Esto no es una película
Sinopsis de la película
Tras recurrir judicialmente una sentencia que lo condenaba a seis años de cárcel y veinte de inhabilitación, el director iraní Jafar Panahi tuvo que esperar meses hasta que se hizo pública la sentencia. Documental que reproduce un día en la vida de Panahi y Mojtaba Mirtahmasb (su antiguo ayudante de dirección) y ofrece una visión general de la situación actual del cine iraní.
Detalles de la película
- Titulo Original: In Film Nist (This is Not a Film)
- Año: 2011
- Duración: 75
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Opinión de la crítica
Película
6.8
100 valoraciones en total
No hay nada más oportunista y festivalero que una película como esta, enviada secretamente a Cannes desde la casa de Jafar Panahi, en arresto domiciliario. ¿Para qué? ¿Para mostar que el gobierno iraní es mu mu mu malo? Quizá, pero ante todo para que la crítica vendida ponga este ¿documental? por las nubes, por el simple hecho de venir de un iraní enfrentado con su gobierno. Algo que, por cierto, ha sucedido con todas las mediocres y anodinas películas de este señor, quien tiene poco oficio y aún menos talento, al menos desde mi punto de vista.
A Panahi se le ve el plumero. `This is Not a Film´ no es más que un ejercicio de egolatría y victimismo. Y como la fórmula tuvo éxito, la repitió cuatro años después en esa otra memez que es `Taxi Teherán´. He visto ya varias películas de este hombre, y no quiero más.
Su caso es similar al de la india Deepa Mehta, cuyas películas son simple y llanamente mediocres, cuando no directamente culebronescas, pero reciben elogios desmedidos en Occidente por venir de un país subdesarrollado, como si ello fuese garantía de calidad. En fin.
El cineasta iraní Jafar Panahi fue sentenciado por el gobierno de su país a 20 años sin poder dirigir, sin poder escribir guión alguno y sin poder viajar al extranjero, luego de pasar algún tiempo en la cárcel, la noticia ha impactado a directores coterráneos y extranjeros, así como a personas involucradas en el cine a nivel mundial.
In Film Nist es un trabajo documental filmado en conjunto con Mojtaba Mirtahmasb, un ayudante de cámara con el que laboró en alguna de sus películas, en este, se presenta un día en el que se reúnen ambos hombres y comienzan a grabar, Panahi hace un hermoso ejercicio representando el último guión que se le prohibió realizar.
Así mismo, realiza algunas reflexiones de su situación, haciendo comparaciones con alguno de sus filmes, otro aspecto muy interesante. En términos generales se nota lo sencillo del documental, lo auténtico que resulta en la lamentable situación en la que se encuentra el director.
Quizá me hubiera gustado que ahondara más en su problema, o en el mismo desarrollo de algunas cosas que sucede a lo largo del metraje puesto que se denotan muy cotidianas, pero es claro que no se le puede pedir mucho a una realización de este tipo hecho en la total clandestinidad.
In Film Nist representa un grito de desesperación no solo de Panahi, sino de algunos otros cineastas iraníes también acusados, de personas a las que se simplemente se les ha impedido desenvolverse artísticamente por culpa de un régimen poco abierto, esperemos lo mejor para él y sus pares.
Has sido condenado a 6 años de cárcel y 20 de prohibición para rodar películas, conceder entrevistas o salir del país. Mientras tanto, no puedes salir de tu casa. ¿El delito cometido? Hacer películas.
Jafar Panahi da una muestra más de su talento, esta vez no en las condiciones y formas en las que a todos nos gustaría. A la espera de la sentencia final de su caso, Jafar no sabe qué hacer. Está aburrido, cansado, harto de estar varios meses encerrado en casa. Así que un día llama a su amigo, el también cineasta Mojtaba Mirtahmasb, y juntos van realizando de forma totalmente improvisada una especie de ensayo-semidocumental, en el que Panahi deja constancia de las ideas que tenía en mente para sus próximas películas y cómo vive el día a día esperando la resolución de su caso, entre otros aspectos.
Esta no-película muestra con una absoluta sinceridad y humanidad cómo la vida de uno de los mayores y talentosos cineastas de nuestra época es prisionero del sistema político-judicial iraní.
Cuenta la leyenda que la película llegó al Festival de Cannes en un pendrive escondido dentro de una tarta. En cualquier caso, lo realmente importante es que la no-película ha conseguido salir de Irán y mostrarse al resto del mundo para que todos conozcan su situación y su historia.
Mojtaba Mirtahmasb fue liberado en diciembre de 2011 tras haber estado tres meses en la cárcel. ¿Y Jafar… para cuando? ¿Surgirá efecto la presión internacional de intelectuales y gente influyente para que rebajen su pena o, mejor aún, sea liberado?
Lo que Jafar tiene claro, es que no quiere abandonar Irán para hacer cine, es uno de los pocos ideólogos que defienden sus ideas y están dispuestos a llegar a donde sea para defender la causa por la que luchan.
