es un cuento oscuro, con litros de mala leche y con una moraleja llevada hasta el límite: ¿qué harías por amor?
Compleja y muy recomendable. Ni a Tim Burton se le ocurriría un cuento tan retorcido y amoral.
Película muda dirigida por Tod Browning en 1927 The Unknown destaca, a nivel estético, por un espectacular lirismo cinematográfico y una fantástica fotografía en blanco y negro que otorga a la cinta un ambiente irreal, de fábula, que se combina a la perfección con la truculenta trama del film.
¿Hasta dónde estas dispuesto a llegar por amor?. Alonzo (Lon Chaney) decide amputarse las manos para poseer a Nanon (Joan Crawford) que siente aversión por las manos humanas… las garras humanas, acaso, del padre de Nanon (incesto-pederastía). Alonzo, un vil criminal, romántico e idealista podía haberse amputado el falo si el guionista Waldemar Young se hubiese anticipado a Lars von Trier sesenta años antes. Por suerte, decide se más implícito y sugerente.
Película tremendamente amoral e insana donde el terror o el horror nace de la duda creada por la supuesta amputación. El espectador, inconsciente, desea que Alonzo este mutilado y nos horroriza ver sus brazos desnudos y sus dobles pulgares, de igual manera que nos hubieramos horrorizado, algunos reído, si viésemos su pene, pongamos gigante, adornado de dos enormes pelotas.
El triangulo amoroso compuesto por Alonzo, Malabar y Nanon destila cierta deformidad interna que supera con creces al más freak de sus amigotes, los de Tod, me refiero.
Capítulo aparte merece la interpretación de Lon Chaney , cierto es que uno siente cierta empatía con el personaje, amas, sufres, odias y enloqueces con él
Pequeña obra maestra de Browning que a su vez nos muestra a un quijotesco Lon Chaney acompañado de su fiel compañero Cojo: Sanchopanzesco amiguito.
Un relato oscuro, complejo, obsesivo y tenebroso que nos arrostra a los límites del deseo encuadrado en un marco de engañosas intenciones en un clima malsano y putrefacto y en efecto sucio.
No negaré que siempre he sentido cierto respeto hacia el cine mudo. Y quien dice respeto, dice prejuicios, reparos o lo qué queráis. Pero es así: no puedo evitarlo. Quizás porque he visto muy poco cine no sonoro y porque lo poco que he visto siempre me ha parecido extremadamente impostado y teatral. Algo absolutamente lógico y normal —por otro lado— si tenemos en cuenta que la acentuada expresividad de los actores de cine mudo debe suplir, de algún modo u otro, la fuerza de unos diálogos que aparecen escritos a posteriori y que, a mi juicio, cortan un poco el rollo.
Obviamente, sé que debería entenderlo y tolerarlo de buen grado. Y es más: lo hago. Pero eso no evita, en absoluto, lo que acabo de exponer. Aún así, Garras humanas me ha encantado. Y cuando digo ‘encantado’ no sólo me refiero a que me ha gustado. Garras humanas ha conseguido algo más. Me ha fascinado. Me ha hechizado. Me ha aterrorizado. Casi tanto como el Nosferatu de Murnau, una de mis escasas incursiones en esto del cine mudo.
De todos modos, no quisiera engañaros: en el fondo, sabía que Garras humanas me iba a gustar. En primer lugar porque pertenece a un género que me mola: el terror. Sobre todo, si es del bueno. En segundo lugar, porque de Browning ya conocía Freaks y Muñecos infernales. Dos pelis absolutamente escalofriantes. Y, en tercer lugar, por Lon Chaney. El actor de las mil caras. Algunas, como la de Alonzo, capaces de helarte la sangre con una puñetera mirada.
Ocho macabras estrellitas, pues, para una espeluznante y terrorífica historia de ‘amour fou’ que te sumerge de lleno en los más oscuros y siniestros recovecos de la psique humana y que, a la postre, consigue lo que muchas otras pelis de terror jamás consiguieron ni conseguirán: que la enfermiza y atormentada alma de Alonzo te siga persiguiendo después de verla. ¿Te parece poco?