Fiorile

2 comentarios en «Fiorile»

1. Durante la Revolución Francesa, la Convención Nacional aprobó la propuesta presentada por el matemático, Gilbert Romme, mediante la cual se adaptaba el calendario al sistema decimal y se eliminaban del mismo las referencias religiosas. La pregunta era, si tenemos libertad de culto ¿por qué hemos de sujetar los festivos a los intereses exclusivos de la iglesia católica? Así las cosas, el calendario se modificó por decreto del 5 de octubre de 1793 y se fijó su inicio con antelación al 22 de septiembre de 1792, coincidiendo con el equinoccio de otoño en el hemisferio norte… pero, el Calendario Republicano Francés, solo permanecería hasta 1806, cuando Napoleón, autoproclamado Emperador de Francia, abolió su uso oficial y decidió volver al Calendario Gregoriano. Tras la caída de Napoleón, volvió a implantarse brevemente en 1814… y de nuevo, la Comuna de París lo restauraría hasta su fin.
   
   La propuesta de dar nombres nuevos a los meses y a los días, presentada por el poeta, Fabre d’Eglantine, había sido aprobada desde la primera implementación del Calendario Republicano, y entre estos, los meses de la Primavera se llamaron: Germinal (de semilla), Floréal (de Flor) y Prairial (de pradera).
   
   Floreal (en español), lo mismo es un adorno con flores que, el mes del Calendario Republicano que va entre, el 20 de marzo y el 20 de abril. En italiano, Floreal se dice Fiorile y, además de remembranza de todo lo anterior, es el nombre romántico con el que se llama a la mujer amada. Así, <>, es una magnífica combinación de hechos históricos y romanticismo puro, y es también, la especial historia de una familia -los Benedetti- que, por sus antecedentes, iniciados en tiempos de Napoleón, terminaron siendo llamados, los Maledetti (los Malditos), por las tragedias que ocurrieron a su interior.
   
   Dirigida por Paolo y Vittorio Taviani, la película está efectivamente estructurada como un viaje en el presente -hacia la casa del abuelo- por parte de una familia (padres e hijos) de cuyos antepasados el padre va a contarles la historia, mientras recorren los bellos e históricos paisajes de La Toscana. Entonces, el viaje será luego hacia el pretérito (dos siglos atrás) donde comenzará la tragedia de los Benedetti, cuando el antepasado, Corrado, decida quedarse con un cofre repleto de monedas de oro que pertenecía al ejército napoleónico. Este hecho acarreará una muerte injusta, y surgirá un imperativo deseo de parte de su hermana, Elisabetta, quien le pedirá que no cese jamás en el objetivo de encontrar al hombre que causó la muerte de su amado Jean.
   
   Escrito por, los Taviani, con la colaboración de Sandro Petraglia, el guion de, <>, retoma, una vez más, la manera non sancta como muchas familias en las monarquías alcanzaban su status y como las desgracias se ciernen en su interior a causa de los excesos, los miedos… y la implacable Ley de Consecuencia.
   
   La trama abunda en hechos novedosos y hábilmente planteados, los personajes se proyectan de una generación a otra, reafirmando que la historia se seguirá repitiendo hasta que haya alguien que, con firmeza, decida cambiar el rumbo, la banda sonora de, Nicola Piovani, complementa con gran altura las imágenes, y los diálogos, además de elocuentes, contienen ciertos matices poéticos de alta emotividad… y a todo esto, las actuaciones de Galatea Ranzi y Claudio Bigagli, nos complacen por completo.
   
   Con, <>, no hay duda de que, los hermanos Taviani, vuelven a dar en el blanco ofreciéndonos un filme que motiva verlo una y otra vez.
   

2. Fiorile es una saga familiar con ciertos ecos del realismo mágico de Cien años de soledad y tono de cuento de hadas romántico, empaquetada con una prodigiosa fotografía y una convincente banda sonora. La historia de la familia Benedetti es contada por un padre a sus hijos, cuando estos viajan de París a la Toscana para ver a su abuelo, en tres episodios sucesivos: la invasión napoleónica de Italia (finales del siglo XVIII), la elección como diputado de un antepasado a comienzos del siglo XX y los años de la resistencia frente al fascismo y la ocupación alemana (1943-1945). El automóvil en el que la familia atraviesa la campiña toscana funciona como una especie de máquina del tiempo: mirando a través de la ventanilla del coche, los niños ven, en el mismo paisaje que atraviesan, escenas del pasado familiar ocurridas muchos años atrás.
   
   El título, Fiorile , es la traducción al italiano del nombre del octavo mes del calendario revolucionario francés, Floreal (20 abril-20 mayo aprox.), y es también el sobrenombre que un joven soldado y convencido revolucionario francés, Jean, da a su joven amante campesina, Elisabetta Benedetti. Los sucesos que ambos protagonizan están en el origen de la maldición familiar, que hace que sus sucesores sean llamados maledetti ( malditos ) en lugar de Benedetti ( benditos ). En este episodio y en el siguiente se confrontarán la codicia de los hermanos varones de la familia con el ideal del amor romántico, encarnado en las mujeres de la familia, y en sus respectivos amantes. Los papeles de los hombres (Corrado y Alessandro Benedetti) son interpretados por un mismo actor, Claudio Bigagli, al igual que los de las mujeres (Galatea Ranzi) y los de los amores imposibles de estas (Michael Vartan). En el episodio final, de algún modo el personaje de Massimo Benedetti (interpretado, de nuevo, por Vartan) representa el final de esta serie de enfrentamientos y de la propia supuesta maldición.
   
   En esta película, los Taviani regresan a algunos de sus temas favoritos: la Revolución francesa (antes tratada en Allonsanfan , 1973) y la resistencia antifascista en Toscana (tema de La noche de San Lorenzo , 1982). Destaca la belleza de los escenarios naturales (p.ej. en la secuencia del avance de los soldados franceses por los bosques de Toscana): la película se rodó íntegramente en esta región de Italia: gran parte de la acción transcurre en una villa de la época de los Medici, llamada La Petraia, en las cercanías de Florencia (hay, por cierto, un curioso homenaje a esta familia que gobernó Florencia en su época de esplendor en la cena medicea que organiza, en el segundo episodio, Alessandro Benedetti. Igualmente destacables son la factura exquisita de la puesta en escena y la espléndida fotografía, de calidad pictórica, de Giuseppe Lanci, especialista en cine de época.