Familia de policías (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2010-Actualidad). 11 temporadas. Drama generacional, escrito por dos de los guionistas de Los Soprano , sobre una familia de policías de Nueva York. Frank (Tom Selleck) es jefe de policía y patriarca de la familia Reagan. Dirige el departamento con la misma diplomacia con la que gobierna a su familia. Sus hijos mayores son Danny (Donnie Wahlberg), experto detective, hombre de familia y veterano de guerra dispuesto a usar métodos poco ortodoxos para resolver casos, y Erin (Bridget Moynahan), una fiscal que garantiza el equilibrio entre su padre y hermano. Jamie (Will Estes), el hijo menor, graduado en derecho por Harvard, rechazó un importante puesto en un bufete para trabajar en la policía, pero su vida da un giro inesperado cuando lo invitan a entrar en un equipo policial clandestino del que su padre no sabe nada.
Detalles de la película
- Titulo Original: Blue Bloodsaka
- Año: 2010
- Duración: 45
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Opinión de la crítica
5.9
55 valoraciones en total
Pais
Directores
- Alex Chapple
- Alex Hall
- Alex Zakrzewski
- Christine Moore
- David Barrett
- David Solomon
- Donnie Wahlberg
- Eric Laneuville
- Félix Enríquez Alcalá
- Frederick King Keller
- Greg Beeman
- Gwyneth Horder-Payton
- Heather Cappiello
- Holly Dale
- James Whitmore Jr.
- Jan Eliasberg
- Jane Raab
- Jim McKay
- John Behring
- John Polson
- Karen Gaviola
- Kellie Cyrus
- Larry Teng
- Martha Mitchell
- Matthew Penn
- Michael Cuesta
- Michael Pressman
- Mitchell Burgess
- Nick Gomez
- Oz Scott
- P.J. Pesce
- Peter Leto
- Peter Werner
- Ralph Hemecker
- Robert Duncan McNeill
- Robert Harmon
- Robin Green
- Rosemary Rodriguez
- Stephen Gyllenhaal
- Steve Gomer
- Tawnia McKiernan
- Thomas R. Moore
Actores
- Abigail Hawk
- Alex Ziwak
- Amy Carlson
- Andrew Terraciano
- Bridget Moynahan
- Bruce Altman
- Colleen Clinton
- David Anzuelo
- David Ramsey
- Donnie Wahlberg
- Flex Alexander
- Gameela Wright
- Gregory Jbara
- Holt McCallany
- Jennifer Butler
- Jennifer Esposito
- Jerry Todisco
- John Ventimiglia
- Len Cariou
- Marisa Ramirez
- Megan Ketch
- Mike Havok
- Nicholas Turturro
- Nick Cordero
- Peter Conboy
- Robert Clohessy
- Sami Gayle
- Sheetal Sheth
- Steve Schirripa
- Tom Selleck
- Tony Terraciano
- Vanessa Ray
- Will Estes
Acabo de terminar de ver la 1ª temporada de Blue Bloods (aunque ya han confirmado la 2ª), y las sensaciones finales son contradictorias.
Empecé a verla buscando una serie de policías diferente, siempre me han gustado, aunque estaba un poco cansado de tanto CSI y similares, y quería algo diferente, tipo SOUTHLAND, con más calle, y no tanto investigador.
Pero BlueBloods es otra serie de policias más, por supuesto, en New York, con la única diferencia de que toda la familia (Los Reagan) es Policia o trabaja para la ley, y estos se reunen para comer y tienen algo de vida (normalmente vemos Policia solitarios que son los más listos de la clase).
Aunque intentan meter la subtrama del TEMPLARIO AZUL, en realidad es una serie autoconclusiva y casi de estructura repetitiva (la comida / cena familiar para hablar del caso de turno, nunca falla) donde los casos no son muy espectaculares que digamos, ya que la pareja de detectives (encabezada por el mayor de los Reagan) se pasan la mayoría del capítulo entrevistando a sospechosos. Eso si, a veces nos muestran el trabajo de calle, con el menor de los Reagan y su agente instructor.
