Fuga del Bronx (Los guerreros del Bronx 2)
Sinopsis de la película
Unos pandilleros urbanos del futuro se alían en un frente común para derrotar a unas brigadas de la muerte dirigidas por un villano (Henry Silva) que trabaja a las órdenes de un empresario que pretende dominar el Bronx. Trash, el guerrero más temerario, convertido en el paladín de los pandilleros, actua en colaboración con dos expertos en operaciones explosivas. Secuela del film 1990: Los guerreros del Bronx .
Detalles de la película
- Titulo Original: Fuga dal Bronx (Escape 2000: Bronx Warriors 2) aka
- Año: 1983
- Duración: 89
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Opinión de la crítica
Película
4.7
28 valoraciones en total
Trash es un greñudo y temperamental guerrillero del Bronx (luce el zagal cual cantante trasnochado de una banda trash metal de los 80) que se enfrenta junto a un lote de pintorescos punks que incluyen a un niño artificiero que es el más psicópata de todos a una viciosa mega corporación que quiere convertir el ruinoso barrio en una megalópolis del futuro y no duda en liquidar a todo lo que por allí se mueve para conseguir sus pérfidos objetivos… lo que pasa es que la gente, no se por que, se resiste a marcharse de tal escombrera y se sublevan, el error gordo de los malos es cuando liquidan a los padres de Trash y claro, se monta la pepa.
La película que merece mucho más que una desganada mirada, es entretenida, muy marchosa, casposa y muy, muy gamberra, un gran ritmo nos conduce a un festival de violencia italiana de los 80, a saber, peña ardiendo, muñecos explotando, escopetas que parecen cañones Reinmetal, actuaciones pauperrimas pero carismáticas, peleas mal coreografiadas y todas esos ricos ingredientes que le dan un poso especial. Satisface por su lirismo violento (con un killcount de casi 200 personas), su ritmo aplastante, las indumentarias de los desalmados sicarios del malo, su entretenido discurso anti corporativista y por supuesto por su bizarrismo y su aire de serie Z tan gratificante y a veces inocente.
Una estupenda secuela de uno de los símbolos del significativo exploitation fantástico italiano de los 80-90 que tanto quiero y que se disfruta del primer al ultimo minuto, recomendable para un pasado de rosca tour de force de explosiones, muertes, serie Z (hay que tenerlo bien presente) y barbaridades de alta alcurnia!!
P.D: Un inciso se merece Henry Silva, malvado mítico de series y películas B de los 80 y que luce increíble en este film. Bravo!!
Secuela de 1990: Los Guerreros del Bronx (1982) la cual debido al éxito que tuvo en los videoclubs en los 80, rápidamente se rodó la secuela Fuga del Bronx (Los guerreros del Bronx 2) dirigida por Enzo G. Castellari responsable también de la cinta original. Protagonizada nuevamente por Mark Gregory como Trash … al igual que su predecesora tiene las mismas influencias de films como Mad Max o 1997: Rescate en Nueva York. El film centra su argumento esta vez en el desalojo/desahucio de los habitantes del Bronx llevado a cabo por unas brigadas de exterminación y desinfección radicales…(algo similar a la trama de Robocop 3 de 1993) un guión justito para esta floja secuela más que el film original y con peor argumento, eso sí, con un poco más de presupuesto invertido en demasiados fx de explosiones, tiros etc… enfocada a la acción cutre pero pasable y entretenida.
La secuela de Los Guerreros del Bronx fue superior a su antecesora ya que un año después del éxito de la primera rápido hicieron la continuación y se nota que decidieron meter más dinero para hacer un film más competente. Sobretodo para poner más acción que es lo que le faltaba a la primera entrega.
Así lo hicieron y les salió bien. La peli es un no parar de Mark Gregory huyendo por el Bronx y liquidando todo el que sale a su paso. Algunas secuencias de acción hay que reconocerle al señor Castellari su buena realización.
El film más que futurista esta más cerca del género del cine de acción y pandilleros. Aún el señor Joe dAmato realizaría una tercera entrega, Bronx:Lucha Final, de resultados lamentables y sin ninguna relación en su argumento con los dos primeros.
Lo mejor: Tiene mucha acción y no es tan cutre como en otras italianadas.
Lo peor: No me cuadra mucho que el film anterior nos muestra un Bronx muy futurista y el de esta secuela es un Bronx muy cercano al de la actualidad. parece como si hubiesen ido atrás en el tiempo.
Una distopía de ¨futuro cercano¨ donde el dictador de turno quiere limpiar el ¨Bronx¨, la zona pobre de la ciudad, de malas maneras: cargándose a todo el que vive allí. Y todo para echarlo todo abajo y construir un barrio bonito.
