Flor del desierto
Sinopsis de la película
Narra la fascinante vida de Waris Dirie, en su viaje de hija de nómadas africanos a top model internacional y embajadora especial de las Naciones Unidas en África. Cuando, a la edad de 13 años, Waris se entera de que su padre tiene intención de casarla como cuarta esposa con un hombre mayor, se da cuenta de que no tiene más remedio que huir. Encuentra trabajo como sirvienta con unos parientes lejanos en la embajada somalí de Londres. Años más tarde, al estallar la guerra civil en Somalia y cerrarse la embajada, Waris, ya mujer, se encuentra ante la amenaza de ser deportada y de nuevo decide huir… El relato de la vida de Waris Dirie no sólo es una moderna Cenicienta, sino la historia de cómo una joven y valiente africana emigra a Europa y lucha para erradicar uno de los más crueles y atroces rituales, la ablación o mutilación genital femenina.
Detalles de la película
- Titulo Original: Desert Flower
- Año: 2009
- Duración: 120
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Opinión de la crítica
6.5
70 valoraciones en total
Flor del desierto ha sido uno de los mayores éxitos literarios de los últimos años en ese género llamado novela de mujer , título que no acabo de entender, ya que la historia está dirigida a todo tipo de público.
La película narra la historia de una joven somalí que huye de su país al enterarse que va a ser obligada a casarse y después de ser mutilada vaginalmente, para intentar tener una vida mejor. Después de vivir diversas calamidades llegará a convertirse en una modelo internacional y en la primera mujer negra en ser portada de la revista Vogue. Años después será una de las mayores activistas en la lucha de los derechos de las mujeres frente a las Naciones Unidas.
Esta historia que puede parecer de ficción impacta mucho más al comprobar que está basada en hechos reales. Una historia llevada fotograma a fotograma y frase a frase con una gran sensibilidad.
La película dentro de que cuenta una historia de gran crudeza, no se ven imágenes fuertes, salvo una al final, donde los gritos de la protagonista siendo niña atraviesan los oídos y producen un nudo en el estómago.
Creo que la actriz realiza un trabajo muy bueno. Su personaje evoluciona desde la más profunda ignorancia, hasta caminar firme y preciso por cada una de las mejores pasarelas del mundo. Una mujer que tiene miedo a abrirse al mundo a consecuencia de su religión, sus tradiciones familiares, y sobre todo por el dolor interno que le produce el no ser una mujer completamente.
En fin, una película que no ha tenido el éxito que le debería corresponder y que recomiendo ver para que la gente sea testigo de una historia dura y a la par llena de esperanza. De como una persona es capaz de conseguir salir adelante por muchos obstáculos que le ponga la vida y por muy complicada que sea su vida. Como uno puede ser espectador de una joven que es protagonista de dos mundos totalmente distintos y es capaz de sobrevivir y adaptarse a ambos.
La película abre plano con una flor en el desierto, un cordero pariendo y una niña africana a su lado, en una clara alusión a la idea de la vida sin amargura, aún en medio del desierto. De esta forma, comienza la historia de la somalí Waris Dirie, una chica pobre que hoy día, es una modelo de talla internacional.
Así que la directora del film sin complicar su puesta en escena, nos muestra a un ser humano, a quien la vida la da la oportunidad de ser lo que nunca soñó. Una historia pues femenina, para el mundo femenino, donde teniendo en cuenta su contexto, la solidaridad con el problema de la ablación en muchas partes del mundo, es la idea central.
Respecto al estricto sentido cinematográfico, una historia bien intencionada (de excesivo metraje a mi parecer), pero previsible en su relato. Una cámara fija, que necesitó escudriñar un poco más los conflictos de un personaje y no quedarse simplemente en desvelar un testimonio de mujer bajo la voluntad casi de documento, restándole así fuerza dramática a ciertas situaciones de la vida interior de Waris, antes de ser modelo. O dicho de otra forma: ¡Hasta que su suerte cambió!.
Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)
Desert Flower estuvo en Venecia y obtuvo una buena acogida en el festival italiano, algo que se entiende perfectamente considerando que su mensaje es tan fácil de abrazar como simple en su forma de ser llevado a la pantalla. Siguiendo la historia de una joven somalí que escapó de su país para irse a Londres a tener una vida digna, esta bella fémina interpretada por la escultural Liya Kebede deberá ir aprendiendo a vivir en la ciudad inglesa y asentándose socialmente, al tiempo que va adaptándose a una nueva cultura-
Sencillota, con buenas intenciones y simple en casi todos los aspectos, Sherry Horman consigue al menos con Desert Flower que sus dos horas de duración no se hagan especialmente aburridas, algo de agradecer en un festival donde por lo general casi toda la oferta suele ser de cine denso, más pausado, con propuestas no ya más originales, sino mejor desarrolladas. Divertida y entrañable en sus escenas londinenses, es en varios flashbacks -situados en Somalia, rodados en dicho idioma- donde se despliega la carga dramática, dando -aunque no siempre- en la diana, moviéndose entre la denuncia social y la sensiblería. Acabará siendo un clásico de la sobremesa televisiva, una nueva Pretty Woman en la que brilla, a todos los niveles, Liya Kebede en un papel hecho a su medida: ni más ni menos que el de una top model que buscará llegar lo más lejos en la profesión. Con su físico no lo tiene complicado, de la misma forma que Horman no encontrará demasiados problemas para encontrar distribución internacional con un film sencillo, blandito y sólo artificialmente trasgresor.
La película, tiene mucho sentido, tiene un mensaje, profundo y reivindicatorio. Pero creo, que lo más difícil no es marcar el mensaje, sino como contarlo, como encajar pieza a pieza, como hacer que un engranaje y mueva a otro y funcione la mecánica de lo que es una historia.
Exactamente, esta película es un reloj gigante, aparentemente deseoso de dejar a sus visores emocionados, sin embargo, los arquitectos y técnicos no han hecho bien su trabajo y el reloj no se mueve.
Y esto es así, por en la película se muestra a una protagonista Somalí, con ganas de cambiar de vida, sin embargo en el curso de ésta, los saltos de tiempo rozan la ridiculez, y si se suma este defecto a la desordenada trama, nos deja una historia bastante confusa. A lo largo de la película parece que hay un objetivo, después se cambia a otro, y al final de la misma resulta que se intentaba denunciar otra cosa.
Otro punto en contra es intentar realizar una película reivindicativa denunciando ciertas prácticas tribales, pero utilizar una actriz que no debe ni pesar ni 55 kilos, con lo cual la película misma entra en una gran contradicción moral y ética.
El punto a favor: el punto a favor es la belleza -facial- de la protagonista, y las escenas rodadas en el desierto -que contrastan demasiado la mayoría de la película-.
Totalmente prescindible
La cinta nunca acaba de funcionar, directamente, porque no pretende ser más que una denuncia social, nunca una película. Descentrada y desubicada, la película carece de fuerza alguna porque carece de un pilar maestro que dote de cohesión a su narrativa, de un punto de referencia que funcione como motor de la historia más allá de un personaje protagonista con tan poca profundidad que no hace más que poner la cara impasible a los acontecimientos. La historia se desarrolla como una sucesión de escenas deslavadas sin propósito común, sumando metraje y picoteando de todo un poco para al final quedarse en nada, sin objetivos ni narrativa, y como la simple excusa que es para tratar de concienciar a base de brochazos del trazo más grueso posible (mirando a cámara directamente!!!). Vamos, que juega a ser la lista de la clase llamando tonto al espectador y a la cara.
En fin, que me ha recordado a una especie de Precious pero mal hecha y pobretona, y con el agravante de además engañar al espectador vendiendole humo del barato… y es una lástima que derive en la frivolización de su denuncia, por supuesto algo que no deja de resultar grave, pero que su acartonado discurso acaba deformando hasta los límites de la parodia. Suspenso merecido e irrevocable.