A pesar de todo lo dicho anteriormente, y aunque la serie se centre más en mostrarnos lo unida que esta la familia en vez de en el desarrollo de los personajes, se deja ver y a veces llega a entretener. El gran problema que le encuentro a esta serie, que sin pretender ser del mismo tipo, y al igual que la mayoria de las series policiacas, es que la he visto después de haber disfrutado de joyas como THE WIRE o THE SHIELD, y todos sabemos que después de estas dos, nada es lo mismo. A pesar de todo, le soy un 5 porque la he podido ver entera (otras series no tuvieron la misma suerte), y con la esperanza de poder escribir en un futuro una mejor crítica sobre la Segunda Temporada.
Tenemos una nueva serie policíaca, con epicentro en Nueva York, ciertamente bien vendida y un piloto que nos daba tanto esperanzas como miedos, pero en este caso no me posicionaré ni en lo blanco ni en lo negro , vamos pues con las zonas grises.
Blue Bloods se centra en la vida de una saga familiar con poder y presencia en la policía de Nueva York, un abuelo retirado que fue jefe de la policía en años pasados (digámoslo así) y que siempre tiene algo que aportar a los problemas actuales… Un Padre de familia que además es el actual jefe de la policía (no entiendo porque lo traducimos al castellano como Comisionado), correcto en su trabajo y como cabeza de familia, tiene la solución a todo… Un hijo policía con pasado militar y ciertos métodos expeditivos (en el mejor de los casos), más que legales… Una hija ayudante del fiscal, que representa la Ley tal cual (en lo abstracto) y que le obliga a enfrentarse a su hermano mayor, y su abuelo… Y finalmente un hijo menor que se licenció en Harvard como abogado pero que decidió finalmente hacerse policía (consecuencia de otro hermano policía que murió en circunstancias no muy claras), normalmente apoya a su hermana… A todo ello le unimos una trama de personajes que completan la familia y el trabajo, a modo de novela… Después de todo este embrollo que os he contado, decir que la serie no da para mucho más, ya que es auto-concluyente en las tramas de los episodios de modo a veces infantil y correcto , me explico, no pretendo que sea The Wire, pero los capítulos terminan sin que el espectador (al menos yo), preste mucha atención a esa parte de la serie ya que sencilla mente es mala, no aporta nada, ni interés, ni intriga policíaca…
Todo es correcto, católica-mente religiosa, adecuada dentro de los límites de lo políticamente correcto, ellos son correctos, infalibles cada uno a su manera, se apellidan Reagan y les falta decir oye, que somos republicanos, y hombres de bien… Es pura ideologización… lo siento pero así lo ve un servidor.
Lo mejor, las panorámicas que ofrece de la ciudad de Nueva York, realmente buenas y cercanas, lo más interesante es la relación entre los miembros de la familia (que es lo único que avanza realmente, porque lo de los Blue Templar nada de nada), y amigos, poco más, unas actuaciones no muy desmerecidas, a veces buenas, y una actriz que te enamora porque es la sensualidad (que no sexualidad) en persona: Bridget Moynahan. Así mismo destaca que todas las policías o secundarias que rodean a la acción policial, son atractivas y guapas, lo cual debe ser un placer para la policía de la gran manzana .
En fin, que para entretenerte y disfrutar con las vistas de la Ciudad de Nueva York, bien, pero no esperéis mucho más, desde luego no es The Wire.
Yo, Claudio.
Si uno fuera una serie de televisión se sentiría mirando a la cúspide en la lejanía de un Empire State llamado HBO. La familia ni es de sangre azul aunque sí parece azulona con su apellido Reagan. Policías neoyorkinos y punto. Nos la venden como creación Mitchell Burgess y Robin Green, guionistas de Los Soprano, y que según cuentan ha encandilado a la crítica estadounidense. Lo revisas y te das cuenta que tiene críticas… ¡positivas!