La película es acción pura y dura durante toda la duración de la misma. Tiros, explosiones, más tiros, más explosiones, los ¨malos¨ quemando gente con lanzallamas y los ¨buenos¨ devolviéndoselo como pueden. No es que el guión se nada del otro mundo y no ofrece lo que otras películas de este género (vehículos a lo Mad Max, pandilleros punkys malvados, etc) pero la verdad es que se hace la mar de entretenida. Nada mal.
Para aquellos que se quedaron con las ganas de vivir más aventuras al lado de Trash por las ruinosas y, sin embargo, fascinantes calles del Bronx, aquí tienen lo que andaban buscando.
Enzo G. Castellari nos vuelve a meter de cabeza en ese barrio que luce como una zona de prueba de misiles lleno de moteros, delincuentes de poca monta, pandilleros, furcias y otros especímenes de lo más variopintos y extravagantes.
1.990: Los Guerreros del Bronx , pese a sus incoherencias, múltiples clichés de la época y estratosféricas estupideces, acabó convirtiéndose en todo un fenómeno del cine de serie B en los 80. La descarada mezcolanza que hizo el director italiano de The Warriors , Mad Max y 1.997: Rescate en New York fue lo suficientemente atractiva para los cientos de jóvenes que se apiñaban en los videoclubs deseosos de ver otra peripecia de guerreros rebeldes, chicas guapas y mucha acción echa con cuatro perras (aunque hay que reconocer que si algo les llamaba la atención eran las carátulas de los vídeos).
Después de la también exitosa Los Nuevos Bárbaros , Castellari se disponía a rescatar a los personajes que creó junto a Dardano Sacchetti y Elisa Briganti para la que sería la tercera y última de las aventuras de ciencia-ficción futurista que realizaría bajo el mando del productor Fabrizio de Angelis. Esta vez el director no contaría con Sacchetti al guión, sino con Tito Carpi, y lo más importante, con un mayor presupuesto, ya que aun siendo de petardas para arriba, 1.990: Los Guerreros del Bronx y Los Nuevos Bárbaros fueron la mar de rentables.
Se supone que ha pasado algún tiempo desde que Trash se vengara de Hammer y sus malditos compinches, los cuales iban causando el caos en el Bronx en pos de dar con Anne, la joven y guapa heredera desaparecida, ahora el antiguo líder de los Riders deambula sin rumbo fijo entre los escombros del lugar, que, no obstante, muy pronto será objeto de recalificación y reconstrucción.
Una gran corporación ha decidido demoler hasta el último edificio del Bronx y levantar nuevas viviendas en él (para gente de todas las disposiciones económicas, se supone), y para ello han de librarse de sus antiguos moradores, el presidente Clark le encomienda la tarea al psicótico Floyd Wangler, que se dedica a exterminar, junto a su escuadrón de desinfectadores , a todo ser humano que se resista a salir del Bronx. Trash no puede tolerarlo, y menos después de ver que sus padres han sido asesinados por los hombres de Floyd, así que se armará de valor, hará equipo con algunos desequilibrados más y pondrá fin a la carnicería.
Aunque pase o no el tiempo entre la historia de 1.990: Los Guerreros del Bronx y la secuela, ésta empieza como termina la primera, con Castellari ofreciendo, con el gracejo que le caracteriza, una aventura de acción sin pretensiones con tres elementos básicos: explosiones, persecuciones y tiros a mansalva (¿cuántas balas tiene el revólver de Trash?), y esto no cambia en todo el metraje, además de seguir con sus escenas en slow motion , que aquí se repiten hasta el tedio, sus insustanciales y estereotipados personajes y un intento de crítica social que termina siendo esperpéntica.
Lo malo de Fuga del Bronx es que el director no tiene a Sacchetti a su lado y que, por mucho que haya aumentado el presupuesto, la película no es sino un refrito de todo lo visto anteriormente en la época, con una trama que se desarrolla torpe y divertida y unos diálogos que te dejan catatónico, pero sin esa magia con la que contaba su predecesora. Por si fuera poco, la última media hora, en la que los malos van persiguiendo a Trash y Strike para rescatar al presidente, acaba por hacerse aburrida y pesada hasta la extenuación.
Regresa Marco DiGregorio con la misma cara de mármol y la nula capacidad interpretativa que ya mostraba en la anterior, seguido de ese chuleras de Antonio Sabato cuya risa forzada crispa los nervios, una innecesaria Valeria DObici introducida por necesidades del guión y Timothy Brent, al que veríamos de protagonista en Los Nuevos Bárbaros y otras películas de Castellari. Especial mención merecen Ennio Girolami, hermano del anterior, y Henry Silva, el eterno villano (¿alguien más podría haber hecho mejor el papel de Floyd?).
A pesar de todo, Fuga del Bronx también tuvo su buena acogida gracias a los cines de barrio y los videoclubs, y hoy en día, junto con Los Guerreros del Bronx , ya permanece como una joyita de culto para los amantes del cine trash de los 80. Pero hubiese sido mejor que Castellari terminase su Trilogía Futurista con Los Nuevos Bárbaros .