Fahrenheit 9/11
Sinopsis de la película
Fahrenheit 9/11 toma como punto de partida la controvertida elección de George W. Bush en el año 2000 para seguir su ascenso de mediocre petrolero tejano a presidente de los Estados Unidos y describir las oscuras relaciones económicas entre su padre y la familia de Osama Bin Laden, poniendo de relieve cómo el poder y la riqueza del enemigo número uno de los estadounidenses han ido aumentando gracias a este vínculo. También indaga sobre lo sucedido en Estados Unidos después del 11 de septiembre de 2001 y cómo la Administración de Bush utilizó el trágico ataque a las Torres Gemelas para su propio beneficio político… Fahrenheit 9/11 es el documental con mayor recaudación de taquilla de la historia del cine.
Detalles de la película
- Titulo Original: Fahrenheit 9/11 (Fahrenheit 911) aka
- Año: 2004
- Duración: 112
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Opinión de la crítica
7
33 valoraciones en total
¿Es Michael Moore un manipulador de la realidad?
-¡Sí! Absolutamente.
¿Es además un demagogo recalcitrante?
-¡Sí! Absolutamente.
¿Es Michael Moore un transgiversador de la verdad a su antojo?
-¡Sí! Absolutamente.
¿Es Fahrenheit 9/11 manipuladora, demagógica, transgiversadora y panfletaria?
-Desde su primer fotograma hasta el último.
¿Es Fahrenheit 9/11 una obra necesaria?
-¡Sí! Sin lugar a dudas.
¿Es Fahrenheit 9/11 un documental o tan solo una puesta de las ideas de Moore?
-¿Y qué importa? No me quita el sueño.
Me interesan mucho más sus las causas que lo originaron a las consecuencias que persigue. Si lo que cuenta es la pura verdad o solo un disfraz de la misma no es la cuestión pues todos sabemos que la historia oculta del Imperio es quizás más vasta que la historia oficial.
Moore toma al Imperio como enemigo y tenemos que tener en cuanta que éste es absolutamente más manipulador, demagógico, transgiversador, encubridor que el propio Moore, quien quizás su único pecado sea sentirse un autentico cineasta.
Fahrenheit 9/11 es un documento para el espectador inteligente que puede desglosar y analizar lo que es crítica inteligente y lo que es solo un panfleto vacío.
Sólo él podía haber hecho este documental. Irónico donde los haya, Michael Moore consigue enfrentarse a todo un país y como he dicho antes, sólo él podría haber salido victorioso. A base de un humor satírico y una ironía perfecta nos sumerge en los trapicheos de la nación más poderosa del mundo contada y narrada magistralmente.
No consigue superar a su predecesora Bowling for Columbine ya que lo único que se echa en falta en este magnífico documental es la propia presencia del autor, que las pocas veces que sale en la cinta es capaz de estremecer al más osado.
Una obra excelente aunque la única pega que se le podría atribuir es la falta de ritmo que a veces hace que sea un poco pesada.
Altamente recomendable para todo el mundo.
Quizás sea por mi lógica, loable y casi obligada animadversión, repulsa y practicamente asco a un tipejo como el honorable presidente de los EE.UU, el señor George W. Bush, por lo que ésta, justificadamente polémica, a la vez que alabada película de Michael Moore me parezca tan buena y necesaria.
Por supuesto que Moore arrima el ascua a su sardina y ofrece un documental con vitriólica vocación de ser un arma de destrucción masiva contra Bush y su pantomima, pero no cabe duda que lo que ofrece aquí el cineasta americano es un conjunto de hechos demostrados y contrastados, también molestos, pero que tomados verdaderamente en serio harían concluir que entre el sátrapa Sadam Hussein y el zote de Bush no hay tantas diferencias, más bien al contrario.
Moore demuestra la mediocridad del presidente americano, su discutible elección, su patosa carrera de empresario del petróleo, el cobijo que su papá ha dado, da y dará (a cambio de dólares) a la familia Ben Laden (¡!), el uso partidista y sesgado de los terribles atentados del 11-S, la invención del miedo para invadir un país y más que derribar a un sanguinario dictador, lucrarse de petróleo y dólares a la par que envilecer al detestable integrismo fundamentalista árabe…
Moore desmonta al monigote de Bush, a su círculo putrefacto, a sus mentiras de destrucción masiva, a su falta de talento y de talante. Desmonta a un asesino procesable. Así de claro. Con dos cojones, parcialmente y desde el odio, pero validamente.
Y no comento de nuestro inmaculado, canonizable y pluscuamperfecto Mister Ansar…
Esta crítica no habla de valores cinematográficos. Además la propia crítica contiene información sobre la película, así que necesariamente ha de ir en el espoiler.
Circula por la red un artículo de un tal J. C. Rodríguez que resalta el carácter manipulador de los documentales de Moore, que tilda de docuficción. El escrito tiene un tufo facha y pro Bush que tira para atrás, y algunas de las argumentaciones que esgrime para defender al ex inquilino de la Casa Blanca son, al menos, tan endebles y enrevesados como los que enarbola el orondo panfletista de Michigan. Porque Moore es un manipulador de marca mayor, de eso no tengo la menor duda. Además, siempre me acaba aburriendo, con su metraje exagerado, con su afán de protagonismo (narración, interpretación, guión, dirección…). Lo hiperbólico de su ego me revienta.
Lo que ocurre es que Fahrenheit 9/11, aún haciendo gala de indudables tergiversaciones, presenta un objetivo tan repugnante, que resulta muy difícil no empatizar con su discurso. Soy uno más de los que piensan que G.W. Bush y todos los miembros de su gabinete, desde Cheney a Rumsfeld, pasando por Ashcroft, Rice o Powell y todos los demás, deberían estar entre rejas por criminales de guerra y estafadores internacionales. Al igual que unos cuantos de sus lamentables aliados. Aunque en esto no se diferencian demasiado de lo que tenemos hoy en el poder a ambos lados de cualquiera de los océanos. Casta corrupta e inmoral que únicamente vela por los intereses de una elite y por hacerse con la especia melage, cada vez más escasa: el petróleo. Ese material que sustenta, literalmente, la civilización industrial que tantas comodidades nos ha permitido pero que las generaciones venideras van a tener muy difícil disfrutar. La primera guerra del Golfo fue la primera de la última fase de una era de energía barata y potente que ya no volverá. Las posteriores, desde el 91 hasta la actual de Libia, no son más que nuevos episodios protagonizados por hijos de puta sin escrúpulos (políticos, banqueros, industriales, propagandistas) movidos por el mismo afán, ciudadanos aborregados que se dejan llevar por el fanatismo y la ausencia del pensamiento crítico, y gentes empobrecidas a merced de las bombas y la violencia.
Por supuesto, en el primer grupo incluyo al propio Moore, porque si su alternativa al indeseable Bush es el impresentable Gore o el Partido Demócrata, tan corrupto como el Republicano y cuyos dirigentes son, al menos, tan ricos y amorales como los del Republicano, apaga y vámonos. No hay más que ver en qué han quedado las maravillosas promesas de Obama: más guerra, más Guantánamo, más especulación financiera, más sufrimiento y más desequilibrio entre ricos y pobres. Desgraciadamente, empezamos la cuesta abajo. Y sin frenos.