Un gobierno que hace bien las cosas, admite que se equivoca y asume las críticas de sus opositores con humilde disposición de enderezar el camino… o como perfecta ocasión para fortalecerse refutándolo con argumentos y pruebas sólidas, pero, cuando un gobierno toma la decisión de reprimir, callar o conspirar para sacar del medio a cierto opositor, es porque le teme y/o porque carece totalmente de argumentos para refutar sus denuncias y alegatos.
Esto último, es lo que suelen hacer los gobiernos más obtusos del mundo y los que juegan absurdamente a las dictaduras: Su cobardía los vuelve prepotentes, su deshonestidad los lleva a responder siempre con trapacería y agresividad, y su miedo a perder el poder porque, entonces, podrían ser juzgados y condenados, los lleva a cometer los peores improperios.
Estamos plagados de gobiernos rancios y decadentes, y duele ver como, la humanidad, en vez de ir ascendiendo la montaña que nos conduce hacia la paz y la justicia, parece ir en permanente reversa, eligiendo como gobernantes a verdaderos petardos. ¿Nombres? Estoy seguro de que ya a ustedes les vinieron a la mente.
¡Cuánto duele ver a un artista de tantísimas cualidades como es Jafar Panahi -encerrado en las cuatro paredes de su casa por orden de las autoridades iraníes-, sin poder hacer lo que más ama en la vida: Cine! ¡Y hay que ver la suerte de joyas que ha realizado: El Globo Blanco, El Círculo, Offside… ¿Y qué ha pretendido con ellas? Mostrar a la gente maravillosa que habita en Irán (¡yo siento ya inmensa admiración por sus mujeres, sus niños y sus ancianos), señalar la difícil condición de las mujeres y abogar por su libertad, e ilustrar problemáticas de discriminación que no son exclusivas de su país, sino que se padecen en muchas partes del mundo.
¿Pretender que las sociedades avancen hacia la libertad y hacia la equidad, es un pecado o un delito? ¡Ningún otro propósito puede ser más preciado en el mundo y los únicos seres humanos que merecerán la gloria son los que a esto han dedicado su vida! Los demás irán camino hacia el olvido, el dolor o la oscuridad.
Con, ESTO NO ES UNA PELÍCULA, Jafar Panahi –como ya lo hicieran otros grandes creadores- se rebela contra el silencio, demuestra que la represión aumenta la recursividad del verdadero artista y que, el universo, jugará en su favor para que su luz se pueda seguir transmitiendo al mundo. Lo logrado es un documento que, en su apariencia -y esencia- de simplicidad y vacío, es un poderoso clamor dirigido hacia todos los hombres libres del mundo.
¿Qué vas a hacer tú por la libertad?
Una película que se titula Esto no es una película. Ya de primeras llama la atención y dan ganas de saber más, ¿eh?. Aunque es importante no confundirla con Esto no es otra estúpida película americana, la cual resultó ser otra estúpida película americana que no merecía la pena. Muy al contrario que la no-película que nos atañe.
Érase un director de cine iraní llamado Jafar Panahi. Empezó a dirigir películas a mediados de los 90, y a ganar premios en Cannes, Venecia y otros sitios inmediatamente. Una década después, de improviso, se dejaron de estrenar películas suyas. No es que se le fueran las ideas, ni que se volviera vago, al contrario, lo que ocurrió es que el Gobierno de su país se fijó en él y en los contenidos que tenían sus trabajos, los cuales consideró peligrosos, y empezó a hacer todo lo posible por impedirle dirigir nada más. Después de censurarle varios guiones, y tras varios procesos judiciales, en 2011 nuestro director estaba al borde de una pena de 6 años de prisión, y una prohibición expresa de no volver a dirigir películas durante dos décadas.
Es más, hasta que la vista llegara a algo, no le tenían permitido ni siquiera salir de casa. Pasaban los días y los meses esperando a que la sentencia llegara, y él estaba aburrido, confinado entre las paredes de su hogar, sin tener nada en lo que ocupar su tiempo. Los guiones de las películas que jamás había llegado a realizar empezaban a coger polvo en las estanterías. Y tuvo una idea: le habían prohibido dirigir, le habían prohibido conceder entrevistas, le habían prohibido salir de su casa, pero no le habían prohibido actuar ni leer un guión delante de una cámara. Así que llamó a un amigo suyo, de nombre Mojtaba Mirtahmasb (no os sentáis culpables si no podéis pronunciar bien estos nombres), que casualmente estaba grabando un documental sobre los iraníes que no pueden dirigir cine, y le pidió que se acercara hasta su casa, donde se pondría a relatar delante de la cámara uno de sus guiones no realizados.
Y el resultado de lo que grabaron durante ese día, tuvo bien cuidado de titularlo Esto NO es una película, como diciéndole a los señores jueces que en realidad no había incumplido su prohibición.
Después del visionado, se nos aseguró a los asistentes del pase de prensa que este breve filme está más guionizado de lo que parece, que muchas de las cosas que parecieron improvisarse ese día estuvieron en realidad en preparación y rodaje durante al menos un mes. En ese caso se trataría del falso documental más verídico que he visto en mi vida (más que nada porque los datos que aporta, como el estado personal de la vida de Panahi en esos momentos, son claramente reales). Es debatible, pero explica la clara estructura narrativa con la que nos encontramos.