Envidia sana
Sinopsis de la película
Léa y Marc, y Karine y Francis, son dos parejas de amigos de toda la vida. El marido machista, la novia chillona… Todos ocupan su lugar en el grupo. La armonía se rompe el día en que Lea, la más discreta de todos, les comenta que está escribiendo una novela que acaba convirtiéndose en un éxito de ventas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Le bonheur des uns...
- Año: 2020
- Duración: 102
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes conseguir una copia la película en formato HD y 4K. A continuación te mostramos un listado de fuentes de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
5.7
86 valoraciones en total
La envidia sana es un concepto sobre el que muchos debaten si puede realmente existir o es una mera justificación a algunos sentimientos adversos. Y ahí es donde Daniel Cohen se detiene para hacer comedia en torno a esa noción.
El éxito de una persona siempre provoca diversas reacciones en sus seres cercanos, tanto positivas –alegría, orgullo– como otras más perjudiciales que hacen aflorar los celos y rencillas. Esta diversidad queda reflejada en los diferentes protagonistas, que gestionan el triunfo de un ser querido a su manera.
Así, se conforman momentos graciosos, desconcertantes e incluso alguno más triste, que muestran la dificultad de convivir con la fama ajena. No obstante, el humor no proviene solo de situaciones exageradas o absurdas, sino que hay bromas hiladas con inteligencia que provocan más de una carcajada. Es muy meritorio cómo el director consigue alargar varios minutos escenas intrascendentes aunque extremadamente cómicas, como la elección del postre en la cena, sin que resulte pesado.
Los personajes encarnan varios clichés, pero en parte ahí también está la gracia. Además, están construidos de tal modo que, a pesar de que sus acciones resulten cuestionables, es fácil empatizar con ellos y comprender sus motivaciones.
En definitiva, Envidia sana es un film entretenido con un reparto veterano que, aparte de hacer reír, propone algunas reflexiones sobre qué significa tener éxito y resalta la importancia de valorar a los demás y creer que pueden cambiar. De todas maneras, deja un sabor agridulce que rompe un poco la vitalidad y la alegría inicial.
http://www.contraste.info
El director y guionista Daniel Cohen nos presenta su tercer largometraje, se trata de Envidia Sana , una película que saca lo peor de cada uno, sobre todo cuando la persona que tenemos a nuestro lado empieza a tener éxito. Sus anteriores películas fueron Les deux mondes inédita en nuestro país y El chef, la receta de la felicidad que paso sin pena ni gloria por nuestra cartelera. El reparto de la cinta es uno de los aspectos que más llaman la atención para ir a ver la película. Tenemos a Bérénice Bejo, Vincent Cassel, François Damiens y Florence Foresti.
La película tiene un comienzo muy peculiar, es como si fuera una obra de teatro, los cuatros amigos (dos parejas en realidad) se reúnen para cenar en un restaurante, allí se cuentan sus proyectos y sus trabajos diarios. Durante esa cena vemos uno de los momentos más divertidos y raros a la vez en el momento de los postres. Esos 20 primeros minutos me recuerda mucho al cine de Woody Allen.
Luego la película pasa ya a un tono más cómico y menos dramático. Toca temas como las crisis de pareja, los celos por no saber llevar el triunfo de la persona que más quieres y sobre todo las envidias (que en este caso no son muy sanas, tal y como dice el título que le han puesto a la película en nuestro país).
Por un lado, están Lea y Marc, llevan juntos pocos años, él trabaja en el mundo del aluminio y ella es dependiente en una tienda de ropa, quien lleva el sustento de la casa es él, le gusta sentirse el dominador y el que maneja todo, cuando Lea escribe una novela y empieza a tener muchos seguidores, a Marc le costará mucho adaptarse a ese nuevo rol que le ha tocado vivir.
Y por otro lado tenemos a Karine y Francis, amigos de la otra pareja, Karine es amiga de Lea desde que eran niñas, se siente superior a ella y no consigue entender como su amiga ha conseguido tanto éxito en tan poco tiempo. Hasta ella misma se pone a escribir para intentar cosechar los mismos triunfos que su amiga. Como no lo consigue hará muchas cosas para redimirse, hasta se preparará para correr una maratón. A Francias le pasa un poco lo mismo que a su mujer, no encuentra su lugar y hace desde pequeñas canciones en su desván, hasta esculturas, y se mete incluso en el mundo de la cocina.