Pero ese drama familiar es tan inoperante como poco resultón. De acuerdo, es una familia en la que todos sus miembros forman parte del cuerpo policial o fiscalía y eso puede resultar enormemente interesante como serie de futuro: todo el concepto de jerarquía burocrática y policial queda expuesta en toda su extensión de la cadena de mando. Desde un detective con pasado militar hasta un policía de calle novato pasando por una fiscal y un jefazo mayor. Toda la cadena de mando al completo y comiendo junta cada domingo.
Que la serie empiece con ‘New York, New York’ deja bastante clara su obviedad y escasos tiralíneas en el guión: tramas episódicas cerradas, conflictos y pasados trillados y escasa originalidad en la presentación de los recursos. Puede interesar esa trama danbrowniana de temporada de un hermano muerto metido a infiltrado en una peligrosa y corrupta organización interna de templarios pero huele a telecomedia.
Frank Reagan es el boss, es boss familiar y el boss del departamento de policía. El patriarcado y presidencia de la mesa está compartida por su padre, que fue también policía. Todo queda en la familia que para nada es la antítesis del patriarcado de Tony Soprano porque aquí el espejo está roto de entrada. Tom Selleck, Len Cariou y Donnie Wahlberg quieren hacer bien su trabajo pero si consiste en formar parte de una familia perfecta bajo el orden de patriarcas y viejas e inmemorables leyes ‘azules’ lo mejor será reengancharse a Cops o darse un rulo por Canción triste de Hill Street.
Lo dicho: ¡Cuánto daño ha hecho a las series policiales The Wire!
Esta serie no es nada sutil a la hora de resaltar valores que se pierden a pasos agigantados, como lo demuestran, entre muchas otras escenas, esas reuniones de los domingos alrededor de la mesa de la casa patriarcal donde la familia al completo, en lugar de limitarse a engullir con el ruido de fondo de la tele mientras los chavales mueven el dedo a velocidad de vértigo sobre sus smartphones y los mayores discuten sobre el sempiterno fútbol, en cambio se miran a las caras y hablan de sus respectivas semanas y plantean sus preocupaciones, dudas, frustraciones y pequeños logros. Charlan sobre el sentido de la vida, bromean, se pinchan un poco sin verdadera acritud, se desafían intelectualmente y emocionalmente y se animan mutuamente a buscar las soluciones que más se ajusten a sus códigos de ética, a su sentido del deber como agentes del orden y la justicia, pero sobre todo, a sus corazones. A ser honestos consigo mismos y con los demás y tratar de hacer lo correcto. Esas cenas de los domingos son uno de los rasgos más hermosos de esta serie, y lo bueno es que no es lo único que hace bella a Blue Bloods. Precisamente a mí me gusta mucho porque me hace sentirme bien. Porque me llega. Me emociona, me divierte, me hace apretar los puños de tensión, me hace reflexionar.
Que esta familia no sea disfuncional ni sus miembros se odien entre sí ni se lleven a matar no significa que sea perfecta y que no tenga problemas ni que todo sea de color de rosa. Aquí cada cual ha pasado y pasa lo suyo, sobre todo a raíz de la prematura muerte de dos de ellos y de un divorcio. Lo que pasa es que los Reagan hacen el esfuerzo de llegar unos a otros, de tenderse una mano, un hombro o un oído y tratar de no irse a la cama cabreados entre ellos (o al menos no por mucho tiempo). Puede que parezca un concepto alienígena lo de que una familia hable de verdad, tal como está la sociedad. Pero a mí personalmente me encanta verlo, al igual que veo ciencia ficción y películas de fantasía porque conectan con mi parte soñadora. Y yo no quiero dejar de soñar aunque sea un poco.
Decía que las cenas de los domingos no son lo único que hace bella a Blue Bloods. Hay muchísimo más:
Los dilemas y retos a los que Frank se enfrenta como comisionado de la policía de Nueva York, siendo responsable de 35.000 agentes. Sus interacciones con el personal con el que trabaja en su despacho son divertidas e irónicas con un punto de desafío mutuo donde los distintos puntos de vista se exponen con más o menos acaloramiento pero siempre bajo el marco del respeto.
