Fanny Pelopaja
Sinopsis de la película
A Fanny siempre le han ofrecido la violencia como la única posibilidad de supervivencia. El Gallego , ex policía, fue expulsado del cuerpo por sus métodos irregulares y, concretamente, por llevar a cabo una cruel agresión contra Fanny. Ahora, ambos se buscan para matarse pero, en realidad, un sentimiento muy distinto al odio les acompaña. Cuando se encuentren, no sabrán cómo reaccionar.
Detalles de la película
- Titulo Original: Fanny Pelopaja
- Año: 1984
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
6.1
71 valoraciones en total
Película atrevida para la época, perteneciente a la primera etapa de Vicente Aranda, un thriller extraño, descarnado y brutal, la historia de una venganza personal, de una cruel relación destructiva y sádica entre un policía corrupto y despiadado, Andrés Gallego y Fanny Pelopaja, delincuente de fuerte carácter, inteligente y calculadora, una autentica mujer fatal, encarnados por dos actores franceses poco conocidos aquí, que produce una verosímil atracción repulsiva, inspirada muy libremente en la novela Prótesis de Andreu Martín, que sirve de apoyatura para llevar el relato hacia territorios placenteros al cineasta según su universo personal.
Narrada en un gran flash-back por una socióloga encarnada por Paca Gabaldón, actriz desaprovechada por el cine español, que trata a Fanny. La película va describiendo a los personajes en toda su dimensión, potenciando esa oscura relación entre Gallego y Fanny, en detrimento de la tópica convencionalidad de un relato de policías y ladrones. Pero todo el film es atípico, desde el asalto al furgón blindado hasta la elusiva, elíptica violencia pasando, ¡cómo no!, por las relaciones entre los dos principales protagonistas: relaciones crispadas y morbosas, donde existe el ingrediente de la pasión que no está ausente. Pasión y brutalidad, pues el sexo también es violencia.
Gallego necesita a Fanny, la ama y la desprecia a la vez, es un tipo violento que nada lo ata y menos su desdichada vida familiar. No le importa el dinero, su obsesión malsana es Fanny y por tanto asume su destino, algo usual en la eterna lucha de sexos que se plantea y dilucida siempre en su obra. Aranda retrata estupendamente el paisaje urbano de una Barcelona sexualmente liberada, como la cita de Fanny y su amigo Julian (Paco Algora), uno de los pocos amigos en el que confía, en El Molino famosa sala de revista en la Ciudad Condal. Pero no es determinante, es sólo el telón de fondo que enmarca las situaciones y los personajes. La ciudad sólo es un simple escenario.
Este policíaco no es cine negro estrictamente, sino que utiliza unas determinadas formas narrativas y arquetipos codificados como tales para plantear una relación tormentosa, turbia e imposible. Aranda lima las aristas e invierte los componentes tópicos del género. Sus frutos están ahí, en esa denodada lucha contra la convención que se observa en su rechazo a la búsqueda de culpables, en su rechazo de todo moralismo, en su diferenciación entre crimen y criminales, en exponer más violentamente sentimientos que las acciones, algo que no siempre se consigue en el thriller. El cineasta no condena a nadie, ni siquiera a Gallego, ese ser brutal y sanguinario, Aranda describe, narra, indica, pero no reparte bendiciones y culpas, todos deben acarrear con sus actos, se saben perdedores. Un thriller con gran nervio narrativo, original y nada desdeñable.
No, no me refiero a la novela de George Orwell, sino a esta notable película, que retrata como pocas aquel año, en concreto la Barcelona de aquella época…
Aunque contiene esas escenas y temáticas tan presentes en el cine de Aranda (en una especie de mezcla de transgresión y provocación), el paso del tiempo provoca que el impacto de dichas imágenes escandalice menos que en la época de su estreno: los diálogos subidos de tono, alguna insinuación homosexual o (por no revelar cosas del argumento) la crudeza de las palizas que se arrean algunos personajes ya resultan, para bien o para mal (yo creo que para mal), habituales en teleseries y películas de esta segunda década del siglo XXI, y de ahí su menor repercusión.
La protagonista lo hace francamente bien (y por cierto, ¡oh, qué cosas! está muy bien doblada), el poli también da el pego como ser totalmente pasado de rosca, y el desaprovechado en el mundillo del cine español Paco Algora realiza un papel muy ajustado. Permítasenos aquí una mención al actor Ian Sera, protagonista de una insólita carrera, que oscila desde intérprete principal de películas infantiles (Misterio en la isla de los monstruos de JPSimon —Juan Piquer Simón, ya se sabe—) a quinqui (esta película), para luego desaparecer en combate.