En definitiva, para mí ha sido una pequeña sorpresa la película, sabe combinar muy bien los momentos dramáticos con los más cómicos. Los actores están bien dirigidos y tienen unas interpretaciones más que dignas. El espectador se verá muy identificado en muchas escenas, porque quien no ha tenido envidia alguna vez de algún amigo y de algún familiar.
Lo mejor: La escena de los postres en el restaurante
Lo peor: Algunos chistes y situaciones muy peculiares que solo entienden los franceses.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
Lo cierto es que fui a ver esta película pensando que iba a ver una comedia francesa del estilo de Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? de Philippe de Chauveron, pero me encontré con un drama con algunos toques cómicos. El humor francés se vislumbra, pero yo no la clasificaría dentro de la comedia.
Al principio, una toma de cuatro escaleras mecánicas, organizadas en dos parejas, cada una avanza en una dirección, se presenta así, de forma metafórica, a los cuatro amigos protagonistas.
Enseguida, la película desvela su tema central, ya citado en el propio título: La envidia. Esta se presenta muy descaradamente, a veces incluso llegando a ser demasiado redundante. Todas las expresiones constantes de envidia provocan que el propio espectador se sienta harto y probablemente incómodo.
Creo que sirve como terapia para observarse a uno mismo y a las personas que le rodean, identificándose con los personajes, pues recoge numerosos ejemplos de esa envidia enfermiza que va creciendo a lo largo de la película.
En una sola escena, cada personaje se retrata, ofreciendo al espectador una silueta que irá completando según vea el resto de sus acciones, es decir, su carácter ya está predeterminado. Cada uno se podría definir con tan solo una palabra, ya que la película se centra en un rasgo y no permite conocer mucho más de ellos. Así, Léa (Bérénice Bejo) sería la humildad, y Karine (Florence Foresti) sería la competitividad, la envidia.
Se guía al espectador, haciendo que empatice con Léa, y que sienta vergüenza ajena y casi odio por el resto de personajes.
Se ve claramente como Léa es manipulada por el resto, aquellos en quienes confía por ser tan cercanos, y que solo le hacen sentirse insegura, y desprestigian su mérito aprovechándose de su inocencia y de su buena intención. Le hacen creer continuamente que es ella la que debido a la fama cambia y abandona a sus amigos, que se ha vuelto egoísta y vanidosa, pero son todos los de su alrededor los que cambian, los que se alejan de ella, porque sienten que su brillo les apaga, y lo único que se les ocurre para brillar también es tratar de oscurecerla a ella criticando y pisoteando su trabajo, haciéndole sentir que no tiene mérito, ya que de ninguna otra manera podrían igualarla, como se ve cuando cada uno intenta hacer arte con la mentalidad del competidor, y no son capaces de crear nada. El arte no es algo que se pueda medir para compararlo y decir que algo es mejor o peor, y tampoco se puede obligar alguien a hacerlo porque no surge la inspiración de la presión, sino de la necesidad, del verdadero talento.
Tampoco pueden reconocer su mérito porque lo ven todo bajo prejuicios, detrás de la mirada del que se cree superior y no quiere cambiar esa idea.
*Una crisis vital
Envidia sana (A Friendly Tale) vuelve a tocar el tema de la crisis de la mediana edad, a través de cuatro personajes muy diferentes. Por un lado tenemos a Karine (Florence Foresti), una mujer competitiva y frustrada que no puede parar de compararse con los demás. Al lado de Karine está su marido Francis (Francois Damiens), una especie de Sancho Panza que sigue la estela de su mujer. Y por otro lado, nos encontramos a Marc (Vicent Cassel), un hombre mediocre e insoportablemente acomplejado. Un tipo que sorprendentemente está casado con Léa (Bérénice Bejo), la única cuerda y que vive su vida.