Los casos de Danny, el inspector temperamental de malas pulgas y de corazón tan grande como una casa pero que sabe repartir estopa cuando hay que repartirla. Su compañera María Báez atempera su genio y por eso ambos se complementan tan bien y ella hasta lo soporta y todo. E incluso le tiene cariño. Danny está casado con Linda, una enfermera, y tienen dos hijos en edad escolar, Jack y Sean.
El patrullero Jamie que se pasa el día en las calles atendiendo a llamadas de emergencia con su compañero o compañera. Desde que Eddie, la joven recién salida de la academia, entra en escena, la trama entre ambos se convierte en uno de los puntos más fuertes de la serie, para mí al menos. Su relación se come la pantalla y nos mantiene en vilo desde el minuto uno con esa tensión romántica no satisfecha. Es entrañable verlos a lo largo de los capítulos como si fueran un matrimonio maduro que discute, bromea, se enfada y se reconcilia, se protegen el uno al otro, toleran o se resignan a sus respectivas manías y hasta comparten la comida. Forman un equipo cada vez más compenetrado tanto en el trabajo como en lo personal, con lo cual será inevitable que surja el dilema de sus sentimientos prohibidos.
La ayudante del fiscal Erin, divorciada, y su hija adolescente, Nicky. Mientras sus hermanos Danny y Jamie cazan a delincuentes y criminales, ella construye las acusaciones con las que la ley ha de sancionarlos. A menudo surgen conflictos de intereses que la enfrentan a sus hermanos, y que darán para más de un tema de discusión en las reuniones de los domingos.
El comisionado jubilado, Henry, que todavía tiene mucho que decir y aporta la lucidez de los años y la experiencia. Es bonito ver que su voz se respeta como se merece.
Por su parte, los más jóvenes, Nicky, Jack y Sean crecen en esta familia en la que el sentido del honor, el deber y la lealtad familiar son los pilares. Ahí tienen el ejemplo en sus mayores, que por un lado es fuente de orgullo pero también supone un importante nivel de presión. Deben de preguntarse si conseguirán estar a la altura, si lograrán tomar sus decisiones sobre sus vidas buscando el equilibrio entre el peso de la tradición familiar y sus aspiraciones personales.
Y pase lo que pase, al final de la semana se hace balance alrededor de la mesa.
Al final es así como se contribuye no poco a que el mundo avance, con esas charlas de sobremesa donde la gente se para a hablar de verdad y a reforzar los vínculos del cariño.
Coincido en general con las críticas precedentes, que dicen encontrar en Blue Bloods un producto convencional y de intención arquetípica. Cuando el realismo no es realista , evidentemente hay una tendencia a mostrar lo que el realizador quiere que el público vea. Y no es realista puesto que, en la vida real, la actividad misma de los personajes casi seguramente dista de ser tan impoluta como se la pretende vender aquí. A pesar de ello, es un drama policial-familiar llevadero, con buenas actuaciones – nada descollantes -, linda gente (las protagonistas mujeres en particular), magníficas imágenes de N.Y. e interesantes historias varias, similares a las que ocurren a diario alrededor del mundo. Desde un punto de vista argumental, adolece de un gran defecto: en casi todos los episodios la cuestión policial se resuelve con la confesión más o menos espontánea de los incriminados, siendo que la realidad es que ello casi nunca ocurre, ni en USA ni en ningún lado. Pero a pesar de eso – lo que inevitablemente le quita tensión dramática -, el nivel de lenguaje es bueno y en muchas ocasiones se plantean disyuntivas ético-fácticas entre el ejercicio de la profesión policial y la ley, cosa que en EE.UU. es muy intensa y útil para el resto del mundo, sobre todo donde hay poco apego al respeto por la autoridad. En síntesis, es una serie policial light que se deja ver, sin mayores pretensiones.