Full contact (Contacto total)
Sinopsis de la película
La historia se desarrolla entre Tailandia y Hong Kong. Jeff (Chow Yun Fat), Chung y Sam se unen a la banda de Judge en un atraco a un convoy de armas. Tras el ataque, Judge y su banda matan a Chung y obligan a Sam a liquidar a Jeff. En vez de ello, Sam lo abandona a su suerte en medio de un incendio… pero Jeff sobrevive y los busca uno a uno para vengarse.
Detalles de la película
- Titulo Original: Full contact (Xia dao Gao Fei) aka
- Año: 1993
- Duración: 96
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Opinión de la crítica
Película
6.4
46 valoraciones en total
Ringo Lam dirige esta esta cinta de acción entretenidisima en los años 90.
La cinta no decae en ningún momento ,la trama es buenisima y pose un aura especial dentro de esa vorágine de violencia y gore .Con personajes variopintos enfundados en cuero repartiendo leña se convierte rápidamente desde que la trama comienza a absorberte cada vez mas hasta que te tiene cojido por los huevos. En definitiva muí recomendable para todos aquellos que amantes de la acción bien dirida ,potente y sobretodo frenética.
Estética de los 80 en su variante más hortera, sobreactuaciones en algunos casos muy irritantes, y un guión con más agujeros que la filmografía de Rocco Siffredi, para una película de acción en el más puro sentido de la expresión. Porque no nos engañemos: cuando uno ve este tipo de pelis, no debe esperar filosofías de la vida ni reflexiones coherentes de ningún tipo, tan sólo acción cuanto más bestia mejor, y de eso aquí andan sobrados.
Excelentes y muy abundantes coreografías de lucha, escenas de una violencia extrema para nada inferior a cualquier peli de Tarantino (fan declarado de este tipo de cintas), y momentos de total vacileo del prota (como la escena impagable en que hace cabriolas con la moto, fumándose un cigarrito y sonriendo mientras dispara sin tregua y sin fallos a docenas de malosos), conforman una estupenda peli de tiros y guantazos cuyo único objetivo, que era entretener, lo cumple sobradamente.
Recomendable para amantes del género de acción, y aficionados a las coreografías de lucha. Abstenerse adoradores de Tarkovsky, Bergman, Dreyer, Lynch, u otros sesudos foteros, porque como el propio título del film ya avisa, se habrán confundido de peli.
Un extraño tipo observa con curiosidad unas antigüedades en un local, un coche se detiene en la entrada, se baja una tía con pintas de prostituta de tercera clase que está de toma pan y moja, esperando en el vehículo hay un grandullón con aspecto de macarra…
Poco después el primer individuo apuñala a una dependienta de la tienda en el pecho y junto a la segunda chica perpetra un importante robo mientras que el de fuera se cepilla a dos policías con una escopeta (échale cojones) y todos se van de allí pegando tiros y gritando como forajidos en el Oeste. Aparecen los títulos y vemos a una chavala despampanante bailando al son de las primeras notas del Get the Funk Out de los Extreme en una especie de disco-pub que está a reventar…
Así empieza una de las películas más conocidas del gran Ringo Lam, el que fuera director de memorables thrillers como City on Fire o Hong Kong War , una brutal cinta de acción que coge, así como quien no quiere la cosa, el argumento de la novela de Donald Westlake, A Quemarropa , y combina el más puro estilo de las americanas producciones de Joel Silver con la técnica vertiginosa y emocionante de John Woo.
De hecho podría pasar perfectamente por una de él, porque el uso de la acción y la violencia se extreman y se ofrecen secuencias de acción explosivas y de alto voltaje como nunca se había visto en un film de Lam. Con esto he de decir que se ha convertido en mi favorita del director y, a mi juicio, en una de las imprescinidibles del género de acción made in Hong Kong , ese que tantos títulos entrañables regaló en los 80 y principios de los 90.
El argumento no es para tirar cohetes. A ver, que es una película de acción, protagonizada por individuos sucios, que parecen salidos de una viñeta, en busca dinero y mujeres, donde un tipo duro se ve traicionado por su mejor amigo y decide emprender una cruzada de venganza…y ya está. Aunque estas cintas siempre tocaban temas más importantes como la amistad, la traición, la pérdida del honor, y sus personajes siempre eran más carismáticos que los de los títulos de factoría yanqui.
Es difícil no apreciar a ese Jeff, al que da vida el incombustible Chow Yun-Fat (este tío es la ostia, ¿eh?), dispuesto a todo con tal de hacérselas pagar al malvado Juez y su pandilla, a la dulce Mona, interpretada por la atractiva Ann Bridgewater, desconsolada cuando se entera de que su futuro marido ha fallecido en una explosión, o al pobre Sam, atrapado por la codicia y las ansias de llegar a ser un hombre importante, donde vemos a Anthony Wong en una interesante actuación. Incluso, a la larga, hasta llegan a caer bien esos irritantes e indeseables Bonnie Fu o Simon Yam, que encarna al Juez .
Full Contact es una muy entretenida cinta sin concesiones ni paliativos ni edulcorantes…es acción y punto, amena, explosiva, violenta a más no poder y en cierto modo romántica, realizada con nervio y un despliegue de medios increíble, donde además Lam maneja la cámara de manera trepidante, demostrando ser un gran heredero del género, regalándonos escenas tan memorables como el primer baile de Bridgewater, el asalto en el puente (en la más pura vena Peckinpah) o el enfrentamiento final entre Yun-Fat y Yam, con una puesta en escena excitante y muy llamativa.
Cada vez que veo Full Contact se me pone el pulso a 1.000. Es lo que uno busca cuando desea ver una buena película de acción. Ringo Lam da eso y mucho más aquí.
Jeff (Chow Yun Fat), interpreta a un duro delincuente que se ve obligado a intervenir en un atraco de armas para salvar a su mejor amigo, metido en serios líos por culpa de las deudas con uno jefes del hampa. Traicionado y dado por muerto, su sangrienta venganza no se hará esperar.
Interesante los subtramas que definen las relaciones entre los personajes, fundamentalmente el triángulo formado por el protagonista, su chica y su mejor amigo, y la relación admiración-odio entre el malo y el héroe.
¡Pura adrenalina!, es el mejor adjetivo del film, tiene todo aquello que define a una película de acción. Película realmente entretenida, espectacular y sin respiro, repleta de escenas de acción trepidantes con una coreografía impactante y espectacular, una puesta en escena increíble y que representa como pocas lo que es el mejor cine de acción.
Posee un ritmo ascendente y sin descanso durante todo el metraje, aderezado con un guión donde no faltan subtramas.
Las características de los personajes principales son bien particulares: Jeff (Chow Yun Fat) es el vengador mutilado al que la traición de un amigo lo convierte en una máquina de matar y sediento de venganza, Judge (Simon Yam) desorientado en su encarnación de gángster homosexual (desea tener sexo con el héroe) y amante del sadismo, Sam (Anthony Wong Chau-Sang) su patética y miserable conducta de cobarde llorón, Lau (Bonnie Fu) la depresiva sexual que no pierde oportunidad de ser sexualmente irritante y Mona (Ann Bridgewater) que vive enajenada de la realidad.
La película genero por venta de taquillas la cantidad de 16,8 millones de dórales de Hong Kong.
La película tuvo una pobre acogida en la taquilla de Hong Kong, donde los seguidores de Chow Yun Fat no estaban interesados en verlo en un papel de violento criminal. Por otra parte, en el Reino Unido y los Estados Unidos consiguió buena crítica y convertirse en una película de culto.
Cinta de culto para muchos, este ejercicio dirigido por Ringo Lam después del boom que supuso A better tomorrow de John Woo en el cine de acción oriental, es una de las más acertadas propuestas de dicho género, ya que combina a la perfección una trama efectiva, bien resuelta y poco dada a los excesos, unos personajes carismáticos e interpretados con brio (hay que resaltar la labor de Chow Yun-Fat en este aspecto, además del trabajo de Simon Yam como el emblemático Juez o el de Anthony Wong llevando a la pantalla a un personaje un tanto cambiante, pero bastante eficaz, Sam), una realización amena y ligera, donde destacarían las secuencias de acción, todas ellas muy bien planteadas e ideadas, un manejo bastante resultón de la cámara, logrando planos bastante jugosos y bien servidos en determinados momentos, y el metraje final, que ofrece una gran ventaja al artífice, pues al no sobrepasar altas cuotas, contribuye en gran medida al esparcimiento del espectador.
Sin embargo, también contiene algunas lacras dicha película, como son las irritantes sobreactuaciones de algunos de los intérpretes del elenco (destacaría especialmente a Bonnie Fu, cuyo personaje es verdaderamente cargante), el desaprovechamiento de la que, en un principio, parecía ser una de las grandes bazas del director, Mona, a la que da vida Ann Bridgewater, y en último lugar, la resolución de algunos instantes, que se antoja demasiado rauda y eficaz como para resultar creible, como sí lo resultan, por ejemplo, unas coreografias muy bien ideadas, donde la espectacularidad queda a un lado, pero cuyas aportaciones son de lo más suculentas y efectivas.
En definitiva, se podría tildar este como el mejor trabajo de Ringo Lam tras las cámaras, pues en poco más de hora y media logra plasmar en pantalla un relato que podría haberse estirado bastante más, pero que resulta entretenido y gratificante a altos niveles, fijando así un hito en la historia de la acción más trepidante hong-konesa y dando lugar a que algún intérprete, como el mismo Chow Yun-Fat, encontrara una verdadera salida para poder realizar más y no tan afortunados trabajos en la meca del cine.