Curiosamente, ambos forman una pareja de amigos desde hace muchos años, aunque su relación está concebida a base de apariencia. Porque todos ellos, excepto Léa, sienten una terrible insatisfacción vital que les lleva continuamente a retarse. Una situación que empeorará cuando la aparentemente indecisa y conformista Léa publica una novela que se convierte en un tremendo éxito. Y es que el inesperado triunfo de la amiga tímida, sacará lo peor de todos ellos.
*¿Está el arte al alcance de cualquiera?
Porque a modo de competición absurda, tanto Karine como su marido Francis intentarán superar el éxito de Léa. Dando pie a una serie de secuencias, presuntamente divertidas, que Envidia sana no maneja con brío. De este modo presenciamos como el matrimonio intenta escribir otro libro, crear esculturas o cultivar bonsáis. Todas ellas tareas infructuosas, ya que el arte no se puede entrenar, siendo algo que fluye de forma innata en todos nosotros.
Pero Envidia sana ni consigue generar reflexión, ni logra la carcajada. Desde el inicio parece tomarse demasiado en serio y cuando se abandona al humor más físico, lo hace sin gracia. Además su error es doble, si cabe, al desaprovechar el filón narrativo que tiene con el libro de Léa. Una oportunidad para haber compaginado realidad y ficción, a través de la creación de su protagonista, que se queda en nada. Más allá de alguna secuencia con el marido que no hace más que recalcar lo absolutamente desagradable que resulta el personaje.
*Una caricatura constante y un marido insoportable
Sí, se puede entender que la cinta pretende plasmar en la gran pantalla caracteres extremados, pero lo de Marc es inexplicable. Es un tipo insoportable, celoso, acomplejado, mustio e inculto y a pesar de ello la película le da rienda suelta. Porque una cosa es formar personajes caricaturescos y otra es crear caracteres sin un mínimo arco narrativo. Más allá del personaje de Léa, que realmente no avanza sino que se va adaptando, el resto solamente destacan por su histrionismo.
Lo que resulta una verdadera lastima, al contar Envida sana con actores contrastados que podrían haber dotado de mayor hondura. Y es que ni el conocido cómico Francois Damiens puede aportar alguna secuencia divertida a su acartonado personaje. Sin hablar de Vicent Cassel que se pasa la cinta con un semblante tristón e infantil. Aspectos que demuestran la importancia del guion y la dirección de actores. Tareas que en aquí parecen haberse desatendido.
*Conclusión
En definitiva, estamos ante una decepción revestida de conocidos actores y una premisa, en teoría, original. Una cinta que desaprovecha sus ventajas y que se deja llevar por una nadería. Cayendo en situaciones exageradas y muy recurrentes, que aquí no generan simpatía. En parte, gracias a unos personajes con los que resulta muy complicado sentir empatía.
De modo que Envidia sana (A Friendly Tale) cumple con el cupo de cine francés, pero está destinada a una digestión rápida y un olvido fácil. Eso sí, seguramente con la excusa de sus intérpretes protagonistas muchos le den una oportunidad que los cines agradecerán.
Escrito por Laura Tabuyo Acosta
En tono de comedia esta película de Daniel Cohen (El chef) explora el fenómeno de los celos entre amigos al ver como uno de ellos despega con gran talento ante la incredulidad de los demás.
Lea es una mujer sumisa ante su marido y poca cosa ante sus amigos. De repente se le ocurre escribir un libro que resulta ser un éxito de ventas. La fama y dinero comienzan a llegar, pero también la frustración y los celos de los que la rodean comienzan a chocar ante la bondad natural de Léa, algo que oscurecerá su éxito artístico.
Berenice Bejo esta absolutamente encantadora en el papel de Lea. Florence Foresti está perfecta con sus infantiles celos intentando imitarla para conseguir el éxito también y ocasionando mucho ridículo en algunas escenas algo que te hace reír. Por la otra parte está el marido de Lea interpretado por Vincent Cassell que menospreciaba a su esposa pensado que no tenía ningún talento. En último lugar tenemos a Francois Damiens que al igual que su mujer Karine intenta buscar en la escultura una salida a su mediocridad.
La envidia es muy peligrosa, muchas veces porque no sabemos de quién puede venir, ya que amigos que creías buenas personas, se alegran cuando las cosas te van mal o te odian cuando te van bien. La película incide en esos malos sentimientos con bastante acierto.