El mérito de Aranda a la hora de retratar la Barcelona marginal no se debe solo a sacar la cámara a la calle, y reflejar lo que acontece: la secuencia de El Molino con sus canciones pasadísimas y un espectáculo más bien tirando a rancio (pero muy valorado en la época), la ambientación de las habitaciones de hoteluchos de mala muerte y la descripción de qué ocurría en las comisarías son otros aspectos contenidos en un guión rebosante de brío en que se nota la mano de don Vicente, quien, no siendo ya un jovencito, demostraba su oficio.
En fin, que alguno de los nuevos realizadores que empieza ahora podría aprender de Fanny pelopaja. Nos iría mejor a los sufridos espectadores…
Tratándose de una co-producción entre España y Francia, Vicente Aranda gestó una de sus mejores películas por no ser tan conocida al lado de films posteriores como El Lute: Camina o Revienta (1987), El Lute II: Mañana seré Libre (1988), Si te dicen que Caí (1989), Amantes (1991) o Juana la Loca (2001). Pero en esos años de post-transición y con el cine quinqui como referente policíaco, Aranda contó con la presencia femenina de Fanny Cottençon que le otorga su nombre al personaje. La actriz toma su propio nombre para interpretar a una despampanante rubia que después de participar en un atraco y esconderse del policía Andrés Gallego (Bruno Cremer), que la odia y desea a la vez, regresa a Barcelona para reencontrarse con su novio Manuel El Gato (Ian Sera), apresado por las drogas y con la ayuda de Julián (Francisco Algora) que a su vez le da oportunidad a Fanny para participar en el asalto a un furgón blindado, en que está empleado Gallego, después de ser expulsado de la policía por sus brutales métodos.
Después de adaptar a otro autor de novelas policíacos como Manuel Vázquez Montalbán con Asesinato en el Comité Central (1981), Vicente Aranda contó con la colaboración del autor catalán y especialista también en el género, Andreu Martín, para adaptar su novela Prótesis añadiéndole un alto voltaje erótico en la pareja rival (los franceses Cottençon y Cremer) perdidos en esa Barcelona sucia y canalla que había albergado a los Perros Callejeros de José Antonio de la Loma y todavía estaba muy lejos de la ciudad que tenía que ser, en perspectivas de su futura candidatura a los Juegos Olímpicos.
Excelente película de venganzas, protagonizada por una desgarradora y sensual Fanny Cottençon, en el papel de una violenta delincuente que al salir de la cárcel va tras el corrupto policía que mato a su novio, el cual ha sido despedido del cuerpo por sus turbios manejos. Ambientada en la Barcelona de los 80, aparte de ser un buen thriller, es una historia de amor loco, en la que se nos muestra, una relación con acusados tintes sado masoquistas. Buena película rodada con nervio y oficio, por el Vicente Aranda de El Lute y Amantes.
O me quedé fuera de algo o realmente no vi lo que no estaba. Vicente Aranda a rodado pelis, buenas pelis, y Fanny se acerca más a un retrato desapasionado de una mujer ruda que a un drama intimista como realmente quiere serlo. Su condición de policial no le viene en gracia, puesto que el tono es frío, desangelado, casi indiferente. Por momentos la que parecía contar la historia era esa Fanny del inicio, mirando perdida y vacía por una ventana alejada de todo. Está filmada de forma correcta pero con un espíritu cutre que la atraviesa de principio a fin, como tomando base de los policiales sucios, despojados de toda estética preciosista. En ese aspecto la peli no duda que identidad tomar para expresar lo que desea, pero intuyo que esa decisión no terminó de ser la correcta.
Tengamos en cuenta que todo parte de las experiencias de Fanny, pero su rudeza se transmite por una cara inmutable seguida de una actitud aparentemente inmutable. Fanny pasa años en prisión pensando su venganza (años no presentados que figuran de forma tácita en la peli). Lo vivido con aquel poli la marcó a fondo, pero…pero…si no hubiera una voz en off describiendo su sentir…pues ella no sabe transmitirlo. No veo evolución en ella si no es de pura palabra, y el relato de lo que acontece no es lineal: decisión formal que no aporta ni quita nada de lo que la obra expone de esa forma tan apática.
Fanny se queda a medias, es tanta la frialdad de Fanny que toda la peli parece contagiarse de ella, ofreciendo un producto muy policial, tan policial que culmina por dejarnos afuera de otros detalles que no debieron pasarse